La lingüística misionera y sus primeros retos en América Latina
Del 25 al 28 de marzo pasados se desarrolló en la PUCP el VIII Congreso Internacional de Lingüística Misionera, que reunió a diversos especialistas en el tema. Qué es, qué estudia y por qué es importante. Sobre estos temas hablamos con el padre Xabier Albó S.J., director del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado de Bolivia.
Fotografía:
Felix Ingaruca
Primeros pasos
La lingüística en América enfrentó sus primeros retos desde el mismo instante de la conquista. Fueron los religiosos misioneros, a través de vocabularios, rezos, catecismos y gramáticas, los primeros en estudiar las nuevas lenguas amerindias para lograr cubrir sus necesidades pedagógicas y pastorales. Para Xavier Albó, en la época se hicieron esfuerzos notables para entender estos primeros dialectos. “A la complejidad del propio dialecto, muchas veces se le sumaba la complejidad geográfica de asimilación”, sostiene.
Qué estudiaban
Agrega el especialista que a la propia conquista política se le podría sumar la conquista misionera cuyo objetivo era la propagación de la fe. Durante los siglos XVI y XVII, fueron los misioneros religiosos los que estudiaron la variedad de lenguas, a partir de un modelo léxico y gramatical de tradición latina. “Como eran misioneros, los grandes temas se relacionaban con términos religiosos. Y la discusión era sobre el grado de adecuación, o no, de los contenidos. Unos creían que se podían adaptar en las propias lenguas, otros decían que no porque se podía perder el significado”.
Importancia
Hay que estudiar los primeros pasos de este tipo de disciplina en América para entender también las propias historias de cada región. Por ejemplo, entender por qué las poblaciones de habla quechua o aimara fueron excluidas. Para Albó, el gran problema de la conquista radica en la dificultad de entender a gente distinta a uno. “Descubrir que el otro tiene cosas importantes es algo que seguimos aprendiendo a golpes”, señala.
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