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"El problema de la televisión y el documental en el Perú es que se escenifica mucho"

El productor, director de filmes etnográficos y profesor invitado por la Maestría de Antropología Visual, Wilton Martínez, explica cuales son los beneficios de utilizar el video como una forma de estudiar el comportamiento humano, desde un enfoque antropológico. Además, cuáles son los principales problemas y críticas a los que se enfrenta, a usar este nuevo recurso. Su visita se da en el marco de la participación de la maestría en TRANSCINEMA, Festival Internacional de No-Ficción que se realizará del 4 al 14 de julio.

  • Wilton Martínez
    Profesor de antropología en University of Maryland University College (E.E.U.U)
  • Texto:
    Susana Navarro
  • Fotografía:
    Stefany Aquise

¿Qué nueva perspectiva añade la utilización del video al hacer un análisis etnográfico?

El medio audiovisual sea cine, fotografía o video, enriquece tremendamente el trabajo etnográfico o antropológico. Antes se describía con palabras y el texto escrito, pero estos tienen una forma de articular escenarios, aunque el trabajo de campo es esencialmente visual, sensorial. Cuando el antropólogo va al campo; mira cosas, gente, se relaciona con otros, agarra objetos, ve texturas, colores, escucha y debe describir toda esa experiencia, tan compleja y rica. El antropólogo y el etnógrafo van al campo para conocer una realidad diferente, para aprender y aprehender, para conocer otras culturas y trasmitir esa experiencia a otros antropólogos y al público en general, y ese es un desafío, presentar culturas diferentes a otras audiencias. La imagen da un sentido presencial, que la palabra escrita no puede comunicar con tanta riqueza, ayuda a transportarse a ese mundo. Pero siempre ha habido una pugna entre la palabra escrita y la imagen.

¿Cuál es la diferencia entre un documental y el video etnográfico?

En principio, el cine etnográfico no es un subgénero del documental, ya que aquel empezó antes que el documental. Su inicio está cuando los hermanos Lumiere grabaron a un grupo de obreros que salían de una fábrica. Ese es un corto etnográfico, porque es un estudio de la conducta humana. El documental no necesariamente estudia esto, el aprender de la conducta humana en diferentes contextos culturales por lo general tiene una misión de explorar, documentar agendas sociales, problemáticas, políticas, es un poco de responder al momento de la actualidad, de ahí surge el reportaje, el documental periodístico, etc. No tiene necesariamente una agenda investigativa antropológica, el video etnográfico requiere una sensibilidad antropológica.

El filme etnográfico ha recibido varias críticas por parte de los antropólogos tradicionales.

Los antropólogos tradicionales dicen que la imagen trivializa el trabajo etnográfico por ser de corta duración y que no logra captar tanta complejidad en ese tiempo. Esto ha sido rebatido porque la forma de construir significados no necesariamente puede ser a través de las palabras, es una mirada más racionalista que quiere darle sentido a cada cosa y la imagen es más abierta, da impresiones y uno puede construir sus propios significados. Eso también puede dar lugar a malas interpretaciones. Además, de alguna manera se sesga demasiado la información por que el video tiene una duración limitada y el director o productor pone lo que considera lo más importante que no necesariamente puede ser lo más importante para el espectador.

Al sesgar la información, de alguna manera, el filme se vuelve muy subjetivo…

Totalmente. En la actualidad, nadie puede negar que todo es subjetivo, no hay objetividad sino un intento de ella. Todo antropólogo intenta ser lo más neutral posible, pero nadie cree que no haya subjetividad, sobre todo en los tiempos modernos, donde todo está sujeto a crítica, constructivismo e ironía. Es importante que el antropólogo trate de ser lo más objetivo posible, dejar sus sesgos de lado. Claro que cada uno tiene sus agendas ideológicas, políticas, personales, pero si las ponemos por delante, entonces ya no sería un trabajo antropológico.

¿Cree que este tipo de trabajos fílmicos puedan ayudar a la construcción de estereotipos?

Realicé un estudio de recepción de filmes etnográficos y el cine de esa época que era más objetivista, con el propósito de otorgar significado e interpretar. Ese tipo de cine sí contribuía a reforzar estereotipos, porque se presentaba a los sujetos casi como a través de un microscopio, como entes de laboratorio que estaban siendo observados y reforzaba el estereotipo porque no había un puente de conexión emocional y sensorial con los sujetos en la pantalla. Pero eso se puede tratar de atenuar dando un contexto de cómo se hizo la película, analizándola como un texto, no solo como fuente de información y trabajando con los estudiantes sobre sus interpretaciones. La mayoría de instructores no sabe mucho sobre el proceso de recepción y lo ve como una fuente de información que se vuelve tema de análisis, pero no la forma de cómo se comunica esa información, para atenuar estos prejuicios que definitivamente están ahí, sobre todo cuando se trata de culturas totalmente diferentes.

Hay algunos que consideran estos filmes más artísticos que científicos.

Definitivamente, el tratamiento estético del autor siempre va a estar ahí porque trata de expresarse, sea un científico o un productor de cine de ficción. Antes se reprimía lo estético por poner énfasis en el valor científico, ahora se ha desatado eso y se ha deconstruido totalmente ese intento omnipresente y omnisciente de la ciencia objetivista. Ahora hay mucha libertad, muchos productores usan técnicas y estilos artísticos sin ningún reparo. Incluso hay quienes consideran sus trabajos más artísticos que etnográficos. También sucede que las fronteras entre los dos géneros se han diluido, por un lado es bueno pero también es problemático, porque ahora cualquiera con una cámara puede decir que hace un video etnográfico. Con internet todo es posible, pero en el marco académico si hay una diferenciación. Un estudiante debe estar bien informado, tiene que conocer, familiarizarse con la gente, saber las rutinas para predecir. Otro problema de la televisión y el documental en el Perú es que se escenifica mucho, si se graba a un grupo que está haciendo artesanía, se les indica que no miren a la cámara y que hagan algo bonito, como si fuera un ensayo, desgraciadamente hay mucha manipulación y es bastante generalizado.

Usted presentará un avance de su film etnográfico, Fiesta Transnacional: 20 años después. Nos puede contar en qué consiste.

Hicimos una primera producción en 1992 sobre una familia de migrantes de Cabanaconde, que ahora viven en Washington y que regresaron a pasar el cargo en la fiesta patronal. Esta nueva producción es un seguimiento de la misma familia, la fiesta, la comunidad local y migrante. Hay una riqueza de temas que giran alrededor de esa comunidad y del proceso histórico que ha cambiado o que permanece, como que la familia ha crecido, la segunda generación de migrantes mantiene una relación con Cabanaconde, pero cada vez es menos; los chicos nacen y crecen allá (E.E.U.U), pero permanece  la tradición y patrones culturales del mundo andino. Si hace 20 años preguntabas, ¿usted se siente americanizado?, decían que no, que seguían siendo cabaneyos, ahora responden que se sienten de los dos países por igual, han absorbido valores de la cultura norteamericana. La biculturalidad les da un repertorio más grande de recursos, valores, aptitudes y formas de ver el mundo más rica. Pero tiene su costo, los migrantes son discriminados, hay mucho resentimiento hacia lo extranjero y ese es un aspecto de la identidad bicultural. La parte de la permanencia, la continuidad, el cambio, las transformaciones, la ruptura a través del tiempo y el fenómeno bicultural es una de las cosas más interesantes.

El Perfil

Nombre: Wilton Martínez

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