Ya es de público conocimiento que el Perú es un país de emprendedores, sin embargo, ¿qué es lo que hace que un emprendedor se defina como tal?, ¿qué nos permite identificar a alguien como emprendedor? o ¿cómo hacemos que alguien sea emprendedor? Las respuestas a estas interrogantes no son sencillas, los estudios sobre el tema no llegan a un acuerdo. No existe una teoría universal consistente sobre el tema, sino que su estudio implica un conjunto de diversas formas de enfocar esto, incluyendo los puntos de vista de la psicología, las ciencias sociales y la economía.

Es más, los estudios han sesgado el fenómeno emprendedor solo al ámbito empresarial y como consecuencia de ello han aparecido múltiples esfuerzos para medir el efecto de los emprendedores en el mundo empresarial. Por ejemplo, el Global Entrepreneurship Monitor (GEM) del London Business School y Babson College, mide el comportamiento de las personas con respecto a la creación y gestión de un negocio, registran la actividad emprendedora cuando una persona con la intención de poner un negocio empieza a ejecutar alguna actividad destinada a hacerlo realidad.

También hay dos esfuerzos poco conocidos en Perú. Por un lado la Fundación Kauffman con muchos años de trabajo en la cultura emprendedora, junto al Banco Mundial han incorporado en el programa Doing Business una encuesta a nivel mundial para medir la actividad empresarial y, por otro, la Comisión Europea inició el 2003 el debate mediante la publicación del Libro Verde «Entrepreneurship in Europe», que se centró en dos cuestiones en particular: ¿por qué tan pocos europeos establecieron su propio negocio?, ¿por qué están creciendo tan pocas empresas europeas?

Sin embargo, esto no responde las preguntas iniciales, para ello es mejor usar otras metodologías y enfoques para medir la cultura emprendedora. En el año 2001 el Perú recibió una transferencia de SEBRAE (Brasil), y se transfirió un modelo de evaluación basado en características personales, el origen de este modelo está en la Small Business Administration (SBA) de Estados Unidos. El modelo de SEBRAE se basó en características personales identificadas en emprendedores exitosos, y se asume que si una persona tiene las mismas características, sus probabilidades de tener éxito al iniciar un emprendimiento son mayores. Para empezar a responder estas interrogantes, se describen las características personales de todo emprendedor:

Búsqueda de oportunidades: Se refiere a la acción del emprendedor de buscar expandir su accionar a nuevas áreas, productos o servicios. Aprovecha oportunidades fuera de lo común para comenzar un negocio, obtener financiación, equipamientos, terrenos, local de trabajo o asistencia.

Compromiso: Refleja el nivel de sacrificio personal que realiza el emprendedor o si este realiza un esfuerzo extraordinario para completar una tarea. Esto lo lleva a colaborar con los empleados o, si es necesario, se coloca en el lugar de ellos para terminar un trabajo.

Exigencia de calidad: El emprendedor se esmera en mantener a los clientes satisfechos y coloca en primer lugar la buena intención a largo plazo, encima del lucro a corto plazo. Se comporta de forma que lo que hace satisface o excede modelos de excelencia. Además, desarrolla o utiliza procedimientos para garantizar que el trabajo atienda a estándares de calidad.

Eficiencia: Se expresa cuando el emprendedor descubre mejores formas, formas más rápidas o más baratas de hacer las cosas. Además, desarrolla o utiliza procedimientos para garantizar que el trabajo se concluya a tiempo, o en menos tiempo.

Utilización de recursos financieros: Es crucial que el emprendedor evalúe alternativas y calcule riesgos deliberadamente. Trabaja para reducir riesgos o controlar resultados y se coloca en situaciones que implican desafíos o riesgos.

Establecimiento de metas: El emprendedor establece metas y objetivos desafiantes y que tienen un significado personal. Define metas a largo plazo, claras y específicas, además establece objetivos para conseguir asesoría técnica o comercial.

Búsqueda de información: El emprendedor se dedica personalmente a la obtención de información de clientes, proveedores y competidores. Investiga personalmente cómo fabricar un producto o suministrar un servicio, y consulta a especialistas buscando asesoría técnica o comercial.

Planificación sistemática: El emprendedor planifica dividiendo tareas que demandan un gran trabajo en tareas de menor trabajo con plazos previamente definidos.

Monitoreo: De forma complementaria a la anterior, el emprendedor constantemente revisa sus planes, considerando los resultados obtenidos y los cambios circunstanciales. Además, mantiene registros financieros y los utiliza para tomar decisiones.

Persuasión: El emprendedor utiliza deliberadamente estrategias para influir o convencer a otros. Esta característica es la que permite atraer a muchas personas a apoyarlo en su emprendimiento.

Red de contactos: El emprendedor se apoya en personas claves, y las vuelve sus aliados para conseguir sus propios objetivos. Trabaja para desarrollar mantener relaciones comerciales, que se conviertan luego en relaciones de largo plazo.

Independencia: El emprendedor busca autonomía con relación a las normas y controles de otros. Toma sus propias decisiones sin importar la presión social, va más allá de lo que todos piensan que debe ser.

Autoconfianza: El emprendedor mantiene su punto de vista, incluso frente a la oposición o a resultados inicialmente no estimulantes. Expresa confianza en su propia capacidad de completar una tarea difícil o enfrentar un desafío.

• Conoce las actividades a desarrollar este sábado 16 de noviembre durante el Emprende PUCP 2013. Inscripciones abiertas.