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Innovación inclusiva: una solución para reducir la pobreza

  • Raúl Muñoz
    Profesor del Departamento de Ingeniería

Hace unos meses participé en una especialización de estudios de centros de avanzada, que incluía a instituciones como el Massachusetts Institute of Technology (MIT), primero en el ranking mundial. Allí participaban todo un conjunto de universidades norteamericanas y europeas. Fui designado por los organizadores en el campamento denominado Beta en la ciudad de Arusha de Tanzania para trabajar sobre los problemas de la población pobre. Luego de un largo viaje cruzando Europa, llegué a un valle agrícola del sur del continente africano. La Misión África consistía en una preparación basada en conferencias, clases magistrales, talleres y elaboración de proyectos. Sumaron alrededor de 300 horas de trabajo, además de excursiones al interior del África. Eran viajes de muchas horas pasando por diferentes parques y reservas naturales donde se realizan safaris fotográficos. Recuerdo todo: nos encontrábamos con investigadores de todas partes del mundo y de diversas especialidades, expertos en agua, energía solar, agricultura, salud y también abogados. Como parte de las actividades, se realizó también una cumbre internacional y se tuvieron visitas de diversos representantes de instituciones internacionales y centros de investigación.

Estuve varios meses trabajando, el eje era generar tecnologías de bajo costo o lo que se denomina innovación inclusiva. Algo importante que siempre recalco a mis alumnos de Ingeniería es que el término innovación en nuestro contexto es un concepto netamente económico y su etimología -proveniente del latín- significa ingresar lo nuevo. ¿Y dónde? Pues en el mercado. Pero siempre hubo mercado solo que ahora, en pleno siglo XXI, tenemos dos grandes características que diferencian la dinámica económica: la globalización y los mercados competitivos. Esto lo cambia todo. Aquí los protagonistas son las empresas, que junto a las universidades y al Estado conforman la hélice que mueve el crecimiento económico de un país. Pero este crecimiento se ha concentrado en solo el 10% de la población mundial, ¿y el resto?

Qué será de los no favorecidos ahora y qué les espera en el futuro a las nuevas generaciones, sumado a los grandes problemas de escasez de recursos y los efectos del calentamiento global. Actualmente en el mundo académico, los gobiernos, universidades y organizaciones internacionales para el desarrollo están trabajando en un nuevo enfoque acerca del quehacer de la investigación aplicada, desarrollo de proyectos y la introducción al mercado. Si bien es cierto son nuevas tecnologías bajo el concepto de innovación inclusiva o de bajo costo, vienen abriendo un nuevo horizonte en el futuro de la economía mundial. Estas innovaciones no solo aumentan la productividad y la competitividad de las empresa locales (emprendedores y comunidades organizadas), sino también reducen la desigualdad y la pobreza. Asimismo, se habla de varios conceptos como la cocreación y el empoderamiento de la población de bajos recursos económicos en conocimiento técnico, tecnológico y en algunos casos hasta científico que apuntan a diseminar soluciones tecnológicas simples y sostenibles.

La metodología de esencia interdisciplinaria se trabaja ahora en un plano transdisciplinario. Para ello, los ejes de conocimiento disciplinares son la ingeniería, el diseño, el marketing de producto y en un segundo plano, áreas como la gestión para el desarrollo y campos de la antropología y las comunicaciones y, por supuesto, el conocimiento de las comunidades. El proyecto que trabajé transdisciplinariamente con mi grupo IDDS Tanzania consistió en el diseño de prototipos para la mejora de procesos de agricultura de frejoles. El resultado fue fruto de las metodologías y el trabajo en equipo de la mano con los círculos de mentores. El objetivo era ser una alternativa de negocios para la comunidad Mlumbulu en Arusha.

Como fruto de esta misión y especialización se ha diseñado un programa de curso a la vanguardia similar a los que se bridan a nivel de posgrado en el programa de Ingeniera de la MIT, el curso ha sido diseñado gracias a The International Development Innovation Network (IDIN). Nosotros hemos denominado al curso con el nombre de “D-Lad: Laboratorio para el Desarrollo y la Innovación inclusiva” brindado desde la sección de Ingeniería Industrial de la PUCP y será lanzado el próximo año y esperamos abrirlo a todas las especialidades. El Laboratorio se ocupa de mejoras tecnológicas a nivel micro, en particular para países en desarrollo y la calidad de vida de los hogares de bajos ingresos. Se ha diseñado el curso de modo tal que se abordará a través de conferencias, mesa de discusión sobre desarrollo, así como el desafío en la ejecución de proyectos, estudios de casos, expositores invitados y una dinámica muy actualizada de laboratorio de I+D.

En el mundo actual, la globalización y los mercados competitivos han cambiado mucho la educación en las universidades por ello se brindará a los estudiantes una preparación especial para formar equipos con enfoque multidisciplinario para desarrollar proyecto en investigación y desarrollo (I+D) y asociarse o vincularse con organizaciones locales, urbano y rurales para establecer un plan de visita o comunicación para el proyecto del curso. Asimismo, se analizarán casos internacionales donde existen laboratorios o programas similares como: Ghana, Brasil, Honduras, India u otros. El trabajo de los equipo I+D se centra en el desarrollo de proyectos específicos para el desarrollo de tecnologías que incluyen aspectos culturales, sociales, políticos, ambientales y panoramas económicos de los países y localidades de estudio.

Dentro de toda esta gran aventura hacia la innovación inclusiva, la PUCP es un actor importante en el Perú apoyando el trabajo en redes para la generación de tecnologías e innovaciones para los sectores donde las empresas no invierten ni desarrollan productos. Esto ayudara a nuestra sociedad a ser más saludable y también a la mejora económica. Es un gran reto para el futuro de las generaciones. Nosotros aún vivimos en un paraíso. Son nuestros hijos los que verán la crisis de la falta de agua, los efectos brutales del calentamiento global, la densificación de la población y la escasez de recursos en sus puertas, por ello nos toca trabajar por la sostenibilidad de nuestra gran casa, nuestro planeta.

Esta misión fue posible gracias al Vicerrectorado Administrativo y el Departamento Académico de Ingeniería de la PUCP. Para mayor información raul.munoz@pucp.pe

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