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“Encarcelar va a producir males, raramente trae algo positivo”

La especialista estuvo en la PUCP para participar como expositora del II Workshop Internacional “Construyendo conocimiento criminológico para el diseño de políticas públicas de control de la delincuencia y las drogas: aportes desde la investigación cualitativa”, organizado por el Grupo de Investigación en Drogas, Seguridad y Convivencia Ciudadana, del Departamento de Psicología.

  • Josefina Castro
    Subdirectora de la Escuela de Criminología de la Facultad de Derecho de la Universidade do Porto (Portugal)

Si los especialistas coinciden en que aplicar políticas de prevención es más efectivo que invertir en represión, ¿por qué no se invierte en ellas?

Porque hay una preocupación ciudadana por la seguridad y esta es, muchas veces, aprovechada política y populistamente por las autoridades.

¿Es esta una tendencia internacional?

¿Qué dicen esos estudios?

Nos han mostrado que los jóvenes, tras la experiencia de haber sido detenidos y haber estado en prisión, aumentan la frecuencia de la criminalidad.

¿Qué es lo más importante al elaborar políticas de prevención?

Hay que elaborarlas a partir de un buen diagnóstico. Se ahorra mucho dinero y se obtienen mejores resultados si se realizan políticas desde una buena base científica. Y es importante que haya un compromiso político, al menos a mediano plazo, para que sea sustentable, pues se suelen hacer cosas puntuales, que no tienen conexión con otras. Se debe apostar por un trabajo sostenido, de evaluación constante y con seguimiento. De lo contrario, es muy difícil decir –política y socialmente– que esto resulta.

¿Cómo abordar las causas de la delincuencia al establecer estas políticas?

Primero hay que tener en claro que los factores de riesgo no son, necesariamente, causas. La mayor parte de los casos responden a factores correlacionados, asociados. No todos los factores son causas en todos los casos, pues, para establecer una relación de causalidad, es necesario una serie de condiciones metodológicas muy específicas. Lo importante es que, al establecer las políticas públicas, estas sean avaladas por la ciencia y el conocimiento. Para ello, los políticos deben acudir a los científicos y a quienes tienen experiencia de campo en el tema, quienes trabajan en los contextos, pues ahí tendrán herramientas para hacer bien las cosas y cometer menos errores.

¿Qué es lo que debemos buscar al analizar el caso de un adolescente infractor que consume sustancias ilegales?

Se puede evaluar en lo científico y en lo práctico. Desde el punto de vista científico, debemos buscar comprender el comportamiento adolescente y, para ello, debemos hacer un análisis más allá del consumo de drogas. Estudiar los hábitos de consumo es solo una forma de acercarnos al comportamiento adolescente. Por otro lado, desde el punto de vista práctico, lo que tenemos que buscar es mejorar la intervención. En situaciones específicas se pueden mezclar ambas perspectivas de estudio, pero hay que tener en claro que no es lo mismo.

¿Cuál es la experiencia de prevención en su país?

En Portugal, durante la década de los 80 y 90, éramos uno de los países de Europa con la tasa más alta de heroinómanos. Cada familia tenía una persona con este problema y era un asunto de salud pública. Se implementó una política y una estrategia nacional de represión de venta de heroína, y se creó una serie de instituciones públicas gratuitas que ofrecían todos los tratamientos de recuperación posibles –no solo para la heroína, sino para otros tipos de drogas–, en donde se procuró que cada persona reciba el tratamiento que necesitaba según su adicción. Ahora casi no hay heroinómanos y ya no es un problema público.

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