Las finanzas del fervor, de Javier Espinoza, recibe premio Francois Bourricaud
La tesis de licenciatura del historiador Javier Espinoza recibió el premio François Bourricaud, que otorgan la Embajada de Francia y El Instituto Francés de Estudios Andinos (IFEA). Giacomo Bassilio (antropología) y Fernando Calderón (sociología), también egresados, obtuvieron el segundo y tercer puesto, respectivamente.
Texto:
Pablo Timoteo
Javier Espinoza Ríos es Jefe de Práctica del Departamento Académico de Humanidades, y este año logró el grado de licenciado tras sustentar en el 2012 su tesis “Las finanzas del fervor. Las prácticas económicas en el monasterio de Santa Catalina de Lima (1621-1682)”. A sus 31 años, Javier puede decir que la satisfacción por esta investigación le llegó por partida doble, ya que el jurado calificador del premio François Bourricaud le otorgó el primer lugar en su última edición.
El concurso; auspiciado por la Embajada de Francia, el IFEA, la Universidad París 3, la Asamblea Nacional de Rectores (ANR), entre otras instituciones; califica sobre los trabajos de tesis presentados de licenciatura y maestría en Ciencias Sociales y Humanidades. «Me enteré del premio a través de Alessandra Ipince, antropóloga de la PUCP que ganó el primer lugar el año pasado. Yo ya había presustentado mi tesis el año pasado y tenía otros planes, ni siquiera conocía el premio, pero fue Alexandre quien me motivó a presentarme», cuenta con emoción.
Las finanzas del fervor
«Mi tesis surgió en un seminario colonial dictado por Margarita Suárez, quien luego fue mi asesora de tesis», explica. Javier reconoció que había un vacío de estudios académicos, ya que sobre la época colonial y la religiosidad se han visto temas como el arte, la vida, la cultura, pero no se le ha prestado especial atención a los sistemas económicos, menos dentro de los conventos.
«Tenía interés por establecer el rol de actividades de las religiosas dentro de la economía conventual. Pude progresivamente disminuir esta visión sobre que los monasterios eran dominados por autoridades masculinas, y reconocer que en este caso las abadesas sabían aprovechar el dinero a su favor», afirma. Eran épocas en que el dinero no fluía de la forma que lo hace hoy, los monasterios acopiaban una importante cantidad gracias a los dotes de las hermanas. Luego, el dinero era prestado estratégicamente. «Descubrí un caso donde las abadesas del monasterio le prestaron mil pesos a una morena libre y a una familia muy pobre que vivían al lado del convento, ellas sabían que no podían devolver el préstamo pero lo habrían entregado para luego cobrarse con la propiedad. Al final la familia fue desalojada», relata Espinoza quien gracias al premio viajará el próximo año a París con gastos pagados para una estancia de un mes. Al mismo tiempo la Universidad de París 3 y el IFEA le entregarán una agenda para que participe de intercambios y actividades académicas en la ciudad luz.
“Estoy bastante agradecido con la PUCP porque a través del PAIN (Programa de Apoyo a la Iniciación en la Investigación) logré financiamiento para desarrollar mi tesis. Veo a este premio como un respaldo al trabajo que he desarrollado”, concluye.
También el segundo y tercer puesto
Por si fuera poco, el segundo y tercer lugar también pertenecen a nuestra Universidad. El antropólogo Giacomo Bassilio Elliott recibió los elogios del jurado calificador y se hizo merecedor del segundo lugar gracias a su trabajo “Artesanos de su marca: Marca-territorio, valor e identidad territorial en el mercado. El caso de la artesanía y los artesanos de ‘Túcume’”. Durante esta investigación Giacomo desarrolló un intenso trabajo de campo y conoció de cerca la vida de los pobladores artesanos de Túcume, en la región Lambayeque.
Por su parte, el sociólogo de nuestra Universidad, Fernando Calderón Figueroa, de 26 años, se quedó con el tercer lugar del prestigioso concurso gracias a su tesis “Rondas urbanas cajamarquinas: estrategia comunitaria de acceso a la seguridad y la justicia”, un trabajo que comenzó como parte del curso de práctica de campo en el año 2007 en Cajamarca. “Me alegra haber obtenido el reconocimiento, entre otras cosas, porque me ha dado un incentivo enorme para afirmarme en mi vocación hacia la investigación académica. Además, me llevó a descubrir textos de antropología jurídica, urbanismo y geografía, gracias a lo cual me interesé en la interacción entre los procesos sociales y los territorios en que se inscriben”, resume Fernando.
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