"El padrino" y el derecho: Las leyes de la mafia

Basada en la novela homónima de Mario Puzo y dirigida por Francis Ford Coppola, “El Padrino” es una de las producciones más aclamadas de la cinematografía mundial y cuenta con la aprobación unánime de la crítica y el público. ¿Qué elementos de esta cinta resultan tan especiales para el análisis jurídico? El doctor Lorenzo Zolezzi, docente del Departamento de Derecho participará como ponente del conversatorio “El Padrino y Derecho”, a realizarse este viernes a las 6 p.m.
Texto:
Luis YáñezFotografía:
Amelia Santana
Una antigua tradición siciliana señala que ningún padre puede rehusar las solicitudes que le hagan durante la boda de su hija. Amerigo Bonasera aprovecha esta costumbre para pedirle a don Vito Corleone un favor: matar a los dos hombres que golpearon e intentaron abusar de su hija. La policía los había capturado pero la justicia los dejó libres el mismo día. Indignado, le dijo a su esposa: “Si queremos justicia, debemos visitar a don Corleone”. Tras conseguir la amistad y lealtad de Bonasera, el capo de la mafia resuelve no matar a los malhechores (puesto que la víctima sigue viva), pero sí hacerlos sufrir a cambio de un servicio que algún día le será pedido.
«El padrino se presta para un análisis jurídico penal porque nos presenta una organización delictiva desde adentro. Podemos conocer sus códigos de honor, su estructura, sus leyes, etc. Es una gran pintura mural que nos muestra hasta dónde puede llegar la delincuencia”, opina el doctor Zolezzi, docente del Departamento de Derecho de la PUCP y fanático de la saga de Francis Ford Coppola.
Lo primero es la familia
Zolezzi explica que las mafias son organizaciones con una estructura piramidal: En la parte superior se encuentra el «don», el jefe de la familia al que se le debe rendición incondicional; debajo, sus hijos y los hombres de confianza del entorno más cercano, que conforman una suerte de directorio; y luego, con una jerarquía mucho menor, los sicarios, que cumplen el rol de soldados.
La estabilidad de estas organizaciones tambalea cuando crecen tanto que no hay suficientes familiares que puedan hacerse cargo de los negocios y deben recurrir a alianzas con terceros. “Ya no se trata de lazos familiares, sino de lazos de negocios que muchas veces son débiles. Entonces, resulta necesario desplegar un conjunto de triquiñuelas: conocer las debilidades de tu aliado, realizar alianzas clandestinas con sus enemigos o hacerlo caer en un delito para luego salvarlo y que te deba un favor”.
La ley del hampa
Para Zolezzi, “El padrino” muestra sin tapujos hasta qué punto puede llegar el cumplimiento de la ley del hampa, que no respeta los derechos humanos ni el debido proceso: “Las faltas y delitos no prescriben nunca y las penas siempre se ejecutan, así haya pasado una generación. La traición a tu grupo es el peor delito que se puede cometer. Y a diferencia del derecho moderno, donde la culpa es siempre individual, en el mundo del hampa, cuando la culpa es demasiado grande, la pena alcanza a los miembros de la familia”.
La corrupción es otro tema presente en la película, que queda representado en el personaje de McCluskey, capitán de la policía de Nueva York contratado como guardaespaldas de Virgil «El Turco» Solozzo, narcotraficante de alto vuelo. El abogado considera que reflexionar sobre “El Padrino” es relevante en el contexto actual de nuestro país, donde las noticias sobre inseguridad ciudadana, bandas delictivas y sicariatos son cada vez más frecuentes. “La película resulta vigente para atacar un fenómeno que estamos empezando a ver en el Perú: la penetración del crimen organizado en todas las estructuras de la sociedad, como un pulpo con tentáculos en los gobiernos locales y regionales, la policía, la fiscalía, el poder judicial y la política”.
El derecho y las artes
Desde hace muchos años, el Dr. Zolezzi se ha dedicado a vincular la enseñanza del derecho con otras disciplinas. De hecho, actualmente dicta el curso electivo “Derecho y literatura” en la Facultad de Derecho, el primero de su tipo en el país. Considera que hacer un análisis jurídico de obras literarias o cinematográficas resulta enriquecedor porque pone a los abogados en contacto con la realidad.
“Nosotros encajamos los problemas de la gente en unos códigos, según nuestras leyes, conceptos, categorías y teorías. Inclusive, utilizamos un lenguaje técnico. En este proceso, me temo que vamos perdiendo de vista las motivaciones íntimas de las personas, sus instintos básicos de venganza, expiación o castigo. Al estudiar una película, podemos comprender con mayor facilidad la complejidad de la vida humana”.
Por ello, Zolezzi recomienda a sus estudiantes que se nutran de otras fuentes de conocimiento: “Creemos que el derecho es un mecanismo de relojería, pero muchas cosas se nos escapan si no conocemos la vida. Para hacerlo, hay que estudiar otras cosas: leer literatura, ver cine, saber de historia, de política y salir al mundo”.
El Dr. Zolezzi participará en el conversatorio “El padrino y derecho”, organizado por Estudios Generales Letras y la Asociación Civil Foro Académico, que tendrá lugar este viernes 12 de septiembre a las 6 p.m. en el Auditorio de EE.GG.LL. Además, participarán los doctores Félix Morales, Romy Chang, Fernando Castañeda, Heber Campos, docentes de la Facultad de Derecho, así como Robinson Olivera, ex miembro de la Comisión de Investigaciones de Foro Académico. Mira la información en nuestra Agenda PUCP.
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