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“Quiero que no haya fronteras entre mi vida y el cine que hago”

El dos veces ganador del Óscar, por las adaptaciones de «Entre copas» (2004) y «Los descendientes» (2011), llegó al Perú para participar en el 17 Festival de Cine de Lima, organizado por el CCPUCP, que este año le rindió homenaje por su trayectoria. Con el mismo sentido del humor de sus películas, con un castellano formidable y con un conocimiento amplio de Latinoamérica, Alexander Payne se declaró fanático de la literatura de García Márquez y del griego Katzantzakis, y nos contó que de los autores peruanos ha leído a Vargas Llosa y José Carlos Mariátegui.

  • Alexander Payne
    Director de cine
  • Texto:
    Miguel Sánchez Flores
  • Fotografía:
    Víctor Idrogo

En tus historias, el drama se mezcla constantemente con la comedia. Si tuvieras que optar, ¿con cuál de los dos géneros te quedarías?

Tengo debilidad por la comedia. Siempre digo que hago comedias. Ahora bien, se puede decir que mis películas son comedias dramáticas o tal vez dramas cómicos. Solo sé que el tono que tienen tal vez sea como la vida misma, que siempre tiene muchos hilos a la vez.

Tampoco hay situaciones buenas ni malas en tus cintas.

Es que es posible decir algo bueno de algo malo porque cada uno está constantemente dentro del otro. Es como una antigua historia china donde dos hombres hablan. Uno dice “mi hijo se cayó de un caballo y se rompió una pierna” y el otro responde “qué mal”. Pero el primero replica diciendo “no, fue algo bueno, porque una semana después llegó el ejército y no se llevó a mi hijo por su accidente”. Uno nunca sabe qué es bueno y qué, malo.

¿Qué hay detrás de tus películas, de esta sensibilidad tragicómica? ¿Qué es lo que te impulsa a crear?

Simplemente, sé que me encanta el cine, hacer películas, la gente del cine, conocer personas a través del cine. Me considero muy afortunado.

Entonces, ¿tu vida es el propio cine?

No debe haber, a mi parecer, mucha diferencia entre mi vida y el cine, no me gusta decir “mi cine”, suena como pretencioso, pero sí «el cine que hago«. Quiero que no haya fronteras entre mi vida y el cine que hago, quiero que ambos tengan el mismo tono y que lo que experimento en la vida esté en el cine que hago.

Lo curioso es que la mitad de tus largometrajes son adaptaciones.

No olvides que de los trece largometrajes que hizo Kubrick, doce fueron adaptaciones. El mero hecho de que la historia venga de otra fuente, fuera del interior de uno, no significa que la película no resulte ser menos personal. Creo que la ventaja más grande de hacer una adaptación es que una novela puede sugerir un mundo que yo nunca hubiera sido capaz de imaginar.

Con “Los descendientes” logras algo difícil: desmitificar la idea de paraíso hawaiano.

Hay grandeza y belleza enorme en todo rincón del mundo, pero también hay sufrimiento y banalidad. Por ejemplo, cuando le digo a la gente “voy este mes a Italia”, me dicen “ay, qué maravilla”. Pero, ¿cómo sabes que no voy a un entierro?

¿Y cómo haces para convivir en el mundo del cine, sobre todo con tus empleadores?

He tenido buena suerte con gente inteligente, sensible, que entiende lo que quiero hacer y me comenta. No diría, ni quiero decir, que mi camino ahora es fácil, pero es menos difícil. La carrera de un cineasta es siempre difícil.

¿Cómo así surge la posibilidad de venir? ¿Qué sabías del Festival de Cine de Lima? ¿Sobre el Perú?

Siempre quise visitar el Perú. Yo sabía que existía el Festival de Cine de Lima. Me encanta ver cine en general, y me atraía la idea de nivelarme con el cine latinoamericano del bueno.

¿Qué es cine del bueno? En el Perú, este año, las películas nacionales han tenido mucho éxito de audiencia, pero muchos las acusan de ligeras y comerciales.

Es muy subjetivo. Hace poco vi en el avión ese gran éxito francés Amigos intocables. Esa película la había evitado, simplemente, con el prejuicio de que era un gran éxito. Me puse a verla y me encantó, aun reconociendo sus maneras comerciales. Tendrías que ser muy testarudo para no reconocer las virtudes que tiene esa película. Tampoco me gusta el cine demasiado pretencioso, eso es hasta peor.

¿Qué es una película muy pretenciosa?

Estuve el año pasado en el jurado de Cannes, encabezado por el director italiano Nanni Moretti, en una reunión estábamos lamentando el hecho de que hubiera películas más enamoradas de su propio estilo que de sus personajes. Moretti dijo, citando a un guionista y actor italiano: “Quien busca el estilo encuentra la muerte, quien busca la vida encuentra el estilo”. Y así es. Yo creo que es pretencioso concentrarse más en el estilo que en la humanidad.

Cómo haces para rodar? ¿Tienes la película lista en tu cabeza antes?

Es como la pintura. Hay pintores que tienen la imagen exactamente como la quieren ya en la mente y el proceso es ejecutar esa imagen ya planeada. Hay otros que tienen solo una idea muy vaga. Yo soy más como este. El guión sugiere una posible película y el proceso de buscar los sitios donde poder filmar, encontrar los actores, sugerir el blocking, qué música usar, todo es un proceso de descubrimiento. Y mi deber principal es quedar siempre abierto a las posibilidades que me traen los dioses.

Crees, entonces, en las musas.

Creo en algo, no sé. Pero digo los dioses, las musas, lo que sea, pero es algo que no puedes controlar.

El Perfil

Nombre: Alexander Payne

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