¿Ha variado el concepto de información noticiosa? ¿Qué es lo noticioso hoy?

Creo que la definición clásica de lo que es información (qué, quién, cómo, cuándo, dónde) no ha variado sustancialmente y sigue siendo válida para el periodismo. Lo que ha cambiado es la duración de la noticia, que envejece mucho más rápido por el vértigo y el consumo frecuente de sitios digitales por gran parte de la ciudadanía.

La excusa de los medios suele ser: «damos la información que el público quiere». Pero pocas veces se hace la pregunta inversa: ¿qué es lo que la ciudadanía realmente necesita del comunicador profesional?

Si tú ves los sitios más visitados, el tipo de contenido qué más circula en Internet no es el que aborda temas pesados (como políticas públicas o problemas sociales) sino temas livianos (ligados al entretenimiento o al espectáculo). Muchos sitios tradicionales, en sus esfuerzos por atraer visitas, ponen constantemente este tipo de periodismo, lo cual no quiere decir que no sea importante hacer el otro.

¿Y cómo generamos interés en contenido que sea a la vez atractivo y de calidad?

El problema es que el contenido en Internet es más efímero que es el contenido en papel. Generar información de profundidad con calidad es una apuesta complicada para una empresa periodística porque requiere de más gente, recursos y tiempo para producir una noticia que no va a durar mucho y no tendrá una buena cantidad de lectores. Lo más rentable y fácil de hacer son notas ligeras. El gran reto es realizar periodismo de interés público cuando los incentivos de las empresas van por otro lado.

¿Estamos mejor informados que antes?

Internet y las plataformas digitales permiten contar con una variedad informativa que nunca antes ha existido. Pero el problema no es el pluralismo de la oferta, sino la escasa demanda por diversidad. Consumimos el mismo tipo de información constantemente, leemos los medios que comparten nuestra visión ideológica o política y no estamos buscando ideas diferentes o contrarias a las nuestras. Vivimos en burbujas informativas cerradas y eso es preocupante.

¿En qué sentido?

Se pensaba que la democracia generaría ciudadanos con una pluralidad de información, que sepan valorar la diferencia y que se encuentren con mundos que desconoce y con ideas con las cuales disienta. La evidencia no muestra eso. ¿Cómo hacemos que la gente se exponga voluntariamente a una diversidad de contenidos, que tenga curiosidad y que no se quede con una dieta restringida de información?

¿Considera que en la compra del Grupo Epensa por parte del Grupo El Comercio existe el riesgo de acaparamiento del mercado?

Cuando una empresa se vuelve más grande y pasa a controlar del 40 al 78% del mercado, abarata costos y se vuelve más eficiente económicamente, pero eso no quiere decir que ayude a la diversidad del mercado informativo. Más aún en el Perú, donde no hay mucha gente conectada a Internet y que dependen del diario o de una radio local para informarse.

Las Constituciones no hablan sobre cómo se construye un sistema democrático de medios. Un diario no es una empresa como tantas otras, a pesar de que se le quiera tratar como tal. Uno puede entender que haya tres compañías que dominen el mercado de automóviles, pero no se pueden aplicar las mismas reglas a un mercado informativo.  Si una empresa tiene un control exacerbado de una industria, es necesaria una forma de intervención pública para prevenir este tipo de situaciones.

En un editorial reciente, el Grupo El Comercio ha señalado que su crecimiento en el mercado se debe a la “elección de las personas que lo leen»

El problema es pensar que el único poder lo tiene el ciudadano. Hay un argumento mercantilista que dice que el ciudadano tiene el poder soberano de elegir a qué información se expone. Y esto es verdad pero no hay que sobredimensionarlo. El ciudadano puede decidir no mirar un programa y apagar la televisión pero eso no quiere decir que haya modificado la oferta televisiva.

¿A que llama “periodismo de soluciones”?

Es un tipo de activismo periodístico que va mucho más allá de protestar o demandar algo. Se trata de identificar problemas públicos que aquejan a la gente y ver cómo contribuir a su discusión (con la participación de diferentes actores), proponer alternativas de solución y realizar el seguimiento del caso para ver si estas medidas se implementan o no.

Hay cierto periodismo que lo hace pero no tiene una visión integral. A lo mucho identifica un problema pero no lo sigue, se aburre. Eso es lo que el periodismo debería hacer, en parte porque no hay otra institución que lo haga. Es un rol importante pero requiere un cambio de mentalidad dentro de la redacción.

¿Cuál es el perfil profesional del comunicador de estos tiempos?

Hay habilidades básicas que son similares para cualquier comunicador: recoger información, analizarla, producirla, más allá del formato donde trabaje. Sin embargo, la lista de competencias se va expandiendo. Hoy requieres desde saber escribir hasta editar un video, desde saber entrevistar hasta saber analizar datos en internet.

Yo creo que es una profesión más compleja de lo que era hace una década atrás, por los cambios de la industria y la tecnología. El reto está en cómo trabajar esta gran cantidad de habilidades al interior de una escuela de comunicación. Es un desafío curricular bastante grande pero no imposible.

El Perfil

Nombre: Silvio Waisbord