En memoria del historiador
Recordamos al Dr. José Agustín de la Puente Candamo, director emérito del Instituto Riva-Agüero y docente de nuestra Universidad por 68 años, siendo así, uno de los profesores que más estudiantes ha formado.
Texto:
Oscar García Meza
El Dr. José Agustín de la Puente Candamo, reconocido historiador y maestro de la PUCP, ha fallecido a los 97 años. Desde 1947 hasta el 2015 se desempeñó como docente e investigador de nuestra Universidad y ha sido uno de los profesores que más alumnos ha formado.
En su notable trayectoria destacan su elección, en 1957, como decano de la Facultad de Letras; la asunción de la dirección del Instituto Riva-Agüero en 1966; la condecoración de la Orden “El Sol del Perú”, en el grado de Gran Cruz, que le otorgó el Estado peruano en el 2010; y el recibimiento del Premio Southern – Perú y medalla José de la Riva Agüero y Osma, en el 2017.
Su aporte ha sido invaluable en el campo de la enseñanza, el estudio académico de los aspectos históricos de la época de la Independencia, y el forjamiento del pensamiento crítico, voluntad de diálogo y tolerancia que caracteriza a nuestra casa de estudios.
Primeros años en la PUCP
Nacido en 1922, su vocación despertó tempranamente impulsada por las frecuentes conversaciones familiares sobre historia y la lectura de libros. Esta se afianzaría con los profesores que tuvo en la escuela. “La memoria es parte del ser humano. Nosotros somos seres históricos, sabemos el origen y conocemos bien nuestro presente. La historia es parte de la vida misma, no es algo ajeno”, dijo recientemente sobre su profesión.
En el colegio La Recoleta, conoció y trabó amistad con el R.P. Jorge Dintilhac, fundador y rector de nuestra Universidad. Inicio así el otro vínculo que marcaría su vida: la PUCP. Ingresó a la Facultad de Letras en 1939, donde le agradó el ambiente que se vivía. “Recuerdo que iba a la Universidad incluso el día que no tenía clases porque la tertulia en el patio era muy simpática”, comentó. Acerca de su etapa como estudiante, declaró: “Lo más importante fue el fortalecimiento de convicciones íntimas y de pensamiento”.
Aquí departió con aquellos que han formado el espíritu de la PUCP, como Don José de la Riva Agüero. Si bien no fue formalmente su alumno, sí aprendió mucho de él en largas y enriquecedoras conservaciones fuera de las aulas. Otro de sus maestros fue Víctor Andrés Belaunde, con quien mantuvo un estrecho vínculo. Sobre ambos, señaló: “Los aprecio y recuerdo mucho. Antes que intelectuales muy serios, eran hombres con voluntad de servicio”. Ellos lo educaron no solo en conocimientos académicos, sino también en la amabilidad y elegancia que tanto lo caracterizó.
Una vida de enseñanza
En octubre de 1947, el padre Rubén Vargas Ugarte, quien había sido su profesor y se convertiría en rector de la PUCP, le ofreció que lo sustituya como docente de un curso. “Pensé que era una broma, pero me dijo qué día debía empezar. Para mí, el anuncio fue muy satisfactorio por un lado, pero también era como una montaña de responsabilidad”, recordó. Aunque no estaba en sus planes dedicarse a la enseñanza, aceptó.
Ese primer día de dictado, De la Puente Candamo se sentía nervioso. No sabía si podría mantener la autoridad, si los alumnos lo atenderían o, directamente, si se reirían de él. Pero realmente la clase salió muy bien. A lo largo de su carrera como docente, los alumnos no solo le presentaron atención sino que dejó una profunda huella en ellos.
El Dr. Jorge Lossio, actual director del Instituto Riva-Agüero, confiesa que ingresó a la PUCP para estudiar Derecho, pero su clase [con De la Puente Candamo] le impactó tanto que decidió cambiarse a Historia. “Fue un profesor comprometido con sus alumnos y que forjaba amor por el Perú”, enfatiza. El R.P. Armando Nieto señaló que el docente que más le impresionó fue, precisamente, De la Puente Candamo. Por su parte, Carmen Villanueva, exdirectora de nuestro Sistema de Bibliotecas, manifiesta: “Con él aprendimos el sentido de nación y patria. Eso es distinto a enseñarte historia”, declaró.
“En clase, lo más interesante es cuando uno descubre a un alumno superior”, afirmó generosamente De la Puente Candamo. Su trayectoria de 68 años lo convierte en el profesor que más tiempo ha dictado en nuestra Universidad. Pero su enseñanza no se restringió a las aulas, pues siempre estaba dispuesto a compartir con colegas y alumnos fuera de ellas. “Él siempre nos decía: ‘Ustedes no pueden venir a la clase e irse. Quédense, hablen, conózcanse, hagan vida de patio’”, señala Villanueva.
Investigación histórica
Su interés académico se centró en las épocas de la Independencia y el nacimiento de la nación peruana, y llegó a ser un referente en estos temas. “Defendía la noción de la Independencia como un proceso de largo aliento que se fue gestando desde la sociedad. ‘El Estado peruano nació en 1821 pero nuestra nación se forjó tiempo atrás’, decía en clase”, comenta el Dr. Lossio.
Sus libros La Independencia del Perú, San Martín y el Perú: planteamiento doctrinario, El Estado en la sombra: el Perú durante la ocupación chilena –escrito junto con su hijo, el Dr. José de la Puente Brunke–, Miguel Grau, y un largo etcétera, son imprescindibles.
También desarrolló y fomentó la investigación histórica en el Instituto Riva-Agüero, del cual fue director desde 1966 y en los últimos años asumió el cargo de director emérito. “Nunca te imponía cosas. Siempre me preguntaba: ‘¿Cree usted que podrá tener tal cosa para tal fecha?’ (…) Era delicado, un caballero”, recuerda Ada Arrieta, jefa del Archivo Histórico del Instituto Riva-Agüero.
El Dr. De la Puente Candamo no pensó ejercer en otra casa de estudios. “Uno ya se une afectivamente a un ambiente, a una tradición y a toda una línea de espíritu”, expresó. “La PUCP está presente en mi vida familiar desde antes de que yo naciera. La Universidad ha sido el ámbito donde mi padre, fundamentalmente, se ha desarrollado”, enfatiza el Dr. De la Puente Brunke.
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Percy
Maestro total, lo escuché en Sucedió en el Perú. Su mirada y análisis de San Martín me dejaron huella. Sigo sus libros y reseñas, nos alientan a seguir dando lo mejor en la escuela, retos los de abrir miradas reflexivas para con la educación y la historia.