Prepárate para dormir

Duerme en un lugar quieto, oscuro y a una temperatura confortable. Las temperaturas extremas pueden disturbar el sueño o evitar que te duermas.

Hazte una rutina, así tu cuerpo y cerebro se programarán para el sueño. Por ejemplo, ponte pijama, anda al baño, lávate los dientes, cepíllate el cabello, toma una infusión y acuéstate.

¿Estás dando vueltas en la cama sin poder dormir?

Practica los siguientes ejercicios:

Mentalmente lleva a cabo una lista de nombres de personas, que empiecen por “A”.

Un breve ejercicio de respiración (lenta y pausada, contando hasta 3 o 4 al inhalar y al exhalar) o de relajación (introducir imágenes mentales).

Si no has logrado conciliar el sueño en 30 minutos:

No te quedes en la cama despierto, puedes ir a otro cuarto y hacer algo relajante hasta que te sientas cansado. Por ejemplo, si deseas leer, levántate de la cama y siéntate en una silla. Has algo relajante hasta que te sientas cansado.

Y recuerda

Dormir más los fines de semana hará más difícil despertarte el lunes por la mañana, porque esto reprograma tu ciclo de sueño.
Es muy bueno realizar ejercicio físico, pero procura que no sea justo antes de la hora de dormir. Y si lo haces, que sea suave.
Cena moderadamente y al menos dos horas antes de dormir. No te acuestes con hambre.
Las preocupaciones no se resuelven en la cama. Olvídalas para relajarte.

Algunos alimentos que pueden favorecer tu sueño

Pavo, huevos, plátano, yogur, alimentos con hierro (un vaso de leche caliente).
Trata de no beber líquidos al menos dos horas antes de irte a dormir, porque una vejiga llena te puede levantar en la noche.
Muchas personas encuentran mucha ayuda, tomando un vaso de leche caliente, una infusión relajante (valeriana, zumo de apio), una fruta o algo de carbohidratos (galletas sin chocolate) antes de acostarse.
No fumes ni bebas cafeína ni chocolates, son estimulantes.