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Comunidad PUCP

‘Desencuentros’: nuestra vida republicana en una exposición con fotos de ocho archivos PUCP

Iguales y diferentes. El mosaico de lo peruano se organiza a través de nuestra propia diversidad y orígenes, también a partir de la alegría y expectación de la posibilidad de un horizonte mejor.
Movimientos. La nación se mueve sobre las bases de sus actividades cotidianas y la educación, el deporte y los juegos.
Mujer peruana. Relegada no solo históricamente sino también en la representación y presencia activa en los archivos. Sus exigencias y banderas son la esencia de la nueva patria.
Desigualdades. La celebración no estará completa si no se incluye a todos y todas las peruanas en aquella mesa larga.
Utopía y fracaso. Las fotos destilan ideología y control, fijan una imagen modeladora de nosotros y diseñan un imaginario.
Bases. La utopía de lo nacional se cimienta sobre un espacio arquitectónico.
Ángulos. El futuro se ancla desde las grietas del pasado. La nación se construye desde su gente.

Bien dicen que las imágenes hablan por sí solas. ‘Desencuentros’, la exposición fotográfica virtual organizada por la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación, en el marco del bicentenario, nos permite hacer un recorrido por los primeros 200 años de la independencia peruana a través de diversos archivos fotográficos de la PUCP.

  • Texto:
    Daggiana Gómez Roncal

La exhibición “Desencuentros: bicentenario peruano desde los archivos fotográficos de la PUCP” tiene diversos tópicos visuales que retratan nuestra historia como república. Esta galería fotográfica cuenta con 147 postales seleccionadas entre cientos de fotografías de los fondos del Sistema de Bibliotecas PUCP, del Instituto Riva-Agüero, del Archivo de la Universidad, del Archivo Arquitectura PUCP, del Instituto de Etnomusicología, del archivo Tafos, así como los de Jaime Rázuri y de Daniel Pajuelo. De esta manera, este trabajo pone en valor los diversos archivos con los que cuenta nuestra Universidad.

“’Desencuentros’ es la imposibilidad de constituirnos como un tejido social, como una red, como un todo. La idea de la república apunta a ello: a ser una sola nación. Y el archivo muestra la realidad de la constante confrontación. Nos centramos en esa tensión que vivimos siempre, incluso ahora con la crisis política que atravesamos y que no nos permite ser una sola idea», explicó docente del Departamento de Comunicaciones, Mag. Miguel Sánchez.

La idea de curar esta exposición nació de una conversación con la decana de la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación, Dra. Celia Rubina, quien deseaba que la facultad participe en las actividades del bicentenario en el marco de las dificultades y restricciones que significó la pandemia. Rubina y los artistas audiovisuales coincidieron en que no había mejor propuesta que la del lenguaje fotográfico, ya que se adecúa perfectamente a la comunicación digital.

«Al ver los archivos fotográficos de nuestra facultad, en especial la fuente inagotable de Tafos, nos dimos cuenta de que era necesario hacerlos conversar con otros repositorios fotográficos que nos permitieran abarcar los albores de la vida republicana. Lo mejor es que no tuvimos que ir lejos, sino mirar hacia los archivos de otras unidades de la PUCP. Fue una maravilla encontrar tanta receptividad por parte de los directores de los otros archivos. Con ellos, se inició un diálogo que ya está dando sus frutos, transformándose en acciones conjuntas que van más allá de la muestra. El objetivo es que las imágenes que están casi dormidas se pongan en valor en muestras como esta, hacerlas dialogar y contrastarlas con otras. Por eso, la exhibición es cuestionadora, reflexiva, irreverente e impactante en su propuesta», afirmó la Dra. Celia Rubina.

Desentrañando archivos

Los curadores de esta muestra son lo docentes Mag. Ángel Colunge y Mag. Miguel Sánchez Flores, quienes contaron con el apoyo de la decana Celia Rubina y otros miembros de Comunicaciones PUCP. Ellos nos contaron los retos que tuvieron que enfrentar. Luego de preseleccionar más de 1,000 fotos realizaron una edición, pues sabían que, a diferencia de una exposición presencial, en línea podían solo mostrar un máximo de 200 imágenes. 

“Entre las 147 imágenes, tenemos fotografías que datan del año 1860. La más antigua pertenece a la colección Elejalde. Las más recientes son del Fondo Daniel Pajuelo de la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación”, precisó Ángel Colunge. 

Ambos optaron por elegir solo las fotografías que interpelan al espectador, organizarlas por tópicos que guíen la lectura visual. Asimismo, querían romper la lógica u organización de una exposición clásica, no querían plantear un recorrido unitario, sino por cuadrículas, ya que vieron que las fotos dialogaban entre sí, volviéndose así más potentes, lo que permite al espectador darle una lectura propia.

“La edición se hizo de manera remota. A través de un programa que nos permitía desplegar todas las fotos como si se tratara de una mesa, identificamos las que servían como bisagras o conectores, eran muy importantes visual y conceptualmente. A partir de eso íbamos decidiendo dónde y cómo serían ubicadas en la muestra. Algunas se ponían en tensión y empezamos a hacer cuadrículas que, al mismo tiempo, nos permitieron ir descartando imágenes que eran redundantes o que podrían dañar la dignidad de la persona retratada. Fue todo un reto porque tampoco se puede ocultar la desigualdad”, comentó Colunge.

Esta exposición también nos permite tener el acceso exclusivo a muchas fotos que atesoran los archivos de la Universidad, que aún no atiende de manera presencial por la pandemia, y que son nuevas para el mundo digital. “Para esta exposición, se han tenido que digitalizar el 35% de imágenes, los otros fondos ya han emprendido procesos de digitalización pues son miles de archivos”, precisaron los curadores.  

200 años intentando ser una sola nación

Postales de la Guerra del Pacífico, retratos de ciudadanos y niños de diferentes regiones, tradiciones como procesiones, el mayor genocida de nuestra historia (el terrorista Abimael Guzmán), paisajes, nuestra maravilla del mundo, cementerios, embarcaciones, transporte público, casas hechas de esteras, presidentes de nuestro país, héroes como Miguel Grau, fiestas tradicionales, deportes y protestas son algunas de las temáticas expuestas.

Una junto a otra, las fotografías nos cuentan los recurrentes intentos de formar una república con el sentimiento de una sola nación, pero que nos deja con muchas interrogantes y un sinsabor. Razón por la cual los investigadores decidieron romper con la tradicional mirada historicista. 

“Me gustaría que plantee preguntas, pero también un guiño de alegría y esperanza. Y que no sea una muestra condescendiente, en la que el ojo se deja ganar por el paso del tiempo y la foto antigua. Quiero que haya momentos de inflexión, que sea un cuestionamiento a nuestra participación a lo largo de nuestra historia. Somos parte y responsables de lo bueno o malo, de los encuentros y desencuentros“, comentó Ángel Colunge.

Si bien conmemora nuestra libertad del sometimiento español, su propósito es realizar una revisión autocrítica del presente. Y es que el festejo del bicentenario coincidió con la pandemia que nos arrebató la vida de 200 mil compatriotas y puso en evidencia las carencias que tenían muchos peruanos. La llegada del coronavirus nos mostró una vez más el país desigual que habitamos.

El mensaje

“Este año debió ser un año festivo, pero el contexto de la COVID-19 lo transformó por completo. La exposición es interesante porque te enfrenta a la historia con memoria, pero con los anteojos del presente, que muchas veces nos trae desesperanza. Son prácticamente 200 años truncos, en los que las fotografías nos muestran un país que no termina de construirse. Otras nos presentan cosas interesantes, como la gente, el empuje, la protesta, las costumbres, la fiesta. La exposición transmite una mezcla de fracaso y la promesa de un cambio, de una revolución, de construir un nuevo país”, reflexionó  Miguel Sánchez, curador de la obra.

Y agrega: “Los tópicos elegidos han acompañado al Perú en estos 200 años, por ejemplo, el territorio, la idea de la comunidad. Es el desencuentro lo que termina articulando la exposición. Los tópicos vienen a ser como puertas. Abres una y encuentras a los sujetos peruanos, tocas otra y ves la violencia, abres otra y te encuentras con la revolución, con el poder interpelado o las desigualdades”. 

Para los curadores, la experiencia estética de ver una fotografía de archivo se sostiene en el paso del tiempo y el significado con el que llega cargada esta imagen a nuestras manos. Esto nos lleva  a preguntarnos ¿qué es lo que ha cambiado desde que se inmortalizó ese segundo de nuestra historia hasta el día de hoy? Para ambos, es un ejercicio saludable, ya que aterriza en lo que debió ser una fecha de celebración.  

Si deseas hacer este viaje en el tiempo, la plataforma te brinda 3 opciones para navegar por esta galaxia de fotografías: a partir de la propuesta curatorial, a través de galerías y de manera aleatoria. 

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