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La gestión de las infraestructuras en el Perú: el reto de la planificación

  • Rosaria García
    Arquitecta, Master en Gestión de las Infraestructuras

En el ámbito territorial, un plan sectorial de infraestructuras permitiría proteger aquellas zonas intangibles y otorgaría información de las ubicaciones estratégicas de emplazamiento de nuevas infraestructuras que atiendan y conecten a poblaciones urbanas y rurales.

La provisión de infraestructuras para el servicio público constituye un rol determinante en la calidad de vida de los ciudadanos, permite el desarrollo de las actividades sociales y económicas por lo que contribuye a hacer del Perú un país competitivo. Según el Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP), el nivel de inversiones en infraestructura pública en los próximos cincuenta años, alcanza los 200 mil millones de dólares.

Es evidente que para cerrar la brecha de infraestructura en el país, no sólo bastará con los fondos públicos, por lo que es necesario considerar a la inversión del sector privado como un factor estratégico. En este marco de colaboración entre el sector público y privado, debe considerarse la visión del concepto de la generación del valor compartido, como estrategia en la gestión de las infraestructuras en el país.

En ese sentido es destacable que la Agencia de Promoción de la Inversión (Proinversión) del Ministerio de Economía y Finanzas se encuentre impulsando mecanismos de financiación con base en las Asociaciones Púbicos Privadas (APP) y mediante la Ley Nº 29230, Obras por Impuestos, convirtiéndose en un catalizador de la inversión privada y desarrollando un rol proactivo organizando Road Shows en diversos países y mostrando las oportunidades de inversión en el Perú. Es alentador que Proinversión afronte el desafío de la financiación de las infraestructuras.

Sin embargo, desde mi posición como arquitecta deseo poner en evidencia la ausencia de instrumentos de planificación territorial y urbana, cuyos directos responsables son las autoridades de los gobiernos subnacionales (regional y local). Este desafío de planificación que expongo no tiene la finalidad de sumar un elemento más a la gestión de las infraestructuras, sino, lo presento como un factor efectivo que de tenerlo actualmente, haría posible identificar, con sustento, aquellos proyectos de alta priorización, debido a su perfil estratégico, a su impacto en la sociedad y en la economía.

En el ámbito territorial, un plan sectorial de infraestructuras permitiría proteger aquellas zonas intangibles y otorgaría información de las ubicaciones estratégicas de emplazamiento de nuevas infraestructuras que atiendan y conecten a poblaciones urbanas y rurales. En el ámbito de las ciudades, un plan urbanístico posiciona la visión de la ciudad en el mediano y largo plazo, por lo que en el caso de las infraestructuras, nos indicaría su pertinencia y qué tipo de equipamiento urbano necesitamos.

Finalmente, es necesario dejar en claro que los planes no son estáticos, sino mas bien evaluados constantemente con la finalidad de identificar y actualizando con las tendencias globales. En el caso de las infraestructuras los grandes avances tecnológicos provocan que se redefinan la provisión de algunos servicios públicos con la finalidad de generar un modelo de vida más sostenible. Es vital atraer inversión para proveer de infraestructura a la población, pero es igual de importante invertir en la planificación.

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