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Noticia

Seis proyectos de estudiantes ganan concurso de responsabilidad social

La cuarta edición del Concurso de Iniciativas de Responsabilidad Social para Estudiantes tiene como ganadores a seis equipos de estudiantes que aplicarán sus proyectos este año.

El último viernes 19 de julio, en el anfiteatro Armando Zolezzi, se realizó la ceremonia de premiación para los ganadores del Concurso de Iniciativas de Responsabilidad Social para Estudiantes. Un concurso que premia con 5 mil soles (para ejecución) proyectos de incidencia social propuestos por equipos de alumnos. Tras cuatro ediciones de este premio, la convocatoria ha pasado de 11 proyectos postulados en el primer año a 28 en la reciente edición. Seis equipos fueron presentados como los ganadores de este año.

Para Adriana Fernández, coordinadora de la Dirección de Académica de Responsabilidad Social (DARS), “lo importante del concurso es que además del monto (hasta 5 mil soles), la DARS acompaña los proyectos de manera sostenida durante toda la ejecución, esta estrategia de concurso es un aporte a la formación integral del estudiante y también colabora con la sociedad. Por eso todo el concurso es entendido como un proceso formativo”.

Los ganadores

Los equipos ganadores enfocan sus esfuerzos para lograr cambios de profundo impacto social en nuestro país, como es el caso del proyecto Barrio Shipibo. “Este proyecto es la elaboración de una propuesta de participación ciudadana concertada de la Comunidad Shipiba de Cantagallo, en el marco del proyecto Vía Parque Rímac, el cual plantea la reubicación de esta comunidad”, cuenta el coordinador Jose Carlos Ortega. Los estudiantes ven la reubicación de la comunidad como “un momento simbólico en la creación de una sociedad peruana intercultural y dialogante”.

Otros proyectos tienen una mirada analítica sobre macroproyectos ejecutados por el Estado, como es el caso de Sierra Productiva en La Libertad. Un equipo de alumnos de la PUCP evaluará sus alcances. “Si bien es cierto el proyecto Sierra Productiva ha beneficiado ya a 55 mil familias en 15 regiones del Perú, no cuenta con un sistema de evaluación y monitoreo de sus proyectos (…) creemos que nuestro trabajo es de fundamental importancia para dar cuenta de las lagunas y vacíos existentes en el programa”, cuenta Paloma Bellatín, cabeza del equipo.

En la provincia de la Convención, en Cuzco, se llevará a cabo el proyecto Diseño e implementación de una cocina mejorada que beneficiará al colegio N° 50274. “Interactuar con distintas disciplinas es, para nosotros, una nueva y bonita experiencia de trabajo, pues jamás habíamos puesto en práctica los saberes aprendidos en especialidades tan diversas entre sí como las ciencias sociales, el diseño industrial y las ingenierías”, destaca Maria Jesús Jauler sobre el trabajo con sus compañeros.

Por su parte, Olenka Retiz y su equipo utilizarán el premio para implementar Talleres de aprendizaje conjunto a partir del arte, un proyecto que busca generar espacios de promoción de bienestar a través del arte para niños que reciben tratamiento contra el cáncer. “Pensamos en talleres de arte debido a que englobaban los intereses y deseos de los niños, además de que brinda evidencia de que esta aproximación era la más usada en pacientes infantiles oncológicos”, explica.

Ganadores por segundo año

A las particularidades de esta edición se suma que dos equipos ganan por segunda vez consecutiva; ambos con un nuevo enfoque que les permite continuar implementando sus exitosos trabajos sociales.

Como se recuerda, los talleres de fotografía para pacientes psiquiátricos, llevados a cabo en el hospital Hermilio Valdizán, por un equipo de nuestros estudiantes significaron un éxito social. Este año, el equipo coordinado por Maria Grazia Erausquin busca amplificar el efecto a través de la radio. “Sentimos que la experiencia anterior nos ayudó a conocer más acerca de la problemática que abordamos, a cambiar nuestros esquemas de trabajo y darnos cuenta que hay mejor maneras de acercarnos a esta población”, cuenta.

Este también es el caso del proyecto Coyanesha Cherom ejecutado en Oxapampa y que sirvió para desarrollar las capacidades emprendedoras de las mujeres teñidoras de la comunidad Coyanesha. “Luego de esta primera fase, se obtuvo nuevo feedback y se identificaron algunas necesidades: Mejoramiento del proceso de producción y acabado de sus productos y el fortalecimiento de la confianza y autoestima; las cuales debían ser atendidas en una réplica”, explica Luisa Cossio, cabeza del equipo.

Para Adriana Fernández, este concurso (junto a otras acciones de la Universidad) ha ayudado a darles la oportunidad a nuestros estudiantes de hacer realidad sus ideas de cambio y mejora social. “Es importante resaltar que la ideas son de los estudiantes, ellos eligen la temática y las poblaciones con las que quieren trabajar, lo que habla de su cercanía con la problemática del país”. Los seis proyectos ganadores se desarrollarán a partir de agosto.

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