¿Cómo creer en la lucha anticorrupción?
Expertos PUCP explicaron los motivos que hacen de la corrupción uno de los mayores flagelos del Perú, y comentan el recién aprobado Plan Nacional de Integridad y Lucha contra la Corrupción 2018-2021.
Texto:
Fiorella Palmieri
Un 57% de peruanos considera que la corrupción es el principal problema del país, indica la encuesta nacional urbano-rural de El Comercio-Ipsos, publicada a fines de abril. Por su parte, el Congreso (41%) y el Poder Judicial (39%) son las instituciones percibidas con mayores problemas de corrupción, de acuerdo con la más reciente encuesta nacional de GFK publicada en La República, el 30 de abril.
Más allá de las encuestas, el gobierno de Martín Vizcarra ha reconocido que la corrupción es uno de los principales flagelos del país. A través del Decreto Supremo N° 044-2018, el Ejecutivo aprobó el Plan Nacional de Integridad y Lucha contra la Corrupción 2018 -2021, publicado el jueves 26 de abril.
En la presentación de este documento, Duberlí Rodríguez, presidente del Poder Judicial, señala que “todas las prácticas cuestionables que denominamos gran corrupción, mediana corrupción y pequeña corrupción, si bien tienen características distintas (…), todas ellas son expresión del mismo problema que tiene como raíz la falta de valores, la débil institucionalidad, la falta de meritocracia y la injerencia política en la administración pública”.
Nuevo gobierno, nueva promesa anticorrupción
No hubo gobierno en el Perú que no prometa una lucha frontal contra la corrupción. Los resultados los conocemos, tampoco ha existido presidente, congreso o institución estatal libre de cuestionamientos o procesos judiciales por este tema.
“Nos hemos acostumbrado a convivir con la corrupción. La gente observa la situación como algo permanente, que forma parte de nuestro sistema. Se puede indignar pero no lo suficiente como para movilizarse”, dice el Dr. Fernando Tuesta Soldevilla, docente del Departamento de Ciencias Sociales.
“La corrupción tiene una larga historia en el país, atraviesa la vida republicana y el virreinato. Por eso es que el nivel de confianza de la ciudadanía es bajo. Uno de los ejes centrales es que la distinción entre lo público y lo privado es muy pobre hasta hoy en el país. Muchas veces quien está en un cargo público (gobierno central, regional, municipal) considera que lo que está a su alrededor puede ser utilizado a su favor. Ante esta realidad, se requieren gestos y decisiones claras que den confianza desde el gobierno central, y que estén articuladas en una estrategia que se cumpla”, señala el sociólogo Santiago Pedraglio, docente del Departamento de Comunicaciones, y del Programa de Gobernabilidad y Gestión Política de la PUCP.
Con relación al reciente Plan Nacional de Integridad y Lucha contra la Corrupción 2018 -2021, Pedraglio considera algunos puntos a favor, pues incluye temas como la declaración sobre conflicto de intereses por parte de las altas autoridades. Asimismo destaca que “se ha hecho de manera rápida” y que la implementación de las medidas del documento está a cargo de la Secretaría de Integridad: “un órgano de línea del Poder Ejecutivo, que dará seguimiento a la política anticorrupción aprobada y será un soporte de la CAN, con capacidad ejecutiva y de iniciativa”.
Entre las medidas anticorrupción de aplicación urgente, Pedraglio señala que “el financiamiento ilegal de partidos debe ser considerado un delito, además este se debe informar a la ONPE a la mitad del proceso y no solo al final. Un aspecto clave es que se deben regular con más precisión los conflictos de intereses, que fue uno de los problemas claves de Kuczynski. Y estos acuerdos se deben cumplir con todo el rigor posible”, dijo.
Labor ciudadana
Para erradicar la corrupción, es imprescindible un cambio de actitud en la ciudadanía. “En el día a día, la gente vive con conductas corruptas que pasa por alto. Se observa en la relación con la policía, la autoridad más inmediata, así como en el comportamiento de un pequeño funcionario en la oficina pública, pero también en el ciudadano promedio que no respeta las reglas, no hace cola, mete el carro por el carril auxiliar de emergencia. El tráfico en Lima es una muestra de cómo la gente acepta vivir bajo la lógica del ‘sálvese quien pueda’. Estamos impregnados también de formas de convivencia que la corrupción ampara e incluye”, puntualiza Tuesta Soldevilla.
(Ilustración: Gabriel Alayza)
El dato
Para más información sobre el tema, visita el sitio web del Observatorio de Integridad. También te recomendamos el libro Historia de la corrupción en el Perú, de Alfonso Quiroz, disponible en el segundo piso de la Biblioteca Central.
Deja un comentario