El Día del sueño feliz se celebra el 29 de junio a nivel mundial. Aprovechamos la oportunidad para invitarte a reflexionar sobre la importancia de dormir bien, y sobre cómo la calidad de sueño puede afectar tu salud y estilo de vida.

El programa PUCP Saludable identificó, hacia finales del 2012, que el mal sueño en los alumnos de la PUCP era uno de los principales problemas de salud. “Es conocido que los jóvenes no sufren, en su mayoría, problemas crónicos de salud. Sin embargo, esa condición puede llevarlos a que minimicen la importancia de mantener buenos hábitos, como dormir el número correcto de horas”, comenta la Mg. Mariela Tavera, psicóloga responsable del programa.

Mala noche

De acuerdo con los estudios realizados por PUCP Saludable, se detectó que los alumnos varían la cantidad y calidad de su sueño en función a los exámenes, además porque aparte de estudiar también trabajan, o tienen problemas familiares y económicos que generan tensión y estrés. Otros motivos son la estimulación nocturna de la tecnología (redes sociales), la mala alimentación y la falta de actividad física. “Si bien los alumnos identifican las causas, este conocimiento no es suficiente para cambiar sus hábitos relacionados con el sueño”, resalta Mariela Tavera.

Las consecuencias

Tener una mala noche tiene consecuencias. Por ejemplo, el apetito incrementa y hay una tendencia hacia la mala alimentación, aparece el malestar físico generalizado, la piel se ve diferente, los ojos se hinchan y hay menos energía física. A nivel psicológico, asoma un ánimo irritable y frustración, así como baja concentración y atención. A nivel social, el mal humor, producto de la mala calidad del sueño, puede afectar las relaciones amicales y familiares. “La tendencia a dormir durante el día afecta el rendimiento académico”, señala Tavera.

Mejora tu sueño

“El dormir bien es un estilo de vida fundamental para mantener el equilibrio físico, psicológico y social”, señala Tavera. Es importante tener hábitos de sueño adecuados desde la adolescencia, puesto que, además, nos pueden ayudar a mejorar la calidad de la alimentación y el estado de ánimo. “Es importante entender que con un sueño adecuado, los niveles de energía incrementan, se percibe mayor estabilidad emocional y el rendimiento, las relaciones interpersonales y la productividad en general mejoran”, indica la psicóloga.

¿Sabías qué?

• El número promedio de horas que debe dormir un joven entre 16 y 25 años varía entre 7 y 9 horas. Lo ideal son 8 horas de descanso.
• Según la encuesta realizada a finales del 2012 a alumnos de la PUCP, el 19.8% duerme bien casi siempre, el 53.2% a veces y el 27% casi nunca.
• Los alumnos detectan que la carga académica, los horarios de las clases y la falta de organización en las tareas son las principales causas de que duerman poco y mal. La clave es tener un buen descanso, dormir bien y ser felices.