Ella está sola. El fiscal le habla en el pasillo y le señala la puerta. Al entrar, piensa en voz alta: “Todos en la habitación son hombres: el fiscal, su abogado y él”. Ella asiste a luchar por no perder lo más valioso que tiene en la vida: su hija. La verdad es que Ella no está sola. Está acompañada de todas las mujeres que en el Perú enfrentan el desamparo de tener que enfrentarse al complejo sistema de administración de justicia peruano.

Juzgado de familia número 6 es el montaje teatral que explora la relación entre la mujer y los mandatos patriarcales en el contexto de un juicio. Esta obra es la última producción de Otro/colectivo Teatro, conformado por la Dra. María Angélica Pease, docente del Departamento de Psicología y actriz; y Tirso Causillas, estudiante de la Facultad de Artes Escénicas y dramaturgo.

Proceso creativo

Para la realización del guion, la dupla realizó una profunda investigación sobre las distintas reglas sociales que se imponen solo a las mujeres y que están creadas con la intención de dejarlas de lado, como el mandato de no envejecer, ser madre como signo de realización personal, no disfrutar ni gozar o no creerse capaz de enfrentar a un hombre en igualdad de condiciones.

«Ser mujer en el Perú y tener que enfrentarse al Poder Judicial es una tortura. Poder gritar esta injusticia a través de la historia de Ella, que es la historia de tantas mujeres, ha sido el viaje más intenso, conmovedor, potente y transformador de toda mi carrera”, explica la Dra. Pease, que interpreta al personaje de Ella.

Esta obra se enmarca en la investigación desde la práctica artística para la obtención de grado en Creación y Producción Escénica de Tirso Causillas, quien dirige y musicaliza la obra. «Ha sido un proceso sumamente enriquecedor. Regresé a la Universidad para terminar mi carrera y me encontré con un nuevo paradigma que supone pensar el proceso de creación artística como una investigación que aporte algo a la comunidad. Este encuadre ha sido importante para añadir capas de reflexión a nuestro proceso y para poder fortalecer nuestro compromiso con hacer política desde el arte escénico”, indica el dramaturgo.

Mediante actividades participativas, relatos fantásticos y monólogos interiores, el personaje de Ella genera diversos fragmentos escénicos que intentan dar cuenta de la tensión entre mujer, ley y violencia. Una obra que pretende confrontarnos con la dura realidad de nuestro sistema judicial, la condición de la mujer en nuestro país y con la esperanza de construir algo nuevo desde lo traumático.