Si bien actualmente mantenemos un trato cordial con el país de la samba, inicialmente la relación entre Perú y Brasil fue distante y de cierto recelo. A diferencia de las colonias españolas (que se dividieron en numerosas repúblicas), Brasil mantuvo su unidad territorial debido a que conquistó su independencia sin mayores conflictos con Portugal. Estas diferencias culturales y políticas llevaron a los gobernantes brasileños a considerarse distintos del resto de países del continente, que eran tildados de anárquicos y no confiables.

«Algo cambió a fines del siglo XIX y comienzos del XX con la explotación del caucho, que se convirtió en un importante producto de exportación para ambos países. Entonces se llegó a firmar un tratado entre el Perú y Brasil en 1910, fruto de los servicios profesionales de las cancillerías de cada país, que rige hasta hoy. Poco después de la Primera Guerra Mundial y la emergencia del «panamericanismo», Brasil empezó a jugar un rol de mediador y árbitro en los conflictos fronterizos que tenía el Perú con otros países como Colombia y Ecuador», recuerda Cueto.

Aunque en un inicio el río Amazonas fue un elemento de confrontación –que nunca nos llevó a una guerra-, posteriormente ha sido fuente de entendimiento, que ha ayudado a construir no solo las fronteras sino el Estado y el imaginario popular de cada nación: «Mientras que en Brasil predominó una visión triunfalista de expansión hacia el oeste, en el Perú se tejió la imagen de que se habían perdido territorios en un proceso de decadencia que se remontaba a la Conquista», señaló.

En los últimos años, el acercamiento poblacional y económico entre ambos países se ha incrementado con la construcción de la carretera Interoceánica y la firma de acuerdos comerciales. ¿Qué nos espera en el futuro de esta relación bilateral? “Los dos países tienen cosas que aprender uno del otro. Por ejemplo, el sistema de investigación, educación superior y salud pública brasileño es, sin duda, un modelo para el Perú y para muchos otros países de América Latina. El Perú tiene una riqueza cultural y una capacidad de dedicación y creatividad de sus trabajadores que aún no es lo suficientemente conocida fuera de sus fronteras”, rescata.

Marcos Cueto cumplirá esta semana una serie de actividades académicas. En primer lugar, el martes 27 de marzo, al mediodía, dará una charla magistral titulada «Definiendo las fronteras, definiéndose a sí mismos: relaciones diplomáticas entre Perú y Brasil (inicios del siglo XX)», en el Auditorio L-105 del pabellón de Estudios Generales Letras. Asimismo, el jueves 29 de marzo, a las 7 p.m., en el Centro Cultural Inca Garcilaso (Jr. Ucayali 391, Lima), Cueto presentará su libro Indiferencias, tensiones y hechizos: medio siglo de relaciones diplomáticas entre el Perú y Brasil 1889-1945, coescrito con Adrián Lerner y publicado por el IEP. Los comentaristas serán el viceministro de Relaciones Exteriores, José Beraún; el embajador de Brasil en el Perú, Carlos Alfredo Lazary Teixeira; y el investigador principal del IEP, Antonio Zapata.

(Foto: Ruth Barbosa Martins)