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“Quien controla la narrativa controla el futuro de la revolución”

La Primavera Árabe fue una manifestación popular y política ante las dictaduras en el Oriente, que se manifestó en las calles como a través de la cámara. Este último punto es en el que la Dra. Alisa Lebow, cineasta y académica audiovisual, se enfocó desde el 2013 y que originó Filming Revolution, un metadocumental en plataforma web sobre rodar cine documental en Egipto durante la revolución. En esta plataforma interactiva, recoge el saber colectivo y las estrategias creativas de los hacedores mediáticos en Egipto durante esta convulsión social. Conversamos con ella sobre la importancia de la cámara como una voz más para hacer historia.

  • Alisa Lebow
    Documentalista y profesora de la Universidad de Sussex, Reino Unido
  • Texto:
    Vanessa Romo
  • Fotografía:
    Tatiana Gamarra

Su última producción, Filming Revolution (Filmando la revolución), combina el quehacer documental con la plataforma web. ¿Dónde comenzó ese interés de mezclar ambas áreas?

Comencé como una cineasta tradicional pero estaba consciente de esa cantidad de material que no tiene un espacio en el filme lineal. Durante los últimos veinte años he sido una académica audiovisual, y estaba muy interesada en mezclar mi trabajo como investigadora y el trabajo práctico del filme; ahora tengo como resultado un proyecto que llamo Estudios Fílmicos 2.0. Eso es lo que ahora la web hace posible.

¿Cuán importante es la cámara en un contexto de revolución?

El filme siempre ha sido una clave absoluta para cada protesta política desde la Revolución Rusa, en 1917. Para Fidel Castro, el filme era tan importante que creó el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC). Entiendes que los revolucionarios sabían que el filme era algo que necesitaban y los cineastas revolucionarios, como (Sergei) Eisenstein o (Dziga) Vertov, realmente cambiaron la naturaleza del filme hasta la fecha. Lo que aprendemos de la historia de las revoluciones es que es un proceso bastante largo y que el filme es muy importante dentro de estos procesos. Para este proyecto, pensé en conocerlo en Egipto, saber cómo se usa el filme en medio de esta clase de protestas.

Para Filming Revolution, no solo consideró a cineastas sino a otro tipo de artistas y activistas. ¿Cómo fue la selección de personas para su proyecto?

Sabía de algunas personas cuyo trabajo era conocido. Pero el proyecto hubiera fallado si me hubiera enfocado en los que ya estaban circulando en los espacios internacionales. En mi trabajo de campo en Egipto, encontré revolucionarios y activistas que estaban tratando de impactar. Sin embargo, no escogimos personas de todos los sectores, no hablé con promilitares ni de la Hermandad Musulmana. Estaba interesada en una visión de revolución más clásica de izquierda en un sentido, pero con una agenda polí- tica progresiva.

Usted dijo en una entrevista que no quiso incluir a personas que usaban su celular para filmar la protesta, ¿por qué fue eso?

Sí, hablé con muchas personas que usaban los celulares para grabar, pero lo que entendemos como periodismo ciudadano es un fenómeno que se caracteriza por la estética de ‘filmar-cortar-subir’, rápido y sucio. No se piensa realmente en la estética del filme como una forma. Creo que no hubo una revolución de Facebook o YouTube, las personas, en los tiempos revolucionarios, usan las herramientas que tienen a mano para dar el mensaje. En los tiempos de la revolución en Estados Unidos, se usaba el servicio postal ya que era la nueva herramienta. Quería sacar el énfasis en la herramienta y pensar en formas y estéticas, pensar en cómo esta revolución moldea al filme y cómo el filme moldea a la revolución.

También ha señalado que, antes de viajar, ya sabía cómo iba a distribuir la información en la plataforma. ¿Cómo funcionó?

Tenía la sensación de que debía usar una plataforma interactiva. Tenía frente a mí un cosmos del caos, un ‘chaosmos’, una lógica dentro de lo ilógico, una aleatoriedad pero también un diseño. Tenía que hacer esto para estar acorde con esta revolución, que no tenía una autoridad, ni un líder ni una forma fácil de entenderlo. Pudo ser un desastre pero tenía que intentarlo y ser abierta con el formato. No era egipcia ni árabe, no era una autoridad en el tema así que tenía que hallar una forma de no escribir un libro o hacer el filme tradicional, sino ser parte de la conversación, de seleccionar diálogos y crear espacios para que emerjan ideas.

¿La cámara fue una herramienta de memoria en la revolución?

Posiblemente. Estaba muy interesada en saber cómo las personas iban a contar esta revolución porque ahí está el poder. Walter Benjamin hablaba del poder de la narrativa porque quien controla la narrativa controla el futuro de la revolución. Yo esperaba ver más de eso, pero la gente se cohibía de hacerlo porque no estaba preparada para contarlo. Creo que la razón es porque no había sido exitoso, la lucha continúa y si pusieran un cierre, se habrían rendido.

¿PARA QUÉ NOS VISITÓ?

Evento: Seminario Internacional “Prácticas y Nuevas Perspectivas en el Cine Documental Peruano y Latinoamericano. De miradas sociales a formas contemporáneas en la no-ficción”
Organizadora: Maestría en Antropología Visual

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