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Noticia

La Bolsa de Valores de Lima podría bajar de categoría

La Bolsa de Valores de Lima (BVL) se encuentra en un período de prueba, al cierre del cual podría bajar su estatus de “mercado emergente” a “mercado frontera”. El Dr. Manuel Chu, jefe y profesor del Área Académica de Finanzas, Economía y Contabilidad en Centrum Católica, nos explica qué significa esto y cómo nos afectaría.

Lo primero a tener en cuenta al hablar de una bolsa de valores es que su crecimiento está fuertemente relacionado con el de su país. “Cuando un país crece, las personas que tienen ahorros compran títulos y valores que emiten las empresas. Cuando una bolsa no tiene ese dinamismo, las empresas no podrán captar ese dinero que les serviría para una ampliación, innovación o para apostar por nuevas tecnologías”, señala Chu. Pero vayamos por partes. ¿Qué se negocia en la bolsa?

Acciones y bonos

La operación más conocida de la Bolsa de Valores de Lima (BVL) es la compra y venta de acciones de empresas privadas. “El dueño de acciones corre los mismos riesgos –y puede obtener las mismas ganancias- que todos los otros dueños de la empresa”, explica Chu.
Algo menos conocidas, pero igual de importantes para la salud financiera de las empresas, son las negociaciones de bonos. “Los bonos son títulos de deuda. Una empresa puede pedir, por ejemplo, mil dólares por título a 7, 15 o 20 años, y se compromete a pagar un cierto interés todos los años”, señala el economista. Así, respaldada por su nombre y su patrimonio, una empresa podría recaudar el capital necesario para hacer una inversión sin recurrir a un préstamo bancario. ¿Cuál es la diferencia? “Los bonos son mucho más baratos para la empresa porque el costo de intermediación es menor”, indica.

¿Qué es la falta de liquidez?

“Una acción es líquida porque se negocia muy seguido. Lamentablemente, la BVL se ha hecho cada vez menos líquida porque ha bajado la negociación de títulos y valores, es una bolsa dormida”, resume Chu.
Según la información emitida por la BVL, en el 2015 se negoció un volumen total de US$ 3,516 millones, mientras que en el 2014 esta cifra ascendió a US$ 5,788 millones, mientras que en el 2011 se alcanzaron US$ 7,817 millones. Para Chu, los motivos son varios: las AFP compran acciones y deudas pero no las venden a buen ritmo; EE.UU. paga tasas más atractivas que antes y además, como el dólar ha subido, muchos inversores han apostado por comprar esta moneda en vez de invertir en la BVL. Los conflictos sociales que generan algunos proyectos tampoco ayudan a retener las inversiones. Si seguimos por este camino, las consecuencias podría afectarnos porque «casi todos tenemos fondos en las AFP –que son unos de los mayores fondos de inversión. A ellos se suman los que tienen ahorros y han buscado alternativas como los fondos mutuos, quienes perderían esta alternativa porque no traería ya mayores ganancias ni tendría muchas alternativas de inversión”, puntualiza Chu.

A esto se suma que la mayor dificultad para reunir capital reduciría las inversiones de las empresas. “Si no reúnen capital para generar proyectos, se está dejando de crecer e innovar. Si es así, las fuentes de trabajo se van a ver disminuidas para los trabajadores de a pie, aquellos que no invierten en la BVL”, advierte.

Calificación en evaluación

El mapa de inversiones globales tiene como una de sus principales herramientas a los índices con que la compañía Morgan Stanley Capital International (MSCI) califica a las diversas bolsas del mundo. “El MSCI le ha dicho a la BVL que está siendo poco líquida, que no se le podría considerar ya un mercado emergente –como es Colombia o Chile-, sino que pasaría a ser mercado frontera –como son varios países caribeños-«, explica Chu. “Si una empresa emite valores, también capta inversión extranjera; pero si eres una bolsa frontera, cuando emites valores, no va a haber ese inversionista que los compre y se atrasa la inversión. El riesgo que tenemos es que ante la emisión de títulos y valores no haya el dinero suficiente para comprarlos”, destaca.
A fines de septiembre pasado, el MSCI decidió mantener a la BVL con la calificación de mercado emergente pero solo hasta junio del 2016, cuando evaluarán nuevamente su desempeño.

Panorama incierto

Ya desde el año pasado, la BVL, empresarios y sectores del gobierno han sumado esfuerzos para mejorar la liquidez de la BVL y mantener su calificación. “Hay algunas empresas que ya han contratado market-makers, pagando sumas fuertes, para mover más acciones”, señala. También indica que el MEF ha creado exoneraciones al impuesto a la ganancia de capital y la BVL ha reducido costos de operaciones. Aun así, considera que el panorama es negativo: “No es algo que va a revertirse de la noche a la mañana. China no crece como antes, la Bolsa de Nueva York tiene índices por debajo del promedio, nuestras exportaciones han caído y la inflación sube. Además, el calendario electoral siempre retrae las inversiones”, lamenta Chu. ¿La esperanza? Que los esfuerzos realizados sean tenidos en cuenta por el MSCI y se extienda el plazo para que se materialicen en resultados.

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