Lima ostenta un récord desalentador en América Latina: lidera el ranking de las ciudades con el peor tráfico, superando a otras como Bogotá y Ciudad de México. Según el estudio de TomTom Traffic, avanzar apenas 10 kilómetros durante la hora punta requiere un promedio de 28 minutos y 30 segundos. Este desafío no solo afecta a los conductores, sino que también influye negativamente en la calidad del aire y la salud de los ciudadanos.

En medio de esta situación alarmante, conversamos con la CEO de qAIRa, Mónica Abarca, quien señaló que Lima se encuentra catalogada como una de las ciudades con peor calidad del aire en Latinoamérica y está entre las veinte con los mayores niveles de contaminación a nivel mundial. Abarca inicia nuestra conversación con la siguiente afirmación: «Lima tiene la mayor contaminación de aire por la alta densidad de vehículos».

Esta empresa se dedica a enfrentar el problema de la contaminación, midiendo la calidad de aire en tiempo real a través de drones y módulos de última generación.

Huella del tráfico en la salud y la esperanza de vida

Abarca, egresada de Ingeniería Mecatrónica PUCP y ahora profesora de esta carrera, dio inicio a qAIRa como proyecto de tesis, la cual evolucionó a una startup y finalmente se consolidó como una empresa. Entre los grandes desafíos que enfrenta en su misión por mejorar la calidad del aire se encuentran la resistencia al cambio y la necesidad de aumentar la conciencia sobre el impacto del tráfico en la salud pública. Actualmente, la empresa opera en varias ciudades del Perú y tiene planes de expandirse internacionalmente, con la apertura de oficinas en Ecuador y Costa Rica.

Asimismo, destaca la conexión entre el tráfico y la contaminación del aire en Lima, señalando que los altos niveles de contaminación son consecuencia del parque automotor antiguo. Además, señala que el tráfico prolongado tiene un impacto en la salud y en la esperanza de vida de las personas. Abarca, quien es magíster en Gestión y Política de la Innovación y la Tecnología, indica que los limeños pierden 4.7 años de esperanza de vida debido a la mala calidad del aire.

«Las emisiones que generan la mala calidad del aire en Lima son en un aproximado de 90% de material particulado, que vienen de la combustión interna de los vehículos que funcionan a diésel».

Mónica Abarca
CEO de qAIRa y profesora del Departamento de Ingeniería PUCP

Con el tráfico denso como principal fuente de estas emisiones, la exposición crónica, sobre todo al material particulado PM 2.5, representa un riesgo significativo para la salud, ya que puede penetrar profundamente en los pulmones y llegar al torrente sanguíneo, lo que causa problemas respiratorios y cardiovasculares. La experta afirma que «las emisiones que generan la mala calidad del aire en Lima son en un aproximado de 90% de material particulado, que vienen de la combustión interna los vehículos que funcionan a diésel».

Desafíos y posibles soluciones para nuestro aire

Abarca destaca la importancia de colaborar con el gobierno y otras entidades para abordar el problema de la contaminación del aire. Uno de estos esfuerzos es el trabajo conjunto que realiza con la Municipalidad de Lima, lo que ha permitido que se realicen diferentes acciones. «Una de estas es la peatonalización del Centro Histórico. Hoy, el Centro de Lima tiene una situación muy diferente a la de hace muchos años atrás cuando estaba plagado de vehículos, tráfico por todos lados y gente caminando siendo afectada por las emisiones de vehículos», destaca.

Asimismo, la CEO de qAIRa menciona los desafíos que enfrenta la empresa para operar en la ciudad y cómo los abordan. Una de las maneras de enfrentarlos es con una red de monitoreo con 50 sistemas, los cuales tienen alrededor de 150 sensores que miden los parámetros, la calidad del aire y el clima en Lima.

"Lima puede trabajar hacia un futuro más sostenible con soluciones innovadoras y un compromiso compartido".

En un contexto donde el tráfico sigue siendo un desafío importante para la capital, Mónica Abarca destaca la importancia de fortalecer la infraestructura para el transporte público y promover alternativas sostenibles, como el uso compartido de vehículos y el transporte activo. Recalca, además, la necesidad de un trabajo conjunto entre empresas, autoridades y la comunidad para garantizar un futuro más limpio y saludable. «A pesar de los desafíos, Lima puede trabajar hacia un futuro más sostenible con soluciones innovadoras y un compromiso compartido», concluye.