"Varias palabras de internet ya se están incorporando al diccionario"
«Cáterin», «pirsin», «sexi», «yudo», «mánayer», «zapeo» y «wasap» son algunas de las nuevas palabras admitidas por la Real Academia Española (RAE). La revolución del internet y la interculturalidad entre diferentes países hacen que el lenguaje vaya evolucionando.
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Eduardo Hopkins
Docente del Departamento de Humanidades y miembro de la Academia Peruana de la Lengua
Texto:
Paloma Verano
¿Cuál es el proceso para incorporar una palabra al diccionario de la Real Academia Española?
Cada país tiene distintas academias correspondientes vinculadas a la Real Academia Española. Estos equipos seleccionan y proponen nuevas palabras, ya sea porque se escuchan frecuentemente dentro del habla popular, o porque los medios de comunicación empiezan a mencionarlas. Sin embargo, existe un filtro a nivel estadístico para ver si estas palabras son temporales o pueden perdurar en el tiempo. Hace uno o dos veranos, los chicos utilizaban para todo la frase “tipo que”, o hace ya varios años el término “o sea”, pero ya se perdió. A veces son vicios, tics, que deben estudiarlos y considerarlos, pero que no son significativos temporalmente. La lengua no solo se debe examinar en su aspecto “sano”, sino también en sus malestares, deformaciones y degeneraciones. Todo es motivo de investigación.
¿Cuál es el criterio para decidir que una palabra debe ser añadida al léxico?
El criterio central es que las nuevas palabras encajen dentro del sistema de la lengua española. Cada lengua tiene su propio sistema, hay ciertas combinaciones que no se pueden hacer. Se puede añadir una palabra extranjera o de uso científico pero no como está en su origen, sino que debe adaptarse al sistema fonético y sintáctico de la lengua.
¿Así como el caso de ‘wasap’?
«Wasap» ya ha recibido varias aprobaciones y se recomienda su uso. Todavía no está en el diccionario, pero ya pronto lo estará. Hay varias palabras que vienen de internet y que ya se están incorporando. El español no tiene una regla rígida, a través de los siglos ha recibido influencias del italiano, del inglés, del francés. Desde el punto de vista gramatical, es una lengua que está aplicando las últimas teorías y métodos de lingüística contemporánea para definir su propio sistema y encontrar las excepciones a las reglas.
Hay países que se prestan palabras, ¿cómo se hace para acoger las diferentes acepciones en cada una y no confundirlas?
Siempre sucede que se filtran los localismos, pero podríamos hablar de un español estándar. Hay una tendencia cuando se traducen textos de otras lenguas al español, hay veces que se escoge el español ibérico o peninsular que es muy local, otras veces el de México o Argentina. Muchos traductores prefieren usar uno estándar que sea tolerable. Se tiene en cuenta las variaciones en el sentido de que, para algunos países, determinada palabra es una grosería, mientras que en otros, no. Un profesor, Manuel Albán, mencionó la necesidad de tener una especie de aduana lingüística cuando se pasa de un país al otro. Hay léxico que no usamos y palabras que tienen diferentes significados. Cada nación y cada país tienen un lenguaje determinado, una entonación, un ritmo y una musicalidad. También tienen una predilección en cuanto a las palabras y a su significado.
¿Cómo ha cambiado la aceptación de nuevas palabras?
En el siglo XIX, el proceso de aceptación era muy duro, hay que recordar nomás la experiencia de Ricardo Palma y sus papeletas lexicográficas; salió muy asustado porque no le aceptaron muchas palabras. Ahora el panorama es distinto, hay más flexibilidad y eso pasa por la importancia que tiene el español en el mundo. La presencia cultural es importante, tenemos más gente escribiendo periodismo o literatura, gente con mayor nivel, premios internacionales y prestigio. Si España rechazara términos que utiliza Mario Vargas Llosa en su novela, no sería bueno. El uso, la presencia y el respeto al otro, junto con el diálogo y comprensión, ayudan a erradicar prejuicios y aceptar que el español no es una propiedad internacional.
El Perfil
Nombre: Eduardo Hopkins
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