“Nuestra Universidad está comprometida a nivel institucional para luchar contra esta pandemia. Uno de los aspectos más urgentes es aumentar la capacidad, en número y en calidad, de las salas UCI en el sistema nacional integrado de salud”, explica el Mag. David Chávez, director del Cetam, y encargado de coordinar las acciones de nuestro Departamento de Ingeniería con el Ministerio de Salud y EsSalud.

Estamos trabajando muy de cerca con EsSalud. Es indispensable combinar su experiencia con nuestro conocimiento para sacar adelante este proyecto”.

Para concretar este proyecto, señala que fue vital el apoyo ofrecido por la Compañía de Minas Buenaventura a través del Mag. Víctor Gobitz, gerente general de la empresa y docente PUCP; así como las coordinaciones a distintos niveles en las que participaron el Dr. Oscar Ugarte, gerente operativo de EsSalud; el Dr. Quino Valverde, jefe del Departamento de Ingeniería; el profesor Jiménez; y el Dr. Domingo González, vicerrector administrativo PUCP.

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Tarea compleja

El jueves 16 de la última semana, el equipo recibió los últimos respiradores, los desinfectó y revisó junto con el Ing. Eduardo Toledo, subgerente de Mantenimiento de EsSalud. “Estamos en proceso de evaluación, trabajando muy de cerca con EsSalud. Es indispensable combinar su experiencia con nuestro conocimiento para sacar adelante este proyecto”, indica Jiménez.

En esta etapa han identificado retos tecnológicos, como la obsolescencia de algunos componentes que deben ser reemplazados, y la necesidad de realizar ciertas adaptaciones. “Nuestra ventaja es que tenemos como vecinos, a solo unos pasos, al grupo que trabaja en el respirador Masi”, señala el docente de la Sección Mecánica. “Ellos tienen un muy alto nivel de conocimiento respecto al diseño y requerimientos clínicos. Estamos ayudándonos unos a otros”, comenta.

Estamos evaluando la opción de intercambiar componentes entre dos equipos y dejar uno operativo rápidamente, mientras que el otro espera la llegada de los repuestos.

Por su parte, Cataño explica que el proceso de diagnóstico de fallas se complejiza también porque los equipos recibidos son de diferentes tipos, marcas y modelos. “Hemos identificado casos que tienen que ver con el sistema de alimentación y energía, las baterías o las pantallas, por ejemplo. Ante la emergencia, estamos evaluando la opción de intercambiar componentes entre dos equipos –observando cuál tiene mejor desempeño– y dejar uno operativo rápidamente, mientras que el otro espera la llegada de los repuestos”, desarrolla.

Así, profesores y trabajadores de nuestra Universidad vienen aplicando los conocimientos que han acumulado en varios años de enseñanza. “Nosotros queremos apoyar en esta situación de emergencia. El personal que trabaja en nuestros laboratorios aporta regularmente en la investigación, desarrollo y mantenimiento de los equipos de la sección”, indica Cataño. “Todos ellos son personas comprometidas con el país”, asegura, antes de continuar abocado a esta labor.

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