Ir al contenido principal Ir al menú principal Ir al pie de página
Noticia

INFORME: ¿Por qué se prohíbe la pesca industrial de la anchoveta?

Como parte de una estrategia de preservación de la anchoveta, el Ministerio de la Producción prohibió a las embarcaciones industriales pescar dentro de las 10 millas marinas, y las denominó zona de reserva exclusiva para el Consumo Humano Directo. ¿Cómo influye esta iniciativa en nuestra convulsionada industria pesquera?

  • Texto:
    Lourdes Mochizuki
  • Fotografía:
    Mario Lack

Una fuerte ola provocó el Decreto Supremo 005-2012, promulgado por el Ministerio de la Producción (Produce), con el objetivo de ordenar la pesca de anchoveta y promover su consumo humano directo. Los principales opositores de esta iniciativa fueron los empresarios pesqueros, quienes acusaban a Paul Phumpiu, viceministro de Pesquería, y a Gladys Triveño, ministra de Producción, de atentar contra la producción nacional y de provocar pérdidas millonarias en el sector.

La respuesta por parte de los representantes del gobierno no se hizo esperar y la ministra denunció la existencia de intereses creados por un pequeño grupo de empresas que se negaban al ordenamiento. Además, intentando silenciar a quienes alegaban que el decreto carecía de sustento técnico, declaró que este fue elaborado a partir de 14 informes del Instituto del Mar del Perú (Imarpe).

La anchoveta de cada día

Desde el boom de la harina de pescado, que empezó en la década del 60, la pesquería peruana es la más importante del mundo. Actualmente, el Perú es el segundo país pesquero del mundo, después de China, y posee la pesquería más grande basada en una sola especie: la anchoveta. “El Perú tiene una gran ventaja competitiva por tener este recurso. Definitivamente, goza de una posición envidiada en el mercado internacional”, asegura Sigbjorn Tveteras, investigador en temas de pesca y acuicultura, y docente de CENTRUM Católica.

En los últimos diez años, los precios de la harina y el aceite de pescado se han disparado en el mercado internacional. Si en el 2000 la tonelada de harina oscilaba entre los US$350 y US$400 y el aceite costaba entre US$ 150 y US$200, ahora ambos están por encima de los mil dólares la tonelada. Este incremento se debe, principalmente, a la acuicultura, que ha cambiado el uso que se le da a estos dos productos. “Los principales consumidores de la harina y el aceite de pescado son los peces. En China y Europa se crían salmones y otras especies con estos productos para que su carne sea rica en Omega 3”, añade Tveteras.

Esta fuerte demanda ha despertado el deseo de amasar grandes ganancias en el sector pesquero, lo que ha conducido a una aceleración extractiva y a un incremento descontrolado del número de embarcaciones. Es justamente en este contexto que el Decreto Supremo 005-2012 busca ordenar el caos que se ha creado alrededor de la explotación de la anchoveta y destinarla al consumo humano.

Atento a la letra

El referido decreto fija tres franjas para la pesca de anchoveta para el consumo humano directo (CHD): de cero a cinco millas para las embarcaciones artesanales, de cinco a diez millas para las de menor escala y más allá de las diez millas para las embarcaciones industriales (con más de 32.6 metros cúbicos de capacidad de bodega).

“La pesca artesanal de anchoveta para el consumo humano es una actividad que tiene pocos años y que ha sido muy mal administrada. Cuando se inició, la regulación no tomó en cuenta la proporción entre plantas procesadoras de enlatados o conservas y el número de embarcaciones”, sostiene Juan Carlos Sueiro, investigador del Centro para la Sostenibilidad Ambiental de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH).

Ahora, la idea es destinar lo capturado por los pescadores artesanales y de menor escala a plantas conserveras para el consumo humano  directo, sin embargo, la harina de pescado es un imán, ya que su rentabilidad y facilidad hacen que sea el destino final de estas capturas. “Los pescadores artesanales saben que no hay mercado para toda esta anchoveta. Ellos tienen todos los incentivos para dirigirla a la harina negra, sobre todo porque les permite un mayor volumen de captura y los costos son menores. Para vender anchoveta para CHD, se tiene que tener un pescado de buena calidad, para lo que se necesita un sistema de refrigeración adecuado, que es más costoso. En cambio, para la harina solo se necesita llenar la bodega hasta el tope, sin importar su conservación”, apunta Tveteras. Por esta razón, la fiscalización y el control estatal se vuelven indispensables en estas condiciones.

Lea el informe completo en la edición impresa de PuntoEdu Año 9, número 272 (2013)

Deja un comentario

Cancelar
Sobre los comentarios
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los comentarios pasan por un proceso de moderación que toma hasta 48 horas en días útiles. Son bienvenidos todos los comentarios siempre y cuando mantengan el respeto hacia los demás. No serán aprobados los comentarios difamatorios, con insultos o palabras altisonantes, con enlaces publicitarios o a páginas que no aporten al tema, así como los comentarios que hablen de otros temas.