Tras una ardua deliberación de casi dos horas, el isotipo del Museo de Sitio del Santuario de Pachacamac, diseñado por la alumna Kaori Sakaguchi, de la Facultad de Arte, fue escogido como el nuevo símbolo que acompañará el próximo relanzamiento del museo. Sakaguchi diseñó también la imagen de la recientemente creada Asociación de Mujeres Artesanas del Museo de Pachacamac, Sisan.

La elección fue de un jurado compuesto por la directora del museo, Denise Pozzi-Escot, junto a otras representantes de la institución y las artesanas de Sisan, el viernes 12 pasado. Ellas escogieron de entre los 20 diseños finalistas propuestos por alumnos del curso Comunicación Corporativa 2, dictados por la profesora Carmen García y los jefes de práctica Martín Rázuri y Flor Marín.

“Este es mi trabajo más importante hasta el momento”, cuenta Sakaguchi, quien junto a más de cuarenta compañeros del curso desarrolló propuestas gráficas que fueron evaluadas, seleccionadas y rediseñadas según las sugerencias de Pozzi-Escot, directora del museo. “Las artesanas de Sisan también nos han dicho de qué se trata su marca, su proyecto y qué era lo que quieren”, añade Sakaguchi, “y conocerlas ha hecho que esto sea más emocional y que todos nos hayamos querido esforzar más”.

Esta forma de trabajo fue posible gracias a la coordinación de la Lic. Carmen García, profesora del curso y docente del Departamento de Arte, con la Iniciativa de Preservación Sostenible (SPI, por sus siglas en inglés). Su directora en Perú, Rosario Pajuelo, comenta que el objetivo de este trabajo coordinado es proteger el sitio arqueológico contribuyendo a la calidad de vida de las personas, y en vez de centrarse exclusivamente en la preservación del bien material, hacer que ese patrimonio sea trascendente para las personas que viven alrededor, de modo que ayuden a protegerlo. Además, “la idea de insertarnos en estos cursos es que los alumnos no vean a las personas como clientes de un intercambio puramente económico, sino que conozcan también el lado humano de estos trabajos, y en esa medida, ampliar su perspectiva de la realidad”, añade. Así, la SPI trabaja con alumnos de la PUCP desde el 2010, con proyectos similares de conservación arqueológica: San José de Moro (la Libertad), Bandurria (Huacho), Chotuna Chornancap (Lambayeque), ahora Pachacamac, y el próximo año, nada menos que con el Gran Camino Inca, o Qhapaq Ñan.

El trabajo encargado por el museo de Pachacamac se extendió a lo largo de todo el semestre académico. Denise Pozzi-Escot, directora del museo, destaca que desde la perspectiva de un cliente, tuvieron una gama muy amplia de enfoques y posibilidades. “Nosotros estuvimos de acuerdo en trabajar con los alumnos de la PUCP luego de ver lo que habían producido ya en otros proyectos”, explica. “Hubo mucha interacción en el camino y al final hemos tenido que descartar para poder escoger a un ganador, pero me gustaría sacar piezas de todas las propuestas”, agrega.

Por su parte, Carmen García, profesora del curso, resalta que todos los alumnos fueron escuchados en el proceso y recibieron retroalimentación sobre los diseños que presentaban, tal como si trabajasen en una agencia comercial.

“Es importante que además tratamos siempre de trabajar con lo peruano”, señala García. “Y a los alumnos les gusta ver que no solo van a encontrar proyectos comerciales, sino que hay cosas distintas, como el trabajo con comunidades peruanas que quieren rescatar su identidad”.