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Lima necesita un tranvía: una idea “loca” que funciona en ciudades inteligentes

  • Krishan Barr Rosso
    Especialista en Sistemas de Transporte Sostenible y egresado de Ingeniería Civil PUCP

¿Y si Lima tuviera tranvías? No metros subterráneos que tardan décadas en construirse ni buses que se atascan en el tráfico como cualquier otro carro. Hablamos de un tranvía eléctrico moderno, como los que atraviesan silenciosamente Berlín, Copenhague o Estrasburgo. Puede sonar a locura en una ciudad saturada de combis, bocinas y caos vial, pero en muchas partes del mundo, esta “idea loca” es la columna vertebral de un transporte urbano sostenible.

El problema: Lima y su adicción al transporte informal

Lima tiene un sistema de transporte desordenado, fragmentado y contaminante. Con más de 10 millones de habitantes, sigue dependiendo de una mezcla precaria de combis, corredores segregados mal gestionados, taxis colectivos y una línea de metro que no da abasto. El Metropolitano y los corredores complementarios, aunque útiles, no han logrado cambiar estructuralmente la cultura del transporte ni generar una alternativa verdaderamente atractiva al auto privado.

El tranvía moderno (también llamado tram) combina lo mejor de varios mundos: la capacidad y la eficiencia de un tren ligero, la integración urbana de un bus y la limpieza de un sistema eléctrico".

¿Y si apostamos por un tranvía?

El tranvía moderno (también llamado tram) combina lo mejor de varios mundos: la capacidad y la eficiencia de un tren ligero, la integración urbana de un bus y la limpieza de un sistema eléctrico. Ciudades como Milán, Ámsterdam, Viena, Sídney y Bogotá ya los usan o planean implementarlos. Berlín, por ejemplo, tiene una extensa red de tranvías que se integran perfectamente con el metro y los buses. ¿Por qué no Lima?

¿Cuánto cuesta construir un tranvía?

Construir una línea de tranvía moderno cuesta entre 15 y 35 millones de dólares por kilómetro, dependiendo del contexto urbano, el tipo de vía (segregada o compartida), el material rodante y la infraestructura asociada (paraderos, electrificación, señalización). En comparación, una línea de metro subterráneo puede costar más de 120 millones de dólares por kilómetro. Es decir, se pueden hacer cuatro veces más kilómetros de tranvía por el mismo presupuesto.

Construir una línea de tranvía moderno cuesta entre 15 y 35 millones de dólares por kilómetro. En comparación, una línea de metro subterráneo puede costar más de 120 millones de dólares por kilómetro.

Capacidad y eficiencia

Un tranvía moderno puede transportar entre 200 y 300 pasajeros por unidad, dependiendo de la configuración. Y al ser eléctrico, no emite gases contaminantes. Es más silencioso, requiere menos mantenimiento que los sistemas a combustión y tiene una vida útil larga: 30 a 40 años. Además, suele tener prioridad semafórica y puede operar con intervalos de 3 a 5 minutos en hora punta.

¿Es factible para Lima?

Sí, pero requiere valentía política y visión urbana.

Para empezar, Lima tendría que:

  • Rediseñar avenidas clave para dar espacio al tranvía (por ejemplo, Javier Prado, La Marina, Faucett, Brasil, Arequipa, etc.).
  • Eliminar paulatinamente el transporte informal en esas rutas y reorganizar el sistema de buses complementarios.
  • Invertir en electrificación, estaciones y vehículos modernos.
  • Integrarlo, tarifaria y físicamente, con el resto del sistema de transporte (buses, metro, bicicletas).
  • Educar y convencer a la ciudadanía de que es una inversión a largo plazo, no un lujo europeo.

Beneficios para Lima

  • Menos contaminación del aire y sonora.
  • Reducción de la congestión vehicular (cada tranvía puede reemplazar a más de 5 buses o 200 autos).
  • Reactivación del espacio público: el tranvía dignifica la ciudad, moderniza avenidas y da pie a espacios peatonales más seguros y agradables.
  • Turismo y orgullo urbano: ¿quién no se ha subido al tranvía en Lisboa, Praga o Estocolmo para recorrer la ciudad?

Una “locura” que ya funciona

Lo que para Lima suena a fantasía, es realidad diaria en decenas de ciudades del mundo. En América Latina, ciudades como Medellín o Buenos Aires han apostado por tranvías o trenes ligeros urbanos, con buenos resultados. Incluso Bogotá ha considerado un sistema tranviario como complemento a su red de transporte masivo.

En un contexto de crisis climática y colapso urbano, Lima no puede seguir apostando por más de lo mismo. El tranvía no es una solución milagrosa, pero sí una alternativa realista, eficiente y sostenible.

Tal vez Lima necesita una “idea loca” para despertar del letargo.

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JOSE ANTONIO FAJARDO EYZAGUIRRE

Excelente propuesta, cómo dices, se requiere valentía política para cambiar la manera de pensar, proponer, innovar e implementar para mejorar de a pocos.