Ir al contenido principal Ir al menú principal Ir al pie de página

"Un gran líder tiene que ser capaz de comunicarse con diferentes personas"

Entre todas las maneras que existen de abordar el liderazgo, una de las más novedosas y ricas es a partir de las neurociencias. El Dr. Steven Poelmans, especialista en liderazgo y coaching intercultural, nos explica cómo podemos beneficiarnos todos de este reciente campo de investigación.

  • Steven Poelmans
    Docente de la Escuela de Alta Dirección y Administración (EADA), en España
  • Texto:
    Luciana Alva
  • Fotografía:
    Felix Ingaruca

¿Cómo se pueden aplicar las neurociencias al liderazgo?

‘Neurociencia’, básicamente, es una palabra paraguas para cubrir muchas ramas de las ciencias exactas, que pueden variar desde la biología molecular hasta las neurociencias crosculturales. Por ejemplo, ahora tenemos mejor entendimiento de las catecolaminas –como la epinefrina y la norepinefrina–, que son neurotransmisores que nos permiten tener una comunicación entre las neuronas, y ahora sabemos qué tan sensitivas son en función al estrés. El estrés puede parar esta neurotransmisión, bajar nuestros niveles de epinefrina y norepinefrina, y literalmente parar nuestra capacidad de pensar. Y, a través de las neurociencias, hemos establecido una relación inmediata entre el estrés y la productividad, sumamente importante para el neuroliderazgo. Si vamos al otro lado del espectro, están las neurociencias crosculturales. Sabemos, por ejemplo, que cuando una persona de una cultura colectivista y otra de una cultura individualista piensan en sus madres, se activan partes del cerebro distintas en ambas. En el caso de las personas con una cultura colectivista, se utiliza la misma parte del cerebro para pensar en sí mismos y sus madres; mientras que en el caso de personas individualistas no es así. ¿Cuál es la aplicación de esto? Un líder que trabaja en una empresa global tiene que tener cuidado en cómo trata a sus empleados y tener un trato diferencial hacia diferentes culturas.

¿Cómo se puede identificar qué trato es el más adecuado para cada persona o colectivo?

Hay diferentes tipos de dominancia cerebral, que se refieren a en qué medida una persona se centra más en lo que piensa o lo que siente, y en qué medida se centra en los hechos (empírica) o es intuitiva. Ahí tenemos dos ejes y si los combinamos tenemos cuatro tipos de dominancia cerebral. Está el tipo racional, ubicado entre el pensar y conocer los hechos, que básicamente dice “dame los datos y déjame pensarlo”. También tenemos a una persona emocional o relacional, que combina la intuición y las emociones. Su punto fuerte es saber relacionarse con los seres humanos. Además, tenemos una combinación muy interesante, que es una persona empírica, pero también emotiva, a la que he llamado sensitiva. Ese tipo de personas son muy detallistas y autoexigentes. Y está el tipo que podemos llamar conceptual, porque combina la intuición con el pensamiento. La intuición está basada en experiencias, así que son personas que, a base de estas, pueden estar sentadas en la sala de espera del médico y nunca se van a aburrir, son sumamente creativas, piensan en posibilidades futuras y son grandes emprendedores.

¿En qué parte del esquema debe ubicarse en buen líder?

Hemos descubierto que las personas que se mueven en el medio son mejores líderes, ya que son más cercanos a los demás tipos de dominancia cerebral y no tienen ningún problema en tener un trato con personas de diferentes niveles sociodemográficos. Un gran líder en una comunidad, una empresa o una institución, tiene que ser capaz de comunicarse con diferentes personas y, si la situación lo requiere, pasar de ser una persona racional a una emotiva.

¿Cómo puede alguien adaptarse a diferentes dominancias cerebrales?

El primer paso es entender esos diferentes tipos y preguntarse cuál es la propia forma de pensar. El siguiente paso es ir adaptándote a estilos de otros. Hay una investigación que ha comprobado que personas que han trabajado en tres sectores muy diferentes, como construcción, farmacia y servicios, con el tiempo se vuelven más versátiles. La mejor forma de amplificar tus posibilidades es, literalmente, meterte en diferentes entornos.

¿Para quiénes puede ser beneficioso aplicar técnicas del neuroliderazgo?

Cualquier persona que se relaciona con otros puede beneficiarse mucho de las neurociencias porque, básicamente, nos hablan de cómo utilizar mejor nuestro cerebro. Si lo aplicamos a estudiantes, hay un modelo para optimizar el aprendizaje que se llama AGES (atención, generación, emoción y espacio, por sus siglas en inglés). Lo primero es la atención, para lo que hay que tener un foco de 100% en lo que se está estudiando. Lo referente a la generación señala que el conocimiento que nosotros mismos generamos es mucho más duradero e impactante. Luego, la emoción es importante porque las cosas que están vinculadas a sentimientos intensos se recuerdan mejor. Y, por último, lo relacionado con el espacio tiene que ver con dispersar la información, ya que no podemos aprender o abarcar todo junto.

Deja un comentario

Cancelar
Sobre los comentarios
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los comentarios pasan por un proceso de moderación que toma hasta 48 horas en días útiles. Son bienvenidos todos los comentarios siempre y cuando mantengan el respeto hacia los demás. No serán aprobados los comentarios difamatorios, con insultos o palabras altisonantes, con enlaces publicitarios o a páginas que no aporten al tema, así como los comentarios que hablen de otros temas.