"Todavía es muy difícil para los investigadores separar el pasado y el presente"
Conversamos con él sobre la situación de la investigación histórica del Perú en los últimos tiempos y su estudio sobre los viajes de Diego de Ocaña. Con su ponencia, Mills inauguró el ciclo de seminarios del Programa de Estudios Andinos.
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Kenneth Mills
¿Cómo así se interesó por Latinoamérica?
Por un excelente profesor de la universidad, su tema de investigación era Colombia pero tenía muchas historias y experiencia de estas regiones. En esos momentos yo estaba interesado en la historia de Europa pero en su clase tuve el primer acercamiento con la historia de América Latina. Me pareció que la posconquista del Perú era muy abierta para nuevas interpretaciones, especialmente en lo referente a sus transformaciones culturales y religiosas. Luego, en 1986, hice mi primera visita y me quedé cuatro meses. Fue una experiencia muy importante para mí, cambió todo en mi vida, y desde ese momento decidí estudiar la historia de este país.
¿Cuál considera que son los avances recientes más importantes sobre la investigación en temas andinos?
Existen distintas etapas de estudio y toda una dinámica que está cambiando mucho. Nuestros predecesores tenían mucho interés en los personajes españoles, las escenas a investigar eran las de los europeos y sus aventuras. Después siguió una etapa donde la gente indígena y los mestizos cobraron importancia e interés para los investigadores. Me parece que ahora estamos en una etapa más sofisticada, donde no hay ignorancia de un lado o de otro porque no necesitamos lados, yo creo que no se deben separar a las personas y sus actitudes. Mis investigaciones, como las de muchos en este y en otros países, se interesan por la interacción de las ideas de ambos, la gente no actúa solamente con los de su grupo. Este es un avance importante.
¿Y cuáles son los campos por investigar en la historia de los andes?
Tiene que ver con la actitud. Todavía es muy difícil para los investigadores separar el pasado y el presente. Por ejemplo, al hablar de Santa Rosa de Lima a mucha gente le resulta muy difícil no juzgar a ella o sus contemporáneas, pero mucha gente mística o religiosa de comienzos del siglo XVII pensaba como ella. El desafío para los investigadores es la inmersión en la mente de los personajes que estudia y no juzgar lo que les es ajeno. La gente del pasado es diferente, no son malos o buenos, no es nuestro trabajo juzgar a los actores de la historia, necesitamos entenderlos. El acto de liberación de nuestros tiempos es difícil pero es una meta a alcanzar, los investigadores no necesitamos concluir sino sugerir.
Su próximo libro será sobre los viajes de Diego de Ocaña. Usted comentó que se ha estudiado bastante sobre sus dibujos pero no ha habido una investigación profunda sobre sus manuscritos, y eso es a lo que se está avocando…
Mi punto es que, detrás de las pinturas y dibujos, hay una historia, hay una misión y una persona que es importante porque tiene una personalidad y una serie de desafíos personales y religiosos muy interesantes. Mi punto de vista es el de un historiador, necesitamos contextualizar sus manuscritos. Ocaña tiene muchos hechos y datos en sus escritos pero a veces no puede admitir la realidad, mi trabajo es reflejar su actitud, su dificultad para aceptar la existencia de otras realidades. Mi inmersión es con Ocaña pero al mismo tiempo con el contexto. Cuando él no puede admitir la existencia de una nueva cristiandad y lo considera algo horrible, yo lo veo como el inicio de algún proceso muy interesante, es el comienzo del microcristianismo andino. Este es un ejemplo en el que yo puedo ver más que Ocaña, pero no lo juzgo por su inhabilidad.
¿Por qué eligió a este personaje como sujeto de estudio?
A mí me gusta su fracaso, su dificultad. Las Indias (América) para él son muy difíciles y su empresa es de lucha. Usualmente los clérigos españoles hablan con una misma voz, hay una generalización. Ocaña en cambio nos ofrece una historia alternativa, sus experiencias son muy útiles para nosotros. Es sus manuscritos nos muestra un proceso de cristianización con actores que tienen nombres y caras, la conversión no es generalizada, y nos invita a una comprensión más humana de este proceso.
Entrevista: María Paz de la Cruz
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