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"Se puede derrotar al narcotráfico con una estrategia integral y sostenida"

La producción de hoja de coca ilegal crece a un ritmo alarmante. Algunos estudios señalan que, si continuamos al mismo ritmo de crecimiento, en el 2011 podríamos ser el principal productor de coca. ¿De qué manera afecta esto a la seguridad, la democracia y el desarrollo de nuestro país?

  • Sandra Namihas

El Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad (IDEI) presentó su última publicación «Amenaza a la seguridad: el mapa del narcotráfico en el Perú». La publicación aborda la relación entre este problema y  la seguridad nacional desde diferentes dimensiones. Una de las conclusiones de la obra es que, en los últimos años, el narcotráfico se ha erigido como la principal amenaza para la seguridad, la democracia y el desarrollo del Perú.


¿Por qué el narcotráfico es una amenaza para la seguridad del país?

El narcotráfico representa una seria amenaza para nuestro país, su desarrollo y estabilidad debido a los terribles efectos que viene generando en el campo político, social, cultural, económico y medio ambiental. En este último campo, podríamos decir que, actualmente, más de dos millones y medio de hectáreas de bosque amazónico peruano han sido destruidas por el narcotráfico. El uso indiscriminado de agroquímicos provoca una fuerte erosión y desertificación de los suelos, así como un efecto contaminador en los ríos.


¿De qué manera aborda el tema esta publicación del IDEI?

Este libro deja atrás la estéril dicotomía y señalamiento de culpabilidades entre países productores y consumidores para asumir este problema como una causa nacional. Además, considera a todos los componentes de «la cadena de la droga», supera el tradicional análisis en base a cuencas geográficas y ejecuta un estudio por regiones, provincias y distritos para facilitar la asignación y asunción de responsabilidades por parte de las autoridades respectivas.


¿Qué regiones del Perú presentan los niveles más críticos?

Los casos de Ayacucho, Cuzco y Huánuco son particularmente preocupantes. Ayacucho produce hoy 10,359 ha de hoja de coca, de las cuales 10,126 son ilícitas, esto es, casi el 98% de su producción tiene un destino ilícito. Ello ha llevado a que el peso de la coca ilegal en el PBI agrario de Ayacucho represente hoy el 70%. En cuanto a Cuzco, si bien puede afirmarse que es la primera región proveedora de hoja de coca legal en el país, también es cierto que hoy produce 18,122 ha de las cuales 12,450 son ilícitas, esto es, casi el 70% de su producción total. Aquí, el peso de la coca del narcotráfico en el PBI agrario representa el 28%. Finalmente, Huánuco produce hoy 17,976 ha de hoja de coca de las cuales 17,714 son ilícitas, es decir, es la región que tiene el mayor número de productores ilegales del país y es la región con mayor producción ilegal de hoja de coca (98.5%). El peso de la coca-narcotráfico en el PBI agrario de esta región representa hoy el 47%.


¿Esto significa que la lucha contra el narcotráfico ha fracasado?

Sacar una conclusión absoluta sería irresponsable. El IDEI plantea un análisis por regiones. San Martín, por ejemplo, ha reducido sustantivamente el número de hectáreas de hoja de coca, de 20 mil ha existentes entre 1993 y 1995 a 321 ha en el 2008 y, consecuentemente, se ha reducido el peso de la coca-narcotráfico en su PBI regional a 0.28%.  San Martín, entonces, es la prueba más palpable de que derrotar al narcotráfico es posible cuando se aplica eficientemente una estrategia integral y sostenida.


¿Qué implica una estrategia integral?

Implica necesariamente la presencia de tres componentes básicos: programas de desarrollo alternativo, labores de interdicción y una política eficaz y sostenida de erradicación de los cultivos ilícitos. En la obra se demuestra que, en aquellas regiones donde se han aplicado tan solo uno o dos de estos componentes, la estrategia ha fracasado. En aquellas regiones en las que se han aplicado los tres componentes de manera conjunta, la experiencia ha sido exitosa.

Algunos sectores políticos consideran que la estrategia peruana responde a una imposición de Estados Unidos.

La política antidrogas del Perú responde a los compromisos internacionales asumidos en el ámbito de la ONU, la OEA, la CAN así como en el plano bilateral. Se trata, por tanto, de obligaciones internacionales asumidas voluntariamente por el Estado peruano basadas en su convicción y compromiso de lucha contra el crimen organizado transnacional.


¿El libro considera la industrialización de la hoja de coca como una alternativa?

Los diversos intentos de mayor industrialización de la hoja de coca que se han desarrollado en el Perú y en otros países productores (tales como energizantes, saborizantes, productos farmacológicos, filtrantes, entre otros) no han tenido resultado hasta la fecha, sea por su escasa aceptación, por la saturación del mercado, por su baja calidad nutricional o por lo caro que resulta extraer el alcaloide de la hoja de coca. Así, los intentos por industrializar el pan de coca, el proyecto Lowman-Daly para crear una bebida energizante, entre otros, han fracasado. Incluso, si la Coca Cola duplicara su producción mundial de 500 a 1000 millones de botellas diarias y comprara toda la hoja de coca que requiere al Perú, ello representaría solo el 0.38% de la actual producción peruana.

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