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Noticia

Las relaciones internacionales en la independencia del Perú

Hugo Pereyra, diplomático y docente del Departamento de Humanidades, ganó en noviembre la primera convocatoria de ensayo “Pensamiento Iberoamericano”, organizada por el Centro Extremeño de Estudios y Cooperación con Iberoamérica (CEXECI), que le permitió publicar el libro “La independencia del Perú: ¿Guerra colonial o guerra civil? Una aproximación desde la perspectiva de las relaciones internacionales”.

  • Texto:
    Israel Guzmán

Hoy en día, las naciones se relacionan entre sí tomando en cuenta el paradigma de una sociedad mundial integrada, con Estados interdependientes que cooperan para buscar el bienestar de sus integrantes. Pero este modelo de pensamiento surgió recién luego de la Segunda Guerra Mundial. Previamente existía solo el paradigma “realista” clásico: los Estados-Nación compiten entre sí por salvaguardar sus intereses estratégicos-militares.

“Simón Bolívar, José de la Riva-Agüero, José de La Mar, y en cierto modo, José de San Martín, tenían en su mente este paradigma realista a cuya luz he tratado de leer la independencia”, explica Pereyra, aunque cuida mucho de distinguir entre los intereses de los Estados y la visión personal que cada protagonista de la independencia tuvo sobre este proceso.

“En cuanto nacen las Provincias Unidas del Río de la Plata, en 1816, y la República de Chile en 1818, comienzan a pensar como Estados Nación, y cuando en 1819 firman un tratado para liberar al Perú, ponen como empaquetadura concretar el deseo de libertad de los peruanos”, expone el diplomático. “Pero su intención real era acabar con el poder realista en el Perú porque era un obstáculo para la supervivencia de sus propios Estados”, añade.

Contrariamente a lo esperado –y muchas veces indicado en los libros de texto de colegios-, San Martín no encontró los ánimos independentistas a tope, sino que se halló división entre independentistas y realistas. “Me parece importante entender a los realistas”, indica Pereyra, “hoy los vemos como locos que besaban sus cadenas o como un par de oligarcas que querían conservar sus privilegios. Yo creo que simplemente percibían que los intereses del Perú estaban mejor preservados con la Monarquía”.

Mientras que en 1821 el propio San Martín propuso al virrey La Serna convertir al Perú en una monarquía independiente con lazos con España, los realistas temían que debilitar esa conexión significaría la destrucción económica del Perú. “Eso ocurrió”, acota Pereyra, “pero además temían la posibilidad de que se genere un esquema en que la Gran Colombia sea una súper potencia continental, pues de hecho la Federación de los Andes de Bolívar consideraba un Perú partido en tres: el sur del Perú para Bolivia, el sur con capital Arequipa independiente, y lo que quedaba del Perú, que virtualmente desaparecía. Aceptar la propuesta monárquica de San Martín hubiera cambiado el rumbo de nuestra historia pues la intervención de Bolívar hubiera sido completamente innecesaria”.

Aunque el Estado peruano nació en 1821, entonces estuvo conformado en su mayoría por operadores extranjeros. “No solo San Martín, el Canciller o el ministro de Guerra y Marina eran extranjeros”, detalla Pereyra. “Solo el ministro de Hacienda, Hipólito Unanue, era peruano. El momento en que nace la soberanía peruana es en 1827, cuando Bolívar ya se había ido y La Mar sube al poder nombrado por el Congreso”.
Otro punto resaltado por Pereyra es que en la batalla de Ayacucho, ya en 1824, el ejército independentista tenía apenas un tercio de peruanos, mientras que el ejército realista tuvo solo 500 oficiales españoles y 8,500 peruanos.

Y en el ámbito personal, Pereyra compara también a San Martín con Bolívar. “San Martín ponía en la balanza primero sus principios liberales, la felicidad del Perú –como decía él-, y le horrorizaban las luchas geopolíticas entre latinoamericanos. En cambio Bolívar es mucho más realista, es un lector de Maquiavelo que tiene como referencia a El Príncipe, y cuando tiene que aplicar la fuerza y el terror para imponer sus puntos de vista, lo hace sin dudar”, señala. “Bolívar expresó claramente la aspiración geopolítica de la Gran Colombia de llegar hasta el Amazonas, que nos generó un problema grandísimo con el Ecuador que se soluciona recién en 1998”, añade, aunque nuevamente, recuerda que era su rol como operador político de un Estado.

“Es una historia mucho más compleja de lo que aparece en los libros de texto del colegio, y en general de la tradición que ha quedado hasta nuestros días”, concluye Pereyra.

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