Desde la psicología educacional, nos compete prevenir esta situación desde la capacitación a padres, maestros y, por qué no, a los niños mismos. En este sentido, es nuestra responsabilidad como padres y maestros el prevenir, reconocer y reaccionar de manera responsable.

El abuso sexual consiste en cualquier acto sexual (que incluya o no contacto) entre un adulto y un menor; o entre dos menores donde uno de ellos fuerza, coacta o persuade al otro. Esta situación constituye una experiencia traumática para las víctimas y, según las leyes de cada país, constituye un crimen punible. El abuso sexual es un problema altamente complejo, y la información que brindamos a continuación no sustituye el consejo de los especialistas, sino que brinda algunas pistas para proteger a sus niños:

Debemos ser realistas y no idealizar nuestro entorno. Es probable que conozcamos a niños que han sido o son abusados y no nos demos cuenta de ello.

Asimismo, se deben minimizar las oportunidades. Más del 80% de los casos ocurre cuando una niña o un niño están a solas con un adulto. Asimismo, hay que tener especial cuidado al asistir a lugares públicos para niños, donde los abusadores suelen estar al acecho de nuevas víctimas, tales como cines, ferias, centros comerciales, entre otros.

Más aún, se debe conversar sobre el tema y mantener la comunicación abierta con las niñas y los niños. Por lo general los niños mantienen la situación de abuso como un secreto. Puede salir a la luz si se brinda la oportunidad de conversar abiertamente sobre ello.

Es importante también mantenerse alerta y no esperar signos obvios de que una niña o un niño está siendo víctima del abuso.

Asimismo, se debe tener un plan de acción en caso se detecte un caso de abuso, conocer dónde buscar información, dónde ir, a quién llamar y cómo reaccionar. Se debe actuar en caso de sospecha, dado que el futuro del niño está en peligro. Esto también ayuda a prevenir y detectar otros casos. Por lo general el abusador tiene más de una víctima y tener el coraje de reportar la sospecha puede ayudar a poner fuera de peligro a más de un niño.

Finalmente, es importante participar en acciones comunitarias y comprometerse como voluntario en organizaciones que luchan contra el abuso sexual infantil. Puedes donar su tiempo y recursos para apoyar a las organizaciones que desarrollan programas de prevención, así como servicios de intervención en crisis. Asimismo, es importante utilizar su voz y voto para hacer de su comunidad un lugar seguro para sus niños.