Hélan Jaworski
Sebastián Pimentel, cercano colaborador del profesor Hélan Jaworski, lo recuerda con cariño y agradecimiento por sus enseñanzas.
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Sebastián Pimentel
A Hélan Jaworski lo conocí cuando entré a trabajar como editor del portal Palestra, que estaba bajo su dirección desde el año 2004. Hélan era un hombre de gran cultura, con una visión muy amplia de la historia contemporánea, de los procesos económicos y políticos que definían el estado actual de las cosas. A la vez, era un hombre preocupado por contar con una visión prospectiva que delineaba soluciones y escenarios futuros. A Hélan le interesaban no sólo los diagnósticos de los especialistas -que colaboran en el Portal-, sino también descubrir lo que estaba por venir, y era muy intuitivo con respecto a los nuevos problemas y fenómenos sociales que constituirían los retos para el desarrollo del país.
Hélan fue muy importante para la Universidad, pero también era un hombre que enseñaba más de lo que creía con su forma de ser y con su estilo personal. Tenía muchos amigos y era muy generoso. He conocido a pocas personas que sepan manejar y disfrutar tanto una conversación, o una discusión. Esa forma de ser le permitía involucrar a las personas que trabajaban con él en un proyecto común.
Así como sabía escuchar, también tenía carácter y una visión muy clara de lo que quería hacer. Siempre pensé que su caballerosidad -que tanto le caracterizaba- le permitía absorber los aportes y comunicarse mejor con su equipo. Hélan tenía una manera muy peculiar de entablar una amistad cómplice a través de algún gesto o muestra de apoyo en medio del trajín diario, con una sonrisa que estaba más allá de la dimensión laboral y de sus jerarquías. Es en ese tipo de rasgos, creo yo, que reside el encanto de una persona, y es esa sonrisa la que quedará grabada en la memoria, para los que tuvimos la suerte de conocerlo.
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