Los emprendimientos universitarios están caracterizados por la busca de realización personal, mayor independencia y el éxito persona. No muestran diferencias significativas en los porcentajes de mujeres versus hombres aunque si hay diferencias por carrera. Hay más emprendedores en administración y economía, luego en ciencias y finalmente en letras.

Los emprendedores y emprendedoras universitarios cuentan con el apoyo de su familia y amigos, tienen una idea clara de negocio, son optimistas respecto al potencial de su idea de empresa, les resulta atractivo ser empresarios, tienen experiencia previa, en general su madre ha tenido una empresa exitosa –este si es un dato novedoso que abona el terreno que explora los emprendimientos de las mujeres- y su padre tiene un buen nivel de educación.

Los factores asociados al éxito son contar con redes sociales, el acceso a fuentes de información y tener modelos empresariales de éxito. Se dice que para que un modelo sea potente la persona debe de evaluar como próximo al modelo, es decir, «él o ella es como yo entonces yo también puedo». Estos son parte de los resultados encontrados en la investigación realizada con el apoyo del Centro de Innovación y Desarrollo Emprendedor (CIDE PUCP) y otras instituciones como parte del programa de doctorado de la Universidad de Salamanca de España.

Pero no todo es optimismo. El principal obstáculo del cual los universitarios se quejan es la falta de acceso al financiamiento. Esta queja es común en diversas latitudes como Irlanda o Colombia. Aunque desde la experiencia que vemos CIDE el dinero generalmente no es el problema, otros factores como toma de decisiones en situaciones de incertidumbre o habilidades para vender tienden a ser algunos de los elementos que en la práctica dificultan los primeros meses de la actividad emprendedora. Estos primeros meses se conoce como el valle de la muerte y el cruzarlo marca la diferencia de un emprendedor exitoso de alguien que no la hace. Sin embargo, las experiencias muestran que el factor clave, y con mucho sabor peruano, es la resilencia, es decir, el seguir persistiendo aunque haya tormenta y esta tenacidad generalmente lleva al éxito.

Ahora bien, la intención de emprender debería ser potenciada por la Universidad y vincularse a los procesos de innovación y tecnología, donde los universitarios son un grupo privilegiado de nuestra sociedad peruana. El objetivo debe ser impulsar empresas con alto contenido innovador y de tecnología, y aunque sea más difícil cruzar el valle de la muerte en ellas, una vez alcanzada la estabilidad tienen un potencial de crecimiento y de rentabilidad mucho mayor, así como una mejor posibilidad de instalarse en un entorno altamente competitivo.

Convendría dar una breve mirada a la experiencia de las Oficinas de Transferencia de Resultados de la Investigación, conocidas como OTRI por sus siglas, creadas por el gobierno central español. Estas han servido para hacer despertar en las universidades de ese país iniciativas emprendedoras orientadas a los mercados, donde el registro de patentes y las experiencias exitosas han sido llevados a escala comercial. Queda en esta universidad mucho por hacer y es vital aprovechar las iniciativas como el CIDE a las facultades y departamentos de esta universidad.

Descarga el documento sobre Intención emprendedora en jóvenes universitarios y factor de migración
Más información: http://web.usal.es/manolo