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Noticia

¿Cómo reactivamos nuestros espacios públicos?

Tenemos pocos espacios públicos en nuestras ciudades, por lo que debemos asegurar que estos sean óptimos. José Chong, asesor técnico del programa global en espacio público de la ONU, explica cómo mejorar y preservar estos espacios en el tiempo.

  • Texto:
    Solange Avila
  • Fotografía:
    Alex Fernandez

Un espacio público es el lugar de encuentro y convivencia entre diferentes grupos sociales. Es por eso que los países que conforman la ONU se han preocupado por mejorar estos espacios. En el 2015 se declararon los objetivos de desarrollo sostenible y, por primera vez, hay un objetivo urbano. La meta es que las ciudades y asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles con miras al 2030. Sin embargo, muchas urbanizaciones no cuentan con espacios públicos.

Chong asegura que estos espacios deben cumplir con algunas características fundamentales. En primer lugar, deben ser accesibles para todos, para que personas con discapacidad, adultos mayores y niños no tengan problemas para llegar a estos espacios. Además, la inclusión como segunda característica permite que los ciudadanos se sientan bienvenidos en estas áreas. Otro aspecto fundamental es la seguridad, debido a que se alienta a visitar los espacios cuando no se sientan amenazados ni hostigados.

Espacios democráticos y accesibles

Aunque los objetivos parezcan sencillos, muchos espacios públicos no son accesibles ni inclusivos. Por ejemplo, cuando se cobra el ingreso a los parques zonales se restringe el paso a quienes no pueden pagar. Chong destaca que en otros países el mantenimiento se solventa con el pago de uso de ciertos servicios dentro del parque, para que el espacio siga abierto para todos.

Por otro lado, un sector de la población no puede ingresar a las áreas verdes de urbanizaciones cerradas. “Estas zonas exclusivas para los vecinos o socios no son consideradas como espacios públicos por la ONU, porque no garantiza la accesibilidad a todos. Sin embargo, si ese espacio fue concebido como un aporte para la ciudad, debería ser abierto y los gobiernos locales deben esforzarse por garantizarlo”, asevera el asesor de ONU Habitat.

Microintervenciones que activan la ciudad

Para ver estas mejoras, es necesario el cambio ciudadano, pero también involucra la activación de los espacios públicos. Es decir, programar actividades para propiciar el diálogo entre los vecinos. El experto resalta la importancia de las microintervenciones, porque son de bajo costo y generan cambio en la percepción y en las actitudes de las personas hacia la ciudad.

La microintervención tiene una doble funcionalidad: puede cambiar el espacio público y la cultura ciudadana”, asegura Chong. El especialista también recuerda el trabajo del ex alcalde Antanas Mockus en Bogotá por cambiar la cultura ciudadana. Esto implicaba cambiar el comportamiento de los ciudadanos en el espacio público y la convivencia entre los diferentes grupos sociales.

Las iniciativas importan

“Muchas veces es más fácil activar estos espacios con pequeñas acciones, en lugar de hacer grandes inversiones. Un hecho muy puntual como colocar una silla en la calle da lugar a que la gente pueda conversar”, indica el asesor. Ese objeto no será parte del mobiliario urbano permanente pero permite qué puede funcionar a largo plazo. “Una de las principales preocupaciones de ONU Habitat es cómo estas intervenciones puntuales pueden ser lideradas por gobiernos locales, ONG y alianzas estratégicas”, añade el experto.

Hasta que este escenario ideal se consolide, los ciudadanos aportan con diversas iniciativas. Hay movimientos que hacen acciones en el espacio público y no le piden permiso a nadie. Estas actividades son valorables porque ocupan espacios que nadie ha trabajado.

Por otro lado, los estudiantes, dentro de cursos universitarios o través de voluntariados, pueden participar con microintervenciones y construir físicamente el espacio público. Así ven otras realidades que probablemente no son cercanas para ellos. Chong también destaca los casos de Lima, cómo vamos y Ocupa tu calle, que han trabajado con asociaciones, municipios, comunidades de base, ONG y otras instituciones.

La lucha contra la inconstancia

No solamente preocupa quién puede asumir la responsabilidad de sostener el espacio público en el tiempo. Aunque el deber recae en los gobiernos municipales, la continuidad se pone en riesgo en cada cambio de gestión. Chong explica que los planes maestros aseguran una línea de ejecución de los proyectos o programas planificados. Sin embargo, el ciudadano es quien tiene que reclamar y asegurar que los programas tengan continuidad.

“Algunas ciudades tienen entidades descentralizadas el tema de planificación. Estas pueden ser autónomas y sus mandatos son traslapados al ciclo municipal”, detalla Chong. Entonces, en lugar de empezar al mismo tiempo que la entidad de gobierno local, empieza dos años después para mantener esos procesos. Ahora los ciudadanos deben organizarse en comités vecinales para garantizar la perpetuidad de sus espacio de encuentro y diálogo.

¿PARA QUÉ NOS VISITÓ?
Evento: Foro Internacional de Micro Intervenciones Urbanas. Espacio público y experiencia ciudadana en América Latina
Organizador: Ocupa tu calle del Observatorio Ciudadano Lima Como Vamos; Centro de Investigación de la Arquitectura y la Ciudad (CIAC); y Dirección Académica de Responsabilidad Social (DARS)

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