Trabajadores informales y COVID-19: profesores PUCP Juan Arroyo y Carlos Aramburú revelan lecciones de conductas sociales durante pandemia
El artículo «Patrones de conducta social de trabajadores informales durante eventos extremos: lecciones de la vida social durante la pandemia de COVID-19 en Lima, Perú» fue publicado en una prestigiosa revista de investigación científica.
Texto:
Daggiana Gómez Roncal
El Dr. Juan Arroyo Laguna y el Mag. Carlos Aramburú, profesores del Departamento de Ciencias Sociales de la PUCP, publicaron un artículo académico en la Revista Científica Salud Colectiva, indexada en Scopus. El estudio que lleva como título «Patrones de conducta social de trabajadores informales durante eventos extremos” pone en evidencia los cambios que generó la COVID-19 en la forma de vida de trabajadores no formales de la zona textil de Gamarra. Se espera que estas lecciones sirvan de guía para un futuro contexto de crisis.
El estudio, publicado en una revista de prestigio internacional de la Universidad Nacional de Lanús de Argentina, basa su investigación en 62 entrevistas realizadas a confeccionistas, comerciantes de tienda y vendedores ambulantes.
El artículo incluye testimonios reveladores tras la la vivencia de una sucesión de shocks en cadena, la distorsión del tiempo y espacio por el encierro, el cambio en la vida laboral, la alimentación hogareña y la no actividad física.
El periodo que comprende la investigación se centra en la pandemia e inicios de la pospandemia. Este tiempo se caracterizó por el colapso de los servicios, por la falta de acción por parte del Estado; así como por el esfuerzo de la sociedad a través de cadenas de solidaridad para ayudar a nuestros compatriotas, apoyando a los emprendedores a través de la digitalización de determinados negocios.
“La academia tiene un papel clave en poner el foco de luz sobre determinados aspectos que están escondidos en la agenda. Queríamos ver qué hizo la gente, cómo se organizó para poder, incluso, dar una digna sepultura a sus muertos cuando otros países tuvieron que deshacerse de ellos. Esto sin quitarle responsabilidad al Estado que debe trabajar en recuperar su función, apoyándose en la misma población, con participación y transparencia”.
Dr. Juan Arroyo, investigador principal y profesor del Departamento de Ciencias Sociales
Pandemia y trabajadores informales: otro enfoque
El Dr. Arroyo, quien también es investigador del Instituto de Analítica Social e Inteligencia Estratégica Pulso PUCP, comentó que –a diferencia de la mayoría de estudios con enfoque más macro realizados sobre la emergencia sanitaria– este estudio fue realizado con la intención de estudiar a la sociedad desde una perspectiva micro. El enfoque se centra así en los cambios que generó este evento extremo en la vida de cada ciudadano que trabajaba de manera informal.
Asimismo, afirma que la mayoría de investigaciones se centran en el rol del Estado durante la pandemia, mientras que esta lo hace desde el punto de vista de los ciudadanos que vivían en un espacio por excelencia informal.
A diferencia de la mayoría de estudios con enfoque macro sobre la emergencia sanitaria, este fue realizado con la intención de estudiar a la sociedad desde una perspectiva micro: se centra en los cambios que generó este evento extremo en la vida de cada ciudadano que trabajaba de manera informal.
“Con esto quisimos sacar lecciones para futuros eventos extremos. Indagamos cómo la sociedad logró resolver los problemas que enfrentaron sin Estado, pues no contábamos con un gobierno fuerte. Recordemos que los ambulantes tienen ingresos diarios y la cuarentena los llevó al recorte de la canasta familiar. Tuvieron que organizarse y dar prioridad a su alimentación. Otros tuvieron que cambiar de giro de negocio o regresar a su ciudad natal para subsistir”, agregó.
El artículo incluye, también, testimonios reveladores tras la la vivencia de una sucesión de shocks en cadena, la distorsión del tiempo y espacio por el encierro, el cambio en la vida laboral, la alimentación hogareña y la no actividad física que decantó en sobrepeso, mayor interacción virtual, problemas de salud mental, entre otros.
73.9%
es la tasa de informalidad laboral en el Perú.
Informalidad en cifras
Citando cifras del artículo, vemos que el Perú, que tiene más 33 millones de habitantes, cuenta con una tasa de informalidad del 73.9%.
Solo en Lima, la capital, se tiene un tercio de la población total del país y cuenta con el sector informal más grande de comercio: Gamarra. Dado que en un futuro no tan lejano es probable que debamos afrontar nuevos shocks de diferentes índoles, los investigadores vieron necesario identificar y analizar los patrones de conducta social y sus cambios en este contexto de crisis.
Asimismo, este no solo es un tema de interés nacional, pues la informalidad no sabe de fronteras. En el 2020, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reveló que Colombia, Ecuador, Perú, Paraguay, El Salvador, Guatemala y Bolivia superaban el 60% de fuerza laboral informal. Esta gran parte de Latinoamérica afrontó la grave crisis de la pandemia en condiciones de precariedad; por ello, es indispensable analizar su particular tipo de respuesta social con miras a eventos extremos en el futuro.
Aprendizajes que dejó la COVID-19
No obstante, no todo fue negativo. El estudio en cuestión plantea, también, el rol clave que tuvo la familia en la respuesta social a las crisis. Todos tomaron conciencia de sus relaciones y se organizaron para afrontar el evento. “Muchos parientes se trasladaron incluso de casa para poder atender a los mayores. Hubo también una revalorización de la familia en cuanto espacio. Al no poder trabajar, se restauró la vieja costumbre del almuerzo y de la cena; así como la relación con los hijos permanentes”, precisó.
Por otro lado, considera también la facilidad del trabajo híbrido, el uso de las redes sociales para los negocios y la higiene. En este último, se destaca cómo el lavado y desinfección de manos se volvieron mucho más frecuentes, hábitos que sin duda tendríamos que mantener. Sin embargo, aquí los investigadores ven también un problema, pues muchas de las prácticas que debían ser rescatadas dejaron de aplicarse.
Siento que estos avances no se han asimilado por el Ministerio de Trabajo y los ministerios sociales. Me refiero a las nuevas formas de hacer la vida cotidiana. Deberíamos seguir pensando y trabajando en ello porque se viene, por ejemplo, el Fenómeno de El Niño en diciembre y ya hemos tenido crisis en el norte del país. Los eventos extremos del 2021 van a repetirse. Creo que estudios como este nos permiten trabajar en una sociedad más preventiva ante riesgos emergentes”.
“Siento que estos avances no se han asimilado por el Ministerio de Trabajo y los ministerios sociales. Me refiero a las nuevas formas de hacer la vida cotidiana. Deberíamos seguir pensando y trabajando en ello porque se viene, por ejemplo, el Fenómeno de El Niño en diciembre y ya hemos tenido crisis en el norte del país. Los eventos extremos del 2021 van a repetirse. Creo que estudios como este nos permiten trabajar en una sociedad más preventiva ante riesgos emergentes”, concluye el profesor Arroyo.
En la actualidad, ambos autores vienen trabajando en la traducción del texto al inglés, pues esperan que el artículo sea publicado en Estados Unidos y tenga un mayor impacto a nivel global, dado que esta es una problemática que va más allá de nuestra fronteras como país.
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