Krzysztof Penderecki desarrolló una nueva técnica de notación y escritura musical, sobre todo en las voces, con recursos como el grito o el susurro, y en las cuerdas, a las que extrajo sonoridades inéditas hasta ese momento. Trenos a las víctimas de Hiroshima (1960) es una de las obras más representativas de este primer período experimental. Más adelante recuperó algunos elementos del viejo canto gregoriano y de la polifonía clásica, como en la Pasión según san Lucas (1965). Hacia la década de 1970 su estilo dio un giro hacia planteamientos más acordes con la tradición romántica del siglo XIX, lo que se hace evidente en su monumental Réquiem polaco (1980-1983). Penderecki ha destacado también en la composición operística, con títulos como Los diablos de Loudoun (1969), El paraíso perdido (1978) y Ubu Rey (1991). Por otra parte, ha desarrollado paralelamente una importante carrera como director de orquesta.

Este evento es presentado por el Departamento de Artes Escénicas y la Especialidad de Música de la Facultad de Artes Escénicas PUCP.

De esta manera, participará en una mesa redonda, integrada por Fernando Valcárcel, Gonzalo Garrido Lecca, Bertrand Valenzuela y José Sosaya en el Centro Cultural PUCP, miércoles 22 de octubre a las 7 p.m. Asimismo, será distinguido como doctor Honoris Causa el jueves 23 de octubre a las 6 p.m. en el Auditorio de Derecho. El 24 a las 8 p.m. habrá un concierto en el Gran Teatro Nacional junto a la Orquesta Sinfónica y el Coro Nacional.