Rigor y pertinencia social de las investigaciones ambientales
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Fernando Bravo
Sociólogo, Magíster en Desarrollo Ambiental y docente TPA del Departamento de Ciencias Sociales de la PUCP
De ahí que en algunas intervenciones del evento, se resaltó la necesidad de no reproducir esquemas fallidos que insisten en separar a la naturaleza de la sociedad y de la cultura.
Nuestra Universidad ha abierto varias instancias de discusión e intercambio encaminados a brindar respuestas científica y socialmente validadas respecto a los problemas y anomalías ambientales.
Una de las líneas de interés institucional y académico que la PUCP promueve es aquella relativa a los asuntos ambientales y ecológicos, de tanta significancia crítica en los tiempos presentes. En consonancia con ello, nuestra Universidad ha abierto varias instancias de discusión e intercambio encaminados a brindar respuestas científica y socialmente validadas respecto de los problemas y anomalías ambientales.
Uno de esos espacios ya institucionalizados es la Mesa de Reflexión Ambiental Kawsaypacha, cuya sexta versión se realizó el 12 y 13 del presente mes, que reunió a los investigadores ambientales adscritos al Instituto de Ciencias de la Naturaleza, Territorio y Energías Renovables (INTE).
Un primer atributo relevante de dicho cónclave fue la pluralidad de las aproximaciones aplicadas a diversos temas y problemas ambientales (desde la biología, geografía, derecho, pasando por la sociología y la antropología, hasta llegar a las ingenierías, las ciencias físico-químicas o la filosofía), así se abordaron variadas temáticas y casos problemáticos con diferentes herramientas metodológicas, marcos teóricos y técnicas de observación. Ello es expresivo de la riqueza de puntos de vista que se articularon en las presentaciones.
No es casual que, por ejemplo, asuntos de preocupación global como el del cambio climático hayan sido introducidos desde la modelación de lluvias, la gestión del riesgo de desastres, las energías alternativas y el análisis político. O que estudios aplicativos como el del desarrollo de cocinas a gas de alta eficiencia en espacios de gran altitud o la propuesta de viviendas de emergencia postsismo para zonas alto andinas, validados por cálculos y ensayos científicos, tomen en consideración los aspectos culturales, las costumbres y las tradiciones de los actores sociales a los que se dirigen. De hecho, numerosos proyectos, técnicamente impecables para mejorar el estilo de vida de poblaciones rurales, han fracasado al no tomar en cuenta la idiosincrasia y las prácticas sociales de las personas a las que buscaban beneficiar.
De ahí que en algunas intervenciones del evento, se resaltó la necesidad de no reproducir esquemas fallidos que insisten en separar a la naturaleza de la sociedad y de la cultura. Por ello, una de sus lecciones podría traducirse en la necesidad de seguir apostando por investigaciones rigurosas en clave ambiental, metodológicamente bien acotadas, pero acaso permeables a las variables sociales, culturales o económicas.
Pero aparte de la variedad de perspectivas, énfasis y enfoques, el evento permitió la auspiciosa interacción entre especialistas experimentados y jóvenes investigadores, cuya sensibilidad, entusiasmo y curiosidad científica contribuyen a enriquecer la baraja de investigaciones ambientales.
Aunque se trató de un evento académico, el Kawsaypacha tiene el desafío no solo de consolidarse como un espacio de debate ambiental al interior de la PUCP, ya sea profundizando el saber científico o auscultando la agenda global ambiental. Tiene también el compromiso de lograr conexión con los ámbitos de decisión, para proveerles de criterios validados, de experiencias sistematizadas, de información sobre nudos problemáticos, de la necesidad de intervenir en espacios ambientalmente sensibles. Que la excelencia académica ambiental aporte profusamente sobre la realidad.
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