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Noticia

La atracción de la mantis

El grupo Deimos Perú, integrado por estudiantes y profesores de nuestra Universidad, participó por segunda vez en el NASA Human Exploration Rover Challenge con un nuevo vehículo que fue la fascinación de jueces, astronautas y participantes.

  • Texto:
    Julio Huamán
  • Fotografía:
    Héctor Jara

En el mundo natural, entre ramas, hojas y pajas habita un animal que es distinguible por la forma en la que se le ubica, mas no por el color de su cuerpo. Su largo tórax, delgadas antenas y grandes ojos hacen que este insecto despierte gran curiosidad y, a su vez, inspire temor a algunas culturas, que lo llaman incluso el ‘caballito del diablo’.

Pero esto último no es el caso de los integrantes del grupo Deimos Perú, quienes se inspiraron en la forma de este invertebrado, específicamente, en sus patas traseras y delanteras, para realizar el nuevo vehículo con el que participaron en el Nasa Human Exploration Rover Challenge. Tuvieron que aprender un poco de biónica para implementar este nuevo vehículo, con el objetivo de trasladar el diseño de la naturaleza al coche.

Este es el segundo año que vienen participando de este concurso internacional en el que, a través de diversas pruebas, deben demostrar la capacidad de su rover para armarse, matenerse estable en terrenos similares a los de la Luna y Marte e, incluso, participar en una carrera para ver cuál de los carros es el más rápido. Cada uno cuenta con dos pilotos, quienes son los encargados de lidiar con todos estos obstáculos.

Cuando comenzaron, era un grupo de aproximadamente siete personas, a comparación de ahora, que son 30 en el grupo. Entre ingenieros de distintas especialidades, diseñadores industriales y comunicadores, vienen edificando y consolidando cada vez más este proyecto que empezó como un pequeño gran reto de cada uno de los integrantes.

“Queríamos seguir con el proyecto, que este crezca y así también el equipo, hacernos más conocidos y dejar el nombre de nuestro país y de nuestra Universidad en alto”, aseguró Vania Adrianzén, jefa del equipo, quien también resaltó que lograron superar la meta que ellos mismos se impusieron para esta edición.
Este nuevo vehículo pesa unos 10 kilos menos que el anterior, lo que les otorgó un mayor puntaje en ese aspecto. Por otro lado, en el desplegado, armado y posicionamiento de los pilotos redujeron su tiempo a ocho segundos, un logro importante ya que le permitiría a quienes utilicen el carro tener una velocidad mayor al momento de la exploración lunar.

Por último, el punto más resaltante fue la forma y como se construyó este auto. Tanto jueces como astronautas –e incluso competidores de otros países– se acercaban para observar este diseño nunca antes visto. “La mayoría tiene una estructura central, cuatro ruedas y ya. Nosotros teníamos un diseño justificado bastante interesante. Fue uno de nuestros mejores logros”, concluye Adrianzén.

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