Una vida entre letras y rebeldía: la Dra. Susana Reisz es distinguida como profesora emérita
Profesora, filóloga, feminista y pionera, Susana Reisz ha recorrido un notable camino que cruza continentes, disciplinas y generaciones. Desde las aulas de la PUCP hasta su vida académica en Alemania y Estados Unidos, su legado trasciende las fronteras de la filología clásica, integrándose con el feminismo y el psicoanálisis. Reisz fue recientemente distinguida como profesora emérita del Departamento de Humanidades.
Texto:
Eduardo Dávila LynchFotos:
Camila Mora
Canta, oh diosa, la cólera del pélida Aquiles,
funesta, que causó infinitos dolores a los aqueos
y precipitó al Hades muchas almas valientes de héroes,
a quienes hizo presa de perros y pasto de aves,
cumpliéndose la voluntad de Zeus,
desde que se separaron con disputa
el Atrida, rey de hombres, y el divino Aquiles.
La Ilíada, Homero
Catorce años han pasado desde la última vez que intenté estar frente a Susana Reisz, la mente brillante que moldeó generaciones de estudiantes en la PUCP. El tiempo, la distancia y mi propia trayectoria hicieron imposibles que pudiera ser su alumno cuando volvió a las aulas después de veinte años de ausencia. Sin embargo, tras recibir su distinción como profesora emérita, estoy sentado en su casa, listo para desentrañar una admirable vida dedicada a las letras. En lo personal, este encuentro representa un círculo que se cierra, pero también una apertura a un diálogo que esperé por mucho tiempo.
A medida que la conversación avanza, cargada de anécdotas y reflexiones, el ambiente súbitamente se transforma al mencionar a Homero. Susana toma mi antebrazo y, con sus ojos esmeralda brillando, comienza a recitar los primeros versos de la Ilíada en griego antiguo: «Μῆνιν ἄειδε θεά…». La atmósfera del estudio se oscurece y su voz llena la habitación como si nos transportara al pasado, a las mismas orillas del río Escamandro (o a las clases que me perdí). Así es ella: una fuerza descomunal que conecta lo antiguo con lo contemporáneo, que conecta la teoría con la vida misma.
Este momento encapsula la esencia de lo que ha sido su vida académica: una inmersión profunda en la tradición, pero siempre con una mirada crítica y moderna que la mantiene relevante para las nuevas generaciones.
De Argentina a Alemania: primeros pasos de una vida académica
Nacida en el barrio de Caballito, Buenos Aires, Susana Reisz creció en la tranquilidad de Mar del Plata. Sus primeros años transcurrieron entre la vida balnearia y una soledad que marcaría su necesidad por la lectura y el anhelo de libertad. A sus tempranos nueve años, sus padres regresaron a Buenos Aires y fue allí donde comenzó su lucha contra las imposiciones sociales. Con esa primera rebelión, nacía también la académica indomable que conocemos hoy, marcada por una determinación y carácter inconformista que se manifestó desde muy joven.
Nacida en el barrio de Caballito, Buenos Aires, Susana Reisz creció en la tranquilidad de Mar del Plata. Sus primeros años transcurrieron entre la vida balnearia y una soledad que marcaría su necesidad por la lectura y el anhelo de libertad. A sus tempranos nueve años, sus padres regresaron a Buenos Aires y fue allí donde comenzó su lucha contra las imposiciones sociales. Con esa primera rebelión, nacía también la académica indomable que conocemos hoy.
Más tarde, esta búsqueda de libertad intelectual la llevó a la Universidad de Buenos Aires, donde se sumergió en los estudios de filología clásica. Allí fue discípula de Eilhard Schlesinger, un renombrado profesor de lengua griega, cuya severidad marcó su formación, pero también fue un catalizador para que ella profundizara su amor por la tragedia griega. Pero su verdadero reto llegó cuando decidió trasladarse a Alemania para continuar su formación en la Universidad de Heidelberg. Sin saber apenas alemán, tuvo que adaptarse a un sistema académico que no le ofrecía facilidades. «Fue durísimo. Tener que escribir una tesis en alemán fue un reto monumental», comentó sobre ese periodo de aprendizaje constante.
Primer ciclo en la PUCP: 1976-1989
Después de su etapa en Alemania, Susana Reisz vino al Perú y se incorporó a la PUCP en 1976, en un contexto lleno de desafíos, tanto personales como académicos. En ese momento, la enseñanza de lenguas clásicas en el Perú era escasa y limitada. «No había carrera de filología clásica aquí, así que tuve que inventarme algo. Lo que tuve que hacer fue dar algo de eso que yo sé en castellano, creando los cursos al respecto», confesó. Así, Reisz, en lugar de aceptar las limitaciones, decidió transformar la situación y creó cursos como Poética y Retórica, donde introdujo a sus estudiantes en la teoría literaria de la antigüedad. Estos cursos no solo enriquecieron la formación de los estudiantes, sino que también sentaron las bases de una tradición de estudios literarios y teóricos que aún perdura en la PUCP.
No había carrera de filología clásica aquí, así que tuve que inventarme algo. Lo que tuve que hacer fue dar algo de eso que yo sé en castellano, creando los cursos al respecto".
En esos años, sus alumnas comenzaron a destacar por su participación en clase, un hecho que ella alentó deliberadamente. «Las chicas no hablaban, pero poco a poco comenzaron a hacerlo porque yo siempre les insistí en que se expresaran», comentó. Este impulso por empoderar a sus estudiantes, especialmente a las mujeres, tuvo un impacto duradero en el ámbito académico de la PUCP. Quizás es un poco audaz decirlo, pero, en buena medida, Susana les dio una voz. Ella fue el modelo de lo que una mujer podía hacer con la carrera universitaria. Y lo hizo sin predicar nada, simplemente siendo ella misma.
Las nuevas batallas de Susana Reisz: Estados Unidos y el feminismo
A finales de los 80, Susana Reisz dio un giro significativo cuando se trasladó a los Estados Unidos, donde amplió su carrera en Dartmouth College y la City University of New York (CUNY). Ahí, su visión feminista tomó forma definitiva. «Mi conversión al feminismo se aceleró en Estados Unidos, rodeada de colegas y estudiantes que compartían la misma lucha», recordó emocionada. En ese ambiente, se encontró rodeada de académicas feministas que estaban revolucionando el pensamiento literario y cultural, y fue ahí donde comenzó a desarrollar sus propios enfoques sobre literatura femenina.
Desde Nueva York, abrió nuevas líneas de investigación en torno a la literatura femenina y al psicoanálisis, construyendo puentes entre disciplinas que hasta entonces no se habían cruzado en la academia latinoamericana.
Este periodo fue clave para su desarrollo, no solo porque fortaleció su enfoque de género, sino porque le permitió expandir sus horizontes académicos. Desde Nueva York, abrió nuevas líneas de investigación en torno a la literatura femenina y al psicoanálisis, construyendo puentes entre disciplinas que hasta entonces no se habían cruzado en la academia latinoamericana. Su enseñanza en CUNY, particularmente en el Lehman College, fue un espacio donde los desafíos no faltaron, especialmente al trabajar con estudiantes de orígenes diversos, muchos de ellos hablantes de «espanglish». Sin embargo, como siempre, Susana logró establecer una conexión única con sus estudiantes.
Blanca Varela, Susana Reisz y la poesía femenina
Blanca Varela fue un pilar fundamental en su vida. «Era un genio que enseñaba con su silencio y, a pesar de su modestia, sabíamos que estábamos ante una gigante de la poesía», recordó sobre su relación con la célebre poeta peruana. En los años 80, Susana formaba parte de un círculo íntimo en el que predominaban las mujeres, y fue en esas tertulias donde pudo conocer el lado más humano y profundo de Varela. Este vínculo no solo fue literario sino también emocional, ya que ambas compartían una visión del mundo en donde las palabras, la libertad y la expresión femenina eran esenciales.
Blanca (Varela) no solo escribió, sino que le dio voz a una generación de mujeres que buscaban expresarse en un mundo dominado por hombres".
Esos intercambios fueron cruciales para que Susana Reisz continuara su estudio de la poesía femenina. En sus clases en la PUCP y en Estados Unidos, introdujo la obra de Varela y otras poetas que, hasta entonces, no habían recibido el reconocimiento que merecían. «Blanca no solo escribió, sino que le dio voz a una generación de mujeres que buscaban expresarse en un mundo dominado por hombres», mencionó. Este gran aporte se mantuvo vivo en la mente de sus estudiantes, quienes reconocen el gran valor de haberle dado visibilidad a la literatura femenina en un entorno académico que, hasta ese entonces, la invisibilizaba.
Psicoanálisis y el cruce interdisciplinario
A lo largo de su carrera, Susana Reisz mostró un profundo interés por el psicoanálisis, aunque su formación inicial fue en filología clásica. Su vínculo con esta disciplina surgió tras conocer a Max Hernández, uno de los padres del psicoanálisis en el Perú. «Yo tenía el bichito de ser médica del alma… Max (Hernández) me acercó al psicoanálisis y eso me permitió explorar el dolor humano a través del teatro clásico», explicó Susana. Este interés interdisciplinario se materializó en eventos como la mesa redonda sobre Edipo Rey, donde el análisis psicoanalítico y la tragedia griega se encontraron.
Es en la tragedia donde se revela el conflicto psíquico y en el teatro encontré una manera de dar vida a estos procesos".
Uno de los momentos que más marcó su carrera fue la colaboración con el grupo de teatro Ensayo para adaptar Las Bacantes, de Eurípides. Susana trabajó en la traducción del coro al griego antiguo y junto con Jorge «Coco» Guerra, director del grupo, buscó integrar los elementos psicoanalíticos en la obra. «Es en la tragedia donde se revela el conflicto psíquico y en el teatro encontré una manera de dar vida a estos procesos», señaló. Esta capacidad para conectar el arte, la mente y las emociones humanas fue un sello distintivo de su enfoque académico.
Regreso a la PUCP: 2010-2022
En el 2010, tras varios años en el extranjero, Susana regresó a la PUCP, iniciando su segundo periodo en nuestra Universidad. Aquí se encontró con un campus muy diferente al que había dejado en 1989. «Regresé a una universidad transformada. Un lugar donde el conocimiento seguía siendo libre, pero ahora con más herramientas», comentó. En este segundo momento en la PUCP, asumió nuevamente el reto de enseñar teoría literaria clásica y contemporánea, adaptando sus cursos a las nuevas realidades académicas y tecnológicas.
En este segundo momento en la PUCP, asumió nuevamente el reto de enseñar teoría literaria clásica y contemporánea, adaptando sus cursos a las nuevas realidades académicas y tecnológicas.
Además de la enseñanza, Reisz se involucró en el desarrollo de la investigación académica en la PUCP, apoyando en la creación del Vicerrectorado de Investigación. Su capacidad de liderazgo se consolidó durante este tiempo, donde impulsó proyectos interdisciplinarios y promovió una academia más inclusiva. «Los tiempos han cambiado y es nuestra responsabilidad asegurar que la academia sea accesible para todos», mencionó. Este ciclo se cerró en 2022, dejando un legado imborrable en nuestra Universidad.
Un cierre y un nuevo comienzo para Susana Reisz
El 19 de septiembre de 2024, Susana Reisz recibió el reconocimiento de profesora emérita de la PUCP. En la mesa, se encontraban el rector, Dr. Julio del Valle; su exalumno y colega, Dr. José Rodríguez-Garrido; y el jefe del Departamento Académico de Humanidades, Dr. Miguel Rodríguez.
En la emotiva ceremonia, su legado fue celebrado no solo por su contribución académica, sino por su profundo impacto en generaciones de estudiantes. «Ella, con su escritura, su proceder, su compromiso y su afecto, nos ha enseñado no solo teoría literaria, no solo literatura clásica, sino, ante todo, un modelo de compromiso vital», afirmó el Dr. José Rodríguez-Garrido durante el evento.
Su capacidad de atender con esa mirada tan suya, en complicidad y profundidad, su capacidad de comprometerse a entender, su capacidad por involucrarse por hacer de ese encuentro algo valioso, es algo que nos hace sentir especiales a todas y todos los que hemos tenido el privilegio de estar cerca de ella".
El rector de la Universidad, Dr. Julio del Valle, destacó la labor docente de Reisz y su aporte fundamental a la PUCP, con unas sentidas palabras que resonaron entre los presentes: «Su capacidad de atender con esa mirada tan suya, en complicidad y profundidad, su capacidad de comprometerse a entender, su capacidad por involucrarse por hacer de ese encuentro algo valioso, es algo que nos hace sentir especiales a todas y todos los que hemos tenido el privilegio de estar cerca de ella».
Si bien con esta distinción se cierra un ciclo en la notable carrera de Susana Reisz, su influencia y enseñanzas no solo seguirán vivas en las aulas de la Universidad y en las mentes de aquellos que tuvieron la fortuna de aprender de ella, sino que seguirán inspirando a las nuevas generaciones.
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