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“El ser humano es un experto en audición”

Para él, la música es el arte que puede trascender a través del tiempo y culturas, sin importar los contextos. Su pasión como compositor la encontró en un piano, al intentar descubrir sonidos completamente nuevos. Y ese inicio marcó su tendencia: la experimentación de la música y la tecnología. En esta entrevista, el Dr. Teruggi nos cuenta sobre estas experiencias y, además, sobre el desarrollo de las tecnologías para la conservación del patrimonio audiovisual. Él nos visitó para el Seminario regional “Preservación y valoración del patrimonio audiovisual en América Latina” organizado por la PUCP, en colaboración con la Federación Internacional de Archivos de Televisión y el Institut National de l’audiovisuel (Francia).

  • Daniel Teruggi
    Director del Departamento de Investigación y Experimentación del Ins titut national de l’ audiovisuel (Francia)

¿Cuál es la importancia de la música y por qué la creamos?

La música, en general, sea cual fuese, está basada en el hecho de que el ser humano es un experto en audición, que va acumulando experiencias sobre cómo oír y darle sentido a lo que oye. Pensar en una melodía puede ser algo totalmente absurdo, pero, cuando pongo un sonido al lado de otro y, de pronto, el sonido adquiere sentido para mi percepción, se va más allá del sonido como origen, ya que pienso en su estructura, en melodías y emociones. El compositor, aun cuando trabaja con máquinas y aparatos, es ante todo un oyente, alguien que quiere que lo que oiga sea coherente y pueda ser transmitido.

¿Cuáles son los desafíos de experimentar con la música?

Cuando empecé a mostrar mi música, estaba muy preocupado por lo que hacía, pero, con el tiempo, me fui liberando. Hoy en día no me interesa a qué se parece. Me preocupa que a mí me guste y que esté de acuerdo con el resultado. Muy temprano, en mi vida musical, decidí asociarme a la tecnología nueva para hacer música y, en vez de combinar solo sonidos que existen, combino sonidos que también invento.

¿Nunca sintió un conflicto con la música en su concepto tradicional?

Nunca hubo conflicto. He continuado haciendo mucha música instrumental, pero siempre asociada a algún medio tecnológico. Creo que hace años no compongo una obra solo para instrumentos. Me gusta la idea de utilizarlos como solistas y los sonidos como una orquesta.

¿Ciertas identidades culturales pueden tener cercanía con la música experimental?

Hemos visto que hay corrientes fuertes de identidad –como la música hindú, el tango, el jazz–, que surgen como montañas, pero, como no se ubican en espacios cerrados, se mezclan con todo lo que hay alrededor. No niego la identidad cultural como algo propio de una localidad, pero, cuando se difunde como parte de la identidad de un país, se va más allá del objetivo inicial. Es muy abstracto y muy delicado porque hay muchos países y corrientes políticas que se han basado en la identidad cultural, que no es otra cosa que fijar ciertos cánones que te digan ‘esto es así’; la identidad cultural convierte las cosas en estáticas cuando tienen que ser dinámicas.

¿Cuánto representan las tecnologías de la información (TI) en la conservación del patrimonio audiovisual?

Sin las TI, el patrimonio audiovisual estaría condenado a desaparecer porque es un medio extremadamente frágil y el hecho de que se pueda conservar representa un desafío técnico. Cuando empiezas a fabricar información, empiezas a desear conservarla y entras a una lógica de archivo. El mundo digital ofrece soluciones eficaces, pero no existe más lo que se llama la conservación pasiva. Tengo que organizar el proceso a lo largo del tiempo porque es mi única garantía de que pueda conservarla en cien años. Regularmente, tengo que ir copiando los contenidos a nuevos sistemas, formatos y contextos, para tener una garantía a mediano y largo plazo.

¿La confianza en el mundo digital no podría representar también un peligro?

Estamos saliendo de un periodo muy peligroso, que fue la llegada de la tecnología digital, porque se pensaba que ya estaba todo resuelto. Se perdió la idea de vigilancia en lo que se estaba haciendo y se produjo una especie de vacío, donde muchas cosas se perdieron porque dependían de los individuos. Hoy en día estamos industrializando el proceso de conservación y ahora los sistemas son capaces de autogestionarse, para que sea el mismo objeto el que se preocupe de su propia longevidad y de la perpetuación de la información. Todo eso funciona muy bien en grandes instituciones, pero no tanto a nivel de los individuos, que pierden una gran cantidad de información.

¿Cómo debería ser la conservación de contenidos por parte de los individuos?

Aunque parezca un punto de vista contradictorio, hay que también perder porque no podemos entrar en una lógica de conservarlo todo. Pienso que la dificultad es, primero, determinar qué es lo que hay que conservar; y, luego, poner en práctica procesos simples y eficaces para que cualquier individuo pueda conservar lo que quiera, proyectarse en el tiempo y tener la certeza de que sus contenidos serán accesibles.

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