¿Qué papel juega una barra brava en la construcción de la identidad de un club?

Habría que entender que desde el momento en que el fútbol se convierte en una pasión deportiva y social, se observa una participación muy activa de los hinchas y los aficionados. Esto sucede en todas las sociedades. Las hinchadas no solo apoyan a sus equipos y celebran los goles, sino que construyen las narrativas, las historias, los símbolos. Son las que van a permitir el paso en la historia oral de los momentos memorables de uno u otro equipo. Y cuando hablo de hinchas también hablo de la prensa, pues los medios de comunicación están conformados por hinchas, sobre todo los de las páginas deportivas, así sostengan lo contrario.

Los aficionados, los hinchas, más allá de las barras, tienen un rol fundamental en la génesis, definición y difusión de los significados y contenidos que caracterizan a las pasiones deportivas. Ahora bien, las llamadas barras bravas se inscriben en este plano más histórico y permanente. Constituyen el sector más radical en su adhesión a un club deportivo y se convierten en un actor beligerante en la defensa de sus colores y en la construcción de simbologías y nombres: Comando Svr, Trinchera Norte, etc. Quiero resaltar que estas barras no están compuestas por todos los hinchas y todos los aficionados, sino solo por el sector más militante y combativo. Este sector es, a su vez, un mundo muy plural y heterogéneo: hay gente de toda extracción social, con distinto nivel de educación, con diferentes grados de compromiso con la barra.

¿Qué intereses hay en juego al interior de estas barras?

En los últimos tiempos, al interior de estas barras se han consolidado élites que encuentran en ellas un medio de vida. Ciertamente, a esto han contribuido los equipos de fútbol, pues promueven el negocio: alentar no es solo alentar, es levantar una bandera con una marca de cerveza o de lo que sea en el preciso momento en que la televisión hace una toma de la tribuna, y cada subidita de bandera con la marca tiene un costo. Además, están las entradas, que son entregadas a la barra y luego revendidas, y el tráfico de drogas. Como vemos, existe una mercantilización, se trata de la economía de la barra, la cual es capitalizada por esta élite que, según creo, no es representativa.

Este sería un móvil para la lucha de poder.

La lucha política al interior de las barras es por el dinero que estas generan. El sector radical -el cual, por cierto, no tiene otro espacio de realización personal fuera de la barra- ha logrado hegemonizar y dominar los discursos, y regular la participación de los hinchas. Conforme la mediocridad del fútbol peruano se ha ido agudizando, las dirigencias han devenido en barras. Es decir, no hay una distancia entre el dirigente de un club deportivo, que representa más que una barra, y un barrista. Al contrario, muchos dirigentes creen que su legitimidad se fortalece en la medida que se comportan como un miembro de la barra brava.

Como en el caso de las banderas…

El tema de las banderas de la barra de la U es un buen ejemplo. Estas son conseguidas por el Comando Svr y, de pronto, aparecen en el estadio de Alianza. ¿Cómo aparecen ahí si no es con la complicidad de alguien? Eso involucra al club en un tema difícil, complicado. De otro lado, tenemos a los dirigentes de la U, quienes van donde la Policía para darle un ultimátum «de 72 horas» para que recuperen las banderas. Como vemos, en el fútbol peruano tenemos directivas lumpenezcas, «achoradas», sin la preparación necesaria y sin la comprensión de lo que están dirigiendo. Lamentablemente, existe una lumpenización del fútbol peruano en todos sus niveles.

La prensa incluida…

La prensa, sobre todo la deportiva, la de cincuenta centavos, tiene una enorme responsabilidad, pues reproduce el inmediatismo, la idea de que lo importante es ganar y no importa cómo, celebra la criollada’. Creo que esto está muy relacionado con la falta de profesionalismo, lo cual es muy grave ya que este sector -la prensa- es fundamental para cambiar la situación.

Entrevista: Pablo Torrejón
Foto: David Hermoza‘