Economía peruana: crecimiento económico y reconstrucción
Cada gobierno, al iniciar su mandato, presenta el programa de gobierno de la administración para los primeros tres años. Las expectativas de crecimiento de este programa pusieron la valla alta. Se esperaba que el crecimiento del país alcance un 4.8% anual. Sin embargo, la llegada del Niño costero cambió el rumbo de la predicción económica. Waldo Mendoza, docente del Departamento de Economía de la PUCP, explica tres factores que influyeron en el contexto económico peruano antes y durante de los fenómenos naturales.
Fotografía:
Víctor Idrogo
Durante los últimos años, la minería y la industria extractiva, en general, formaron la base del crecimiento económico del país. Sin embargo, ese crecimiento descenderá en los próximos años y no será para siempre. De acuerdo con Waldo Mendoza, doctor en Economía, esta situación era previsible puesto que muchas de las minas ya alcanzaron su potencial. En este contexto y antes de la llegada del Niño costero, el Ministerio de Economía y Finanzas peruano esperaba que la economía creciera gracias a tres factores que Mendoza desglosa:
1. Recuperación de la inversión privada:
Las últimas elecciones generaron especulación en las inversiones. Sin embargo, de acuerdo con Waldo Mendoza, el marco macroeconómico de la nueva administración consideraba que el presidente electo despertaría confianza en la inversión privada y esto llevaría a un renacimiento de la inversión proveniente del sector privado, que repercutiría de forma directa en el crecimiento económico del país.
2. Destrabe:
“La reforma del destrabe implicaba solucionar algunos temas que impedían que grandes obras de infraestructura público-privada, como el gaseoducto del sur o la línea Metro 1, se pusiesen en marcha”, explica Mendoza. Se esperaba que esta acción destrabe alrededor de US$18 mil millones. Si se destrababan esos proyectos, la inversión pública y privada aumentaría de tal manera que el stock de capital de la economía crecería. Eso explicaría un crecimiento futuro de 5% al año. El docente de la PUCP explica que destrabar no es tan sencillo porque no es culpa solamente del sector público, sino también del sector privado, que demora en levantar las observaciones que el sector público hace. Esto, sumado al surgimiento del caso Odebrecht, complicó la tarea del destrabe.
3. Política contra la informalidad:
Una gran tarea pendiente en materia económica es la informalidad. Para el 2016, de acuerdo con el economista, la informalidad estaba aproximadamente en 70% de la fuerza laboral. La propuesta era duplicar la tasa de formalidad del 26% al 52% mediante políticas deliberadas de formalización. “La idea del gobierno entonces era que en el sector informal había empresas con poca productividad y que estas, tan pronto se formalizaran, triplicarían su productividad. La realidad es que son informales porque su productividad no les da para pagar salario mínimo, ni todo lo que significa ser formal”, indica el docente.
Esa expectativa era irreal porque no hay precedentes en el mundo de que esa fórmula funcione. “La experiencia en el mundo más bien dice que el sector formal crece, abarca la economía, absorbe o desaparece al sector informal, o los toma como asalariados», agrega además que «cuando la tasa de crecimiento es alta, la tasa de informalidad se reduce, lentamente, en décadas. Un objetivo del gobierno es duplicar la formalidad y eso es algo que no ha pasado en ninguna parte del mundo”.
Reconstrucción
Las décadas de los ochenta y noventa también presenciaron fenómenos similares al que enfrentamos este año. Sin embargo, indica Mendoza, esta vez tenemos los recursos para responder y la labor de prevención ha sido mayor a la de los casos anteriores. Eso nos lleva a la coyuntura de la reconstrucción. A diferencia de los tres factores ya descritos por el especialista, la política de la reconstrucción sí es algo concreto que va a traducirse en más gasto público y, por ende, más presupuesto y recursos.
“Ahora todo el eje de la tensión es el gasto de la reconstrucción. Vamos a ver un crecimiento no liderado por el destrabe ni por la lucha contra la informalidad, sino por el gasto de reconstrucción. Por lo tanto, la tasa de crecimiento que puede ser baja este año, seguramente, va a ser un poquito más alta en el 2018, y se mantendrá en el 2019, no por las políticas que pensaban, sino porque ahora se tiene una autorización para reconstruir el país y me parece que está bien”, añade el economista sobre las expectativas en el nuevo contexto.
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