Cuenta la leyenda que los venados de cola blanca habitaron el campus de la PUCP desde el principio de los tiempos y pasaron años, décadas, compartiendo la vida con los alumnos, profesores y trabajadores.

Pero, desde el año 2011, su presencia en el campus ha sido menos visible. Ahora los cachimbos preguntan si es cierto que en la PUCP hubo venados y muchos de quienes convivieron con ellos no saben adónde fueron. Pocos conocen su hogar: el zoocriadero PUCP.

El zoocriadero está ubicado al extremo sur del campus, tras el edificio de Ceprepuc, pasando el Camino Inca que cruza la Universidad. Aquí, en el extremo sur del campus, crece nuestro bosque húmedo tropical, habitado por 22 venados cola blanca y 12 tortugas motelo, con todos los cuidados especiales que requieren. El origen de las tortugas es tan incierto como el de los venados: un día, simplemente, aparecieron en los jardines. La PUCP decidió acogerlas y, desde entonces, conviven felices en el espacio que se les ha asignado.

Venados con cola blanca

“El zoocriadero de venados cola blanca de la PUCP entra en funcionamiento el 10 de mayo del 2011 con el objetivo de contribuir con la conservación de la especie”, explica la ingeniera Anggela Collacci, asistente de la Coordinación de Gestión Ambiental PUCP. El zoocriadero cuenta con una extensión de una hectárea y está provisto de espacios arbolados, cobertura vegetal de abrigo, espacios abiertos y una poza de agua.

Los venados cola blanca están presentes en los bosques secos del noroeste peruano, en los valles de las vertientes occidentales a lo largo de los Andes peruanos y en los valles interandinos. Frecuentan temporalmente las punas, los páramos, las lomas costaneras y las partes bajas de los valles de la vertiente occidental de los Andes. En nuestro zoocriadero viven 20 ejemplares: catorce son hembras, cuatro machos y dos crías, cuyo sexo aún no se puede determinar ya que se encuentran ocultas y protegidas por las madres.

Los venados de la PUCP reciben un control veterinario preventivo, que incluye la dosificación de vitaminas y antiparasitarios; y, a partir del 2014, se les está implantando microchips. Dentro del zoocriadero, los venados son alimentados adecuadamente con forraje y una dieta especializada de alfalfa fresca, leguminosas y frutos. “Uno de los principales problemas que teníamos cuando los venados andaban libres por los jardines es que las personas les daban alimentos inadecuados o los venados ingerían desperdicios”, cuenta Collacci.

Tortugas motelo

La vida de las doce tortugas motelo transcurre apaciblemente en un espacio particular del zoocriadero. Diez de ellas son adultas, nueve hembras y un macho, mientras que otras dos hembras son juveniles.

Por recomendaciones de la Veterinaria de Fauna Silvestre a cargo, la dieta de las tortugas, tanto para adultas y jóvenes consiste en 75% verduras, 25% frutas y 5% suplemento vitamínico. Tras una evaluación se determinó que algunas de ellas tienen lesiones en el caparazón. “Parece que sus dueños anteriores las sometieron a algún tipo de maltrato. Por ejemplo, una de ellas tiene restos de grafiti en el caparazón”, señala la Ing. Anggela Collacci. En nuestro campus, felizmente, pueden vivir en paz.

El ingreso al zoocriadero es restringido y está prohibido alimentar a los venados y tortugas. Cualquier visita la gestiona la Coordinación de Gestión Ambiental PUCP (anexo 3022).