Cuánta gente resentida hay en este país!
Los resultados de la elección y la gran cantidad de reacciones que han provocado nos sirven para señalar algunos puntos que debemos trabajar para lograr un Perú mucho más estable y justo.
-
Bruce Barnaby
Alumno de la Maestría de Derechos Humanos de la PUCP
La frase del título, muy escuchada en medios virtuales y reuniones sociales, refleja claramente los resultados del 10 de abril pues demuestra un nivel de insatisfacción con el sistema actual por un lado y un desconocimiento de la realidad por el otro.
«Los peruanos no quieren democracia, odian sus libertades y solo quieren asistencialismo». En primer lugar, el voto de las elecciones no es contra la democracia, ni contra las libertades, ni contra el sistema de mercado y mucho menos a favor del asistencialismo. No es un voto anti estado ni anarquista. El voto reflejó que los gobiernos han llegado a más lugares cuando fueron dictadura, que el sistema económico sigue siendo excluyente y que se necesita mayor inclusión social y política. Los peruanos quieren sentirse identificados con su país. Quieren un Estado que los represente.
En segundo lugar, muchos peruanos de clases A/B pertenecientes a sectores urbanos, miramos con soberbia lo que ocurre en nuestro país. Cualquiera que no piense como nosotros o que no comparta nuestros intereses es calificado de «inculto» y, por ende, de no estar calificados para poder tomar decisiones. Estas visiones prejuiciosas y racistas nos llevan a lecturas incorrectas de la sociedad y a afirmaciones peligrosas como el llamado «costo social de la violencia».
Sólo en la medida que cambiemos esta forma de mirar al resto, podremos estar preparados para dialogar y entendernos. El Estado es para todos.
Deja un comentario