"Aprendamos a barrer", a propósito de Victoria Santa Cruz
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Sharún Gonzales
Miembro de AfroPUCP
El pasado 30 de agosto falleció Victoria Santa Cruz a los 91 años. Hace poco cumplí 22 años y pese a los 70 años de diferencia, reconozco mi historia en su historia.
Cincuenta o sesenta años después del episodio que Victoria Santa Cruz narra perfectamente en su poema autobiográfico, yo vivía lo mismo día a día. Aún hoy, el nudo en mi garganta se torna inevitable al oír sus versos: “Ya tengo la llave, ya no retrocedo”.
La conocí en persona gracias a mi madre. ¡Y qué suerte! A los 8 años ya sabía que mi historia no era única. Tuve la oportunidad de escucharla hablar de los afroperuanos y la cuestión racial en el Perú. Lamentablemente, la discriminación y el racismo eran más comunes de lo que creía en ese entonces.
Sus palabras me interpelan, me cuestionan y obligan a repensar mis pasos, lucha y conocimiento. La primera vez que escuché su canción Ya yo ta’ cansá quedé, irónicamente, pensando por semanas. “Si tú te pasas la vida pensando, verás que el tiempo te va socavando. Y si no tienes firmeza, y tu dolor va rumiando, nunca podrás levantar la cabeza”, canta Victoria. La he escuchado más de una vez, consecutiva o esporádicamente, y cada vez encuentro algo nuevo.
Reconozco en ella a una tenaz investigadora que nos ayudó a ver aquello que permaneció invisible durante muchos años: los aportes afrodescendientes a lo que hoy es el Perú. Me he tomado la libertad de citar sus producciones artísticas, no por reducirla a su papel de exponente del arte afroperuano como probablemente quedará en la historia para muchos. Creo que es posible notar cómo podemos reivindicar desde el arte, visibilizar un problema y darnos voz de aliento. Tal vez, en eso resida la principal riqueza de la tradición artística afroperuana.
El pasado 30 de agosto falleció Victoria Santa Cruz a los 91 años. Hace poco cumplí 22 años y pese a los 70 años de diferencia, reconozco mi historia en su historia. Siento su experiencia con el racismo y la discriminación muy cercana. Eso es un problema. No me siento una víctima pero reconozco el dolor pasado. En sus palabras: “Los obstáculos cumplen un importante rol” ¿Es necesaria otra razón para seguir trabajando por la igualdad en nuestro país?
“Despertemos pues de una vez, es tiempo ya, de este sueño embrutecedor. Hay que barrer. Lo primero que habrá que hacer es comprender. Comprender que es tiempo ya de enfrentar la realidad, pero sin el velo de nuestra vanidad”.
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