Comenzó su carrera con solo siete años. Amelia Uzátegui empezó con el ballet clásico en una academia en Los Ángeles. A los 18 años estudió en la Escuela Juilliard, en Nueva York, de donde se graduó como bailarina profesional. Uzátegui sostiene que “Somos quienes somos” tiene la intención de transformar la comunidad de danza, ya que considera que a través de la integración, la escena puede crecer mucho más.

“Actualmente, hay muchas escuelas, compañías y grupos, pero, lamentablemente, no tienen una red de comunicación entre sí. Cada uno trabaja de manera independiente y, por eso, creo que es importante que la nueva generación de bailarines empiece a conocerse, interesarse por el trabajo del otro y romper mitos”, explica. Para ello, ha convocado a bailarines de diferentes grupos y tendencias. “Ver cómo las diferencias los destacan y, a la vez, cómo encuentran algo muy comunal es muy rico, pues comparten técnicas y métodos que luego transforman en creaciones propias”.

Uzátegui busca generar cambios. “Quiero ser parte de una transformación social: de un despertar de sentidos y de consciencia sobre nuestra humanidad”. Ella se interesa en los temas contemporáneos, donde la danza encuentra muchos recursos. “Creo que la danza puede resumirlo todo. En las obras, puedes involucrar el lado histórico, político y económico de la sociedad. Además, aplicas mucha ciencia: la kinesiología, la anatomía, la física, las reglas del mundo. Y, adicionalmente, desarrollas la psicología, creación e interpretación. La danza es una expresión necesaria en nuestra sociedad: puede comunicar nuestras costumbres, pensamientos, inquietudes y deseos para el futuro”.

En ese sentido, ha sido líder y gestora de varios proyectos. El primero se llamó “Perú Tour 2006”: una gira de danza y talleres gratuitos en varias ciudades. En 2007, preparó un intercambio entre alumnos de la Universidad y el Centro Infantil y Juvenil de Arte de Villa el Salvador. También intervino a consecuencia del terremoto en Ica, donde dirigió una serie de actuaciones como apoyo emocional para los afectados. «Mi último proyecto fue “Danza Mundial del Agua”, donde participaron 50 personas y bailamos para resaltar la importancia y el buen uso de este recurso», narra.

Amelia Uzátegui se graduó con «Scholastic Distinction» y recibió el «Inter-Arts Award» por sus proyectos académicos y de desarrollo social. Colaboró, como artista independiente, con coreógrafos como Adam Barruch y, de manera tradicional, con el Metropolitan Opera Ballet. Se ha presentado en museos de Nueva York, como el Guggenheim y el MoMA, y ha bailado en Europa con la compañía croata Sodaberg. Ahora, de regreso a su país, presenta «Somos quienes somos» el 21, 22 y 23 de mayo en el ICPNA del Centro de Lima (Jr. Cuzco 446).

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