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"Debe respetarse el derecho a ser diferentes"

La lucha y el reclamo amazónico, más que un problema de abandono por parte del Estado, es un asunto de comprensión de lo que son realmente las comunidades indígenas y nativas.

  • Óscar Espinosa de Rivero

En esa línea, algunos sectores del país han manifestado que los controversiales decretos legislativos sobre la posesión de tierras se han hecho para el propio bien de la población. Los indígenas quieren ser consultados; es más, por ley, el Estado tiene el deber de consultarles. Hay una idea de que los indígenas no pueden decidir por sí mismos. ¿Por qué todos los peruanos tenemos que pensar de la misma manera? ¿Por qué tenemos que obligar a todos a tener una misma visión de desarrollo? Yo creo que esa es la cuestión de fondo; por eso no solo hay protestas en la selva, sino en el sur, en el norte y en la sierra. Las comunidades indígenas quieren decidir de forma distinta, quieren pensar de acuerdo a sus propias necesidades y deseos. Existe una incomprensión de parte del Estado y de la sociedad de no respetar ese derecho a la diferencia, un afán de pensar que siendo todos iguales va a haber más justicia. Una cosa es la equidad, ser iguales y respetados ante la ley, y otra muy distinta es que nuestra manera de entender lo que es el desarrollo o lo que queremos hacer con los recursos naturales en nuestras propias tierras, tiene que ser igual.

El Estado y la sociedad quieren imponer a las comunidades nativas su manera de hacer las cosas, con el agravante de decir: son incapaces de pensar por sí mismos. De otro lado, tanto el paro de agosto del 2008 como el iniciado en abril del 2009 son iniciativas que no provienen necesariamente de las organizaciones, sino que es la misma población la que está demandando el justo derecho a la posesión de sus tierras. Incluso en algunos lugares se ha castigado a los dirigentes por no tomar medidas radicales.

Es cierto que existe un liderazgo político claro de Aidesep, y este es importante, pero el paro es, sobre todo, un deseo casi unánime de la población indígena de la selva. Esta situación refleja que hay miles de personas que exigen el respeto a ser diferentes. En ese sentido, desde la Universidad Católica tenemos que aprender a ser respetuosos de las diferencias. El valor de la justicia no supone la igualdad de todas las personas, sino el respeto de las diferencias. Esa es la forma de acercarnos al tema de la igualdad.

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