Llegamos al bicentenario afectados por la pérdida, el dolor y el agotamiento causados por una pandemia que nos golpea con dureza. La crisis sanitaria ha mostrado las carencias de nuestro Estado. Tenemos ante nosotros un desafío que nos ha confirmado el valor del amor, la solidaridad y la creatividad. Superar el impacto de la crisis supondrá un gran esfuerzo para nuestro país.

Sin olvidar el pasado,debemos mirar unidos hacia adelante. Entre las prioridades ineludibles del próximo gobierno están:

Superar la crisis sanitaria e impulsar la recuperación económica.

Guiado por el conocimiento científico y humano, el nuevo gobierno debe enfrentar de inmediato la crisis sanitaria, por lo que debe asegurar la vacunación gratuita y mejorar los servicios de salud.

La reactivación de la economía y el aumento del empleo son tareas que requieren responsabilidad y solidaridad. No habrá recuperación económica si no cuidamos la salud de los peruanos.

Respetar la democracia, el estado de derecho y promover la equidad.

Debe cuidar la democracia, la autonomía de sus instituciones y el respeto irrestricto al estado de derecho. No habrá democracia sin derechos humanos y sin combate a la corrupción.

Solo un Estado que promueva la equidad, la diversidad, la igualdad de género y los derechos de las minorías nos permitirá construir una comunidad más justa y con mejores oportunidades para todos.

Garantizar una educación de calidad y el desarrollo de la ciencia.

Es impostergable responder a las necesidades urgentes de los estudiantes y docentes afectados por la pandemia. Las reformas del sistema educativo no deben detenerse. La calidad de la educación en todos sus niveles es innegociable. Sin estas condiciones no será posible contar con ciudadanos que hagan realidad un país mejor y sostenible.

Una de las principales lecciones que nos deja la emergencia sanitaria es la importancia de la ciencia, la innovación y el desarrollo de la investigación en los distintos campos del saber. Su relevancia para el bienestar de todos los peruanos se ha hecho evidente durante la pandemia.

Desde hace 104 años trabajamos para construir una comunidad justa, inclusiva y libre. Esta crisis nacional y mundial nos impulsa a reafirmar nuestros principios institucionales y católicos en tanto universidad sin fines de lucro al servicio del país. 

Nuestro compromiso es por un Perú unido, diverso y democrático.

Pontificia Universidad Católica del Perú