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¿Qué es el ébola, su epidemiología y cómo se trata?

  • Rogelio Sueiro
    Jefe del Servicio de Salud de la PUCP

Tras un periodo de incubación de una semana aparecen bruscamente fiebre, cefalea, malestar general, odinofagia y otros síntomas inespecíficos, por lo que el cuadro inicial no es distinguible de otras enfermedades febriles.

Se vive actualmente el peor episodio de ébola registrado hasta la fecha, brote en que los afectados superan los 8.000 y los muertos los 4.000 casos.

El ébola es una fiebre hemorrágica en humanos y primates (monos, gorilas y chimpancé), causada por un virus del tipo filovirus, cuyo genoma está compuesto por una molécula de RNA (ácido ribonucleico). La familia filoviridae está formada por los géneros ébola virus y marbugvirus. Se han descrito cinco especies de virus Ébola, que toman el nombre del área geográfica donde se identificaron: Zaire, Sudán, Bundiburgyo (asociados a importantes brotes de fiebre hemorrágica), Costa de Marfil y Reston. El género Marburgvirus está constituido por una sola especie denominada Lake Victoria.

Epidemiología

En 1967 fue detectado en Marburg (Alemania) y en Belgrado (Serbia) un brote de fiebre hemorrágica en personal de laboratorio que trabajaba con monos importados de Uganda.

En 1976 tuvieron lugar simultáneamente dos brotes de fiebre hemorrágica en Sudán y en la Republica Democrática del Congo (antiguo Zaire). Tanto el cuadro clínico como la morfología del virus aislado eran similares a los del virus Marburg. Sin embargo, la característica del virus reveló que se trataba de un nuevo tipo, que posteriormente fue denominado Ébola (el nombre se debe al río Ébola, geográficamente ubicado en Zaire). A pesar de la coincidencia en el tiempo de ambos brotes, las especies causantes eran diferentes y posteriormente se denominaron Ébola-Zaire y Ébola-Sudán.

En 1989, una tercera especie de virus Ébola (Reston) fue aislada en EE.UU. a partir de Macacos importados de Filipinas.

El virus Ébola-Costa de Marfil se aisló en 1994 en una paciente con un síndrome febril con exantema que contrajo la infección mientras practicaba necropsias a chimpancés con enfermedad hemorrágica. La última especie identificada del virus Ébola – Bundibugyo descrito en el 2008 en Uganda, ha tenido lugar brotes en diversos países africanos.

En marzo del 2014 se ha registrado el último brote en Guinea Conakry, donde se ha extendido por Liberia, Sierra Leona y Mali, y en menor medida en Nigeria. Se vive actualmente el peor episodio de Ébola registrado hasta la fecha, brote en que los afectados superan los 8.000 y los muertos los 4.000 casos. La OMS está haciendo todo lo posible a nivel regional e internacional para intentar prevenir su expansión a otras fronteras.

El ébola en humanos

El ser humano puede contraer la enfermedad por contacto con animales infectados vivos o muertos. El virus Ébola puede ser detectado en una variedad de líquidos biológicos como sangre, heces, saliva, semen, leche materna y lágrimas. La trasmisión hospitalaria puede llegar a ser importante, como ha sucedido en algunas epidemias, en la reutilización de jeringas y en la falta de medidas de protección adecuada que ha convertido el hospital en un lugar de trasmisión de la enfermedad.

A excepción del virus Ébola-Reston, que no ha demostrado causar infecciones graves en el humano, el cuadro clínico de todas las infecciones por Ébola y Marburg es similar. Tras un periodo de incubación de una semana (2 a 21 días) aparecen bruscamente fiebre, cefalea, malestar general, odinofagia y otros síntomas inespecíficos, por lo que el cuadro inicial no es distinguible de otras enfermedades febriles. La enfermedad progresa rápidamente. La mortalidad es variable, la mayoría de las muertes tienen lugar entre la primera y segunda semana tras el inicio de los síntomas. Sin embargo, también se han descrito casos leves e incluso asintomáticos de infección por virus Ébola.

Diagnóstico y tratamiento

La sospecha diagnóstica suele tener lugar en el contexto de una epidemia en una zona localizada o ante un caso aislado con un cuadro hemorrágico grave y antecedente de viaje a zonas endémicas. El diagnóstico de laboratorio de infecciones por Filovirus se hace en centros especializados, dado que la manipulación de estos virus requiere las máximas medidas de seguridad. Las pruebas diagnósticas más utilizadas son la detección de RNA viral por RT-PCR y detección de antígeno viral por ELISA.

El pronóstico de las infecciones causadas por Ébola-Zaire y Marburg se asocia a una mayor letalidad, con tasas de mortalidad que pueden alcanzar 80% a 90%, mientras que la mortalidad por Ébola-Sudán suele situarse en torno al 50%. En los supervivientes, el periodo de convalecencia suele ser largo y las secuelas son frecuentes.

En la actualidad no se dispone de tratamiento específico ni vacunas para ninguna de las infecciones por filovirus. La prevención se basa en la detección precoz de los casos, el aislamiento estricto de los enfermos y el establecimiento de medidas estrictas para proteger al personal sanitario.

Etiquetas:
Ébola
Rogelio Sueiro

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