Salir a la calle

Caminar, buscar, conocer gente, espacios, personas, mirar. Observar. Un documental se vuelve interesante cuando mostramos lo que siempre ha estado allí, desde otro punto de vista.

Hacer amigos

Creo que en un documental que contiene historias de vida, implica que nos acerquemos a estas personas como amigos, que nos abramos ante ellos así como pedimos que se abran ante nosotros. Jamás entrevistemos, conversemos. Permitamos que se involucren en la construcción de sus propias historias, que sientan la película como suya. Esto enriquece el proceso, la experiencia y también el resultado final.

Saber que estamos en medio de un proceso vivo

Hacer documentales implica aceptar que estás atravesando un proceso personal, aceptar que no necesariamente sabes en que acabará tu historia. Que tus personajes están viviendo muchos cambios a la vez que la película se va grabando. Moverte con estos cambios, introducirlos a tu guión si es necesario o si es inevitable.

Estar seguro de tu amor por tu idea inicial

En el camino la idea inicial se puede deformar, pero la esencia de lo que se quiere contar debe permanecer inalterable. La distancia necesaria para juzgar tus propias ideas puede perderse a veces. Sólo el amor por ella, hará que regrese o se mantenga inalterable.

Es solo un momento

No pretender que en nuestra película se va a mostrar toda la historia de una persona, se puede hacer, sí. Pero quizás es más honesto saber que atraparás la vida de alguien en un momento determinado, nada más. Siempre habrá un antes y un después que no se verá en tu película.

Foto: Afiche de promoción de Retrato peruano del Perú